domingo, 31 de mayo de 2020

LOS HÉROES SON PARA EMULARLOS, NO PARA DISIMULARLOS



Esta semana me he sentido enfadado ante la actitud de muchas personas de mi entorno.

Llevo una cuarentena enviando, a mis asociados y conocidos, las charlas de espiritualidad de Anthony de Mello, en las que nos dice que estamos dormidos, y que estamos aquí para despertar de conciencia, para darnos cuenta de que vivir en la fantasía, es vivir en el miedo, y despertar a la realidad, que es nuestra misión, es vivir en el verdadero Amor, en el Amor incondicional. Ese es el verdadero Amor, el que se ejerce desde la libertad, desde lo que verdaderamente nuestra alma anhela.

Os paso a enumerar algunos de los motivos por los que me he cabreado:
Días atrás una muchacha que está a tratamiento psiquiátrico desde hace tiempo, y que yo conocía, pero nada sabía de su situación personal, tuvimos con ella una situación de ideación suicida. Su padre nos llamó alarmado a orientación porque habían discutido y no respondía al teléfono y temían lo peor. Ya había antecedentes. Tanto desde orientación, como yo, personalmente, nos pusimos en marcha para tratar de hablar con ella, pero nuestros intentos eran vanos, aunque el hecho de que a mí me colgase el teléfono era síntoma de que seguía consciente. Al final de la tarde conseguí hablar con ella y me comentó cuáles eran los motivos de su desesperación, que no eran otros que una pequeña frustración, por no conseguir lo que quería, y hacer un maremoto de ello. Logré mentalizarla de que era buen momento para que trabajásemos toda su situación, y que yo estaba dispuesto a ayudarla. Le comenté que me gustaría que me rellenara un cuestionario autobiográfico un poco largo, pero que me ayudaría a mí a hacerme una composición de lugar de su situación, y a ella para tomar conciencia de muchas cosas que le ocurren actualmente. A los dos días le pregunté si había recibido el cuestionario y me contestó que sí, que era muy largo, y me preguntaba si era imprescindible rellenarlo, a lo que le contesté: “Todo es prescindible en esta vida. No me urge absolutamente nada, tan solo beber un poco de agua y comer algo para no morirme, porque no lo deseo. Lo demás es prescindible”. Es decir, nos pone la vida a alguien que nos apoya, que nos quiere ayudar, y parece que el problema lo tiene el psicólogo, que es el que “tiene la necesidad de que yo le rellene un cuestionario”.

Días atrás, había tenido a otra chica, con la que había quedado para hablar por videoconferencia a una hora determinada, y cuando la llamé tenía el teléfono apagado, porque estaba angustiada y deprimida y no quería coger el teléfono, cosa que me enteré por un familiar suyo.

Pues bien, el día 29 de este mes, nuestra amiga Inma nos hizo un motivador escrito titulado: Soy el amor de mi destino, el capitán de mi alma, en el que hacía mención que hacía 10 años que había tomado la decisión, a pesar de sus miedos, de salir al paso de su frustrante vida, y añado: SALIÓ Y SE ENFRENTÓ CON SU MIEDO, NO SIN MIEDO. Esta añadidura es porque algunos creen que si se tiene miedo no se enfrentan las cosas. No, se enfrentan, precisamente, porque eso es de lo que les está avisando su miedo (ESTO SE LLAMA DESPERTAR). Y algunas personas la felicitaban y animaban, cosa que está muy bien y yo participo de ello, pero aludían a que había sido muy “valiente”. Yo contesté que no era “valiente”, era “consciente”, porque ser consciente es la única forma de hacerse cargo de la vida de uno. Y no nos damos cuenta de que cuando decimos esto de: “¡Ay, Inma, qué valiente eres!”, hay que seguir leyendo dentro de uno: “Ya me gustaría ser como tú, porque YO NO PUEDO”. Y esto último, yo no puedo, es FALSO. “Tú si puedes, pero no quieres”. Incluso alguien, aludió a su cobardía por no enfrentar su situación, es decir, lo anterior, más darse un latigazo, ¡para que aprendas!

Querer, es hacerse cargo de lo que nos viene por delante. Inma cuando salió de su casa con tres hijos menores, sabía que ahora le venía lo más difícil, salir adelante con esos hijos y sin un duro en el bolsillo, y con una enfermedad. La otra postura, la de quedarse y quejarse de lo dura que es la vida, es la postura de los que NO QUIEREN CAMBIAR. Pues seguid en el sueño, pero habéis elegido vuestra vida, y decir esto, sienta mal. Pero amigos, habéis tenido mala suerte, porque al pan hay que llamarle pan. No pienso agradar los oídos a nadie. La vida es muy difícil a veces, pero estamos llamados a responder ante ella. Somos seres respondedores creativos, no reaccionarios o estímulo-respuesta. A un toro le ponen el capote y no tiene más remedio que entrar, a nosotros nos ponen el capote y paramos, reflexionamos y damos nuestra mejor respuesta. Y vuestro inconsciente os lo va a estar reclamando todos los días de vuestra vida, mediante señales, síntomas: HACEROS CARGO DE VUESTRAS VIDAS.

LOS HÉROES SON PARA EMULARLOS, NO PARA DISIMULARLOS.

A los héroes hay que aplaudirlos y emularlos, sólo con los aplausos no valen para nada.

Yo ahora, haré mi tarea, quitarme mi cabreo, por haber pensado: “Deberían darse cuenta de lo que se dicen”, pues no Juan, no se dan cuenta, y es más Juan, “no conviene darse cuenta”, tú también lo hiciste en una época.

Feliz domingo.

Besos virtuales.

JUAN FERNÁNDEZ QUESADA

40.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 40 MÁS PALABRAS



Mark Twain lo dijo muy bien: "Estaba haciendo tanto frío que, si el termómetro hubiera tenido una pulgada más de largo, nos hubiéramos muerto de frío". Nos morimos de frío con las palabras. No es el frío del ambiente lo que interesa, sino el termómetro. No es la realidad la que importa, sino lo que usted se dice a usted mismo sobre ella. Me contaron una bella historia sobre un campesino de Finlandia. cuando estaban trazando el límite entre Rusia y Finlandia, el campesino tuvo que decidir si quería quedar en Rusia o en Finlandia. Después de un largo tiempo dijo que deseaba estar en Finlandia, pero que no quería ofender a los funcionarios rusos. Éstos fueron a hablar con él y le preguntaron por qué quería quedar en Finlandia. El campesino respondió: "Siempre deseé vivir en la madre Rusia, pero a mi edad no podría sobrevivir otro invierno ruso". Rusia y Finlandia son sólo palabras, conceptos, pero no para los humanos, no para los locos humanos. Casi nunca miramos la realidad. Una vez un gurú estaba tratando de explicarle a una muchedumbre cómo reaccionan los seres humanos a las palabras, cómo se alimentan de ellas, cómo viven en ellas, en lugar de vivir en la realidad. Un hombre se puso de pie y protestó:
- No estoy de acuerdo con eso de que las palabras produzcan tanto efecto en nosotros.
El gurú le contestó:
- Siéntese, hijo de perra.
El hombre palideció de la ira y expresó:
- Usted afirma que es una persona consciente, un gurú, un maestro y debería avergonzarse.
Entonces el gurú le dijo:
Perdóneme, señor, perdí los estribos. Realmente, le ruego que me perdone; fue un error, lo siento.
Finalmente, el hombre se calmó. Entonces el gurú le dijo:
- Se necesitaron unas pocas palabras para que surgiera en usted toda una tempestad; y se necesitaron sólo unas pocas para calmarlo, ¿no es así?

Palabras, palabras, palabras, palabras ¡Cómo aprisionan si no se usan correctamente!

ANTHONY DE MELLO

sábado, 30 de mayo de 2020

39.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 39 EL AMOR COMO ADICCIÓN





El corazón enamorado permanece suave y sensible. Pero cuando usted está empeñado en conseguir esto o lo otro, se vuelve despiadado, duro e insensible. ¿Cómo puede amar a las personas cuando las necesita? Solamente puede utilizarlas. Si yo lo necesito a usted para que me haga feliz, tengo que utilizarlo, tengo que manipularlo, tengo que buscar la manera de ganármelo. No puedo dejarlo ser libre. Solamente puedo amar a las personas cuando he liberado mi vida de las personas. Cuando muero a la necesidad de las personas, entonces estoy en el desierto. Al principio se siente horrible, se siente solitario, pero si puede soportarlo por un tiempo, de pronto descubrirá que no está en absoluto solo. Está con la soledad, con el aislamiento, y el desierto comienza a florecer. Entonces por fin sabrá qué es el amor, qué es Dios, qué es la realidad. Pero, al principio renunciar a la droga puede ser muy duro, a menos que usted comprenda muy bien o haya sufrido lo suficiente. Haber sufrido es una gran cosa. Sólo entonces puede cansarse de todo. El sufrimiento debe usarse para acabar con el sufrimiento. La mayoría de las personas sencillamente siguen sufriendo. Esto explica el conflicto que tengo a veces entre director espiritual y el de terapeuta. Un terapeuta dice: "Aliviemos el sufrimiento". El director espiritual dice: "Dejémosla sufrir; se cansará de esa manera de relacionarse con la gente, y, finalmente decidirá escapar de esta prisión de dependencia emocional de otros". ¿Ofreceré un alivio o extirparé el cáncer? no es fácil decidir.

Una persona arroja airadamente un libro sobre la mesa. Déjela que siga arrojándolo sobre la mesa. No le recoja el libro y no le diga que todo está bien. La espiritualidad es consciencia, consciencia, consciencia, consciencia, consciencia, consciencia. Cuando su madre se disgustaba con usted, no decía que algo le pasaba a ella, decía que algo le pasaba a usted; de otra manera no se habría disgustado. Pues bien, hice el gran descubrimiento de que si tú estabas disgustada, mamá, algo te pasa a ti. De manera que es mejor que controles tu ira. Es tuya, no mía. Si a mí me pasa o no me pasa algo, lo analizaré independientemente de tu ira. No me voy a dejar influenciar por tu ira.

Lo curioso de esto es que cuando yo puedo hacer esto sin sentimientos negativos hacia otro, también puedo ser muy objetivo respecto a mí mismo. Solamente una persona muy consciente puede negarse a recoger la culpa y la ira del otro, y decir: "Tienes una pataleta. Lo siento. Ya no tengo el menor deseo de rescatarte, y me niego a sentirme culpable". Yo no voy a odiarme por algo que hice. Eso es lo que se llama culpa. No voy a alimentar un sentimiento negativo y a castigarme por algo que haya hecho, correcto o incorrecto, estoy dispuesto a analizarlo y a observarlo y a decir: "Bien, si hice algo malo, fue inconscientemente". Nadie hace el mal conscientemente, por esa razón los teólogos nos dicen muy bellamente que Jesús no podía hacer el mal. Eso me parece muy lógico, porque la persona consciente no puede hacer el mal. La persona consciente es libre. Jesús era libre y porque era libre, no podía hacer nada malo. Pero como usted si puede hacer el mal, usted no es libre.

ANTHONY DE MELLO

viernes, 29 de mayo de 2020

EL RINCÓN DE INMA: SOY EL AMO DE MI DESTINO, EL CAPITÁN DE MI ALMA




Hoy hace 10 años tomé una de las decisiones más importantes de mi vida, divorciarme.
Mis hijos tenían cuatro, siete y diez años, y yo una enfermedad rara que nadie sabía cómo iba a evolucionar, miastenia gravis. Apenas podía caminar, no tenía fuerza, ni movilidad, me mareaba, perdía el equilibrio, no controlaba los esfínteres, no vocalizaba, a mayores una serie de síntomas que llegaron incluso a derivarme a psiquiatría.

No me gusta recrearme en lo negativo y el victimismo y las excusas no entran en mi vocabulario, no os cuento esto por vanidad o narcisismo, aunque por supuesto me siento orgullosa.

Os lo cuento porque para mí es una fecha señalada y me apetecía compartirla con vosotros. Además, esta semana he vivido un distanciamiento por ser demasiado optimista, pues sí, me reafirmo, lo soy, acepto la acusación, me declaro culpable y pagaré condena por ello mientras mantengo los pies en el suelo y la mente en las estrellas.

Creo que se puede ser feliz con muy poco, a pesar de las adversidades, creo que tener una actitud alegre es un hábito y mi elección.

Creo que si te marcas un objetivo realista y vas a por él cada día con entusiasmo lo puedes conseguir. Creo, aunque suene a tópico, que no tenemos que dejarnos convencer por los que dicen que no lo vamos a conseguir, ni por los que nos dicen cómo tenemos que vivir nuestra vida y, sobre todo, tendría que estar prohibido que fuéramos nosotros mismos los que nos convenciéramos de ello.

Creo que tenemos que tomar nuestras propias decisiones, aunque vayamos a contracorriente, aunque nadie nos aplauda. Creo que no somos un producto terminado si no que podemos y tenemos la capacidad de reinventarnos tantas veces como queramos.

Creo que no lo sabemos todo, que no estamos en posesión de la verdad absoluta, ni nuestro criterio es el mejor pero tampoco el peor, creo que cuando le digo que sí, a alguien, sin desearlo, me estoy diciendo que no a mí. Creo que si no apuestas por ti, nunca podrás hacerlo por nadie.

No es optimismo barato, no voy a lomos de un unicornio rosa, es una manera de ver la vida que me permite no sentir ningún rencor, enfocarme en lo positivo y tener el alma en paz. Y eso, no es negociable.

" Soy el amo de mi destino,
 soy el capitán de mi alma"

INMA REYERO DE BENITO

jueves, 28 de mayo de 2020

38.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 38 EL DESPRENDIMIENTO



La única manera de cambiar es cambiando su comprensión. Pero ¿qué quiere decir comprender? ¿cómo se hace? Piense en la forma como nos esclavizan varios apegos; tratamos de reorganizar el mundo de manera que podamos conservar esos apegos, porque el mundo creemos que nos amenaza constantemente. Temo que una amiga deje de amarme, puede preferir a otra persona. Tengo que hacerme permanentemente atractivo porque tengo que ganarme a esa persona. Alguien me lavó el cerebro para creer que necesito su amor. Pero realmente no lo necesito. No necesito el amor de nadie; sólo necesito entrar en contacto con la realidad. Necesito escapar de mi prisión, de mi programación de mi condicionamiento, de mis falsas creencias, de mis fantasías. Necesito escapar hacia la realidad. La realidad es amable; es absolutamente encantadora. La vida eterna es ahora mismo. Estamos rodeados de ella, como el pez en el océano, pero no lo sabemos. Estamos demasiado distraídos por este apego. Pasajeramente, el mundo se reorganiza para adaptarse a nuestro apego, de modo que decimos: "¡Sí, maravilloso, mi equipo ganó!" Pero espere; cambiará; mañana estará deprimido. ¿Por qué seguimos haciendo esto?

Haga este pequeño ejercicio durante unos pocos minutos: Piense en algo o en alguien a quien esté apegado; en otras palabras, en una casa o una persona sin la cual usted cree que no será feliz. Podría ser su empleo, su carrera, su profesión, su amigo, su dinero, lo que sea. Y dígale a ese objeto o persona, "Realmente no te necesito para ser feliz. Solamente me estoy engañando al creer que sin ti no seré feliz. Pero realmente no te necesito para mi felicidad; puedo ser feliz sin ti. Tú no eres mi felicidad, tú no eres mi alegría". Si su apego es una persona, ella no se sentirá muy feliz al oír esto, pero dígalo de todos modos. Puede decirlo secretamente, en el fondo del corazón. En todo caso, usted se pondrá en contacto con la verdad; destrozará una fantasía. La felicidad es un estado en que no hay ilusiones, en que se descarta la ilusión. O podría probar otro ejercicio: Piense en una ocasión en que su corazón estaba destrozado y usted creía que no volvería a ser feliz (su esposo murió, su esposa murió, su mejor amigo lo abandonó, perdió su dinero). ¿Qué sucedió? El tiempo pasó, y si usted pudo apegarse a otra cosa o encontrar a alguien atractivo o algo atractivo, ¿qué pasó con el viejo apego? Realmente no lo necesitaba para ser feliz ¿no es verdad? Eso debieran haberle enseñado a usted, pero nunca aprendemos. Estamos programados; estamos condicionados. Cómo es de liberador no depender emocionalmente de nada. Si usted pudiera tener esa experiencia durante un segundo, escaparía de su prisión y vería el cielo. Quizás, algún día hasta podrá volar.

Temía decir esto, pero le hablé a Dios, y le dije que no lo necesito. Mi primera reacción fue: "Esto es muy opuesto a todas las cosas con que me criaron". Bien, algunas personas quieren hacer una excepción respecto a su apego a Dios. Dicen: "¡Si Dios es el Dios que creo que debe ser no le va a gustar que renuncie a mi apego a él!". Pues bien, si usted cree que no será feliz si no obtiene a Dios, entonces ese "Dios" en que usted piensa no tiene nada que ver con el Dios verdadero.

Usted está pensando en un estado de ensueño; está pensando en su concepto. A veces uno tiene que deshacerse de "Dios" para encontrar a Dios. Muchos místicos nos lo dicen.

Todas las cosas nos han cegado de tal manera que no hemos descubierto la verdad elemental de que los apegos perjudican las relaciones en lugar de ayudarlas. Recuerdo cuánto temía decirle a la persona que es íntima amiga "Realmente no te necesito. Puedo ser perfectamente feliz sin ti. Y al decirle esto encuentro que puedo gozar plenamente de tu compañía; no más ansiedad, no más celos, no más posesividad, no más aferrarse. Es una dicha estar contigo cuando lo disfruto sin aferrarme. Tú eres libre; yo también". Pero estoy seguro de que para muchos de ustedes esto es como si les hablara en un idioma desconocido. Yo necesité muchos, muchos meses para comprender esto plenamente, a pesar de que soy jesuita, y todos mis ejercicios espirituales son exactamente sobre esto, aunque no entendí de qué se trataba porque mi cultura y mi sociedad en general, me han enseñado a ver a las personas en función de mis apegos. A veces me parece divertido ver personas aparentemente objetivas, como terapeutas y directores espirituales, decir acerca de alguien: "ES una gran persona, una gran persona, me gusta mucho". Mas tarde descubro que me gusta porque yo le gusto. Miro dentro de mí mismo y encuentro lo mismo una y otra vez: Si usted está apegado al aprecio y a la alabanza, va a ver a las personas en función de que ellas constituyan una amenaza o un estímulo para su apego. Si usted es político y quiere ser elegido, ¿Cómo cree que mirará a las personas? ¿cómo se orientará su interés por la gente? Le preocupará la persona que le va a dar su voto. Si lo que le interesa es el sexo ¿Cómo cree que va a mirar a los hombres y a las mujeres? Si usted está apegado al poder, eso afecta a la manera de ver a las personas. Un apego destruye su capacidad de amar. ¿Qué es el amor? El amor es sensibilidad, el amor es consciencia. Voy a darles un ejemplo: Estoy escuchando una sinfonía, pero si oigo solamente el sonido de los tambores, no oigo la sinfonía. ¿Qué es un corazón amante? Un corazón amante es sensible a la totalidad de la vida, a todas las personas; un corazón amante no se endurece frente a ninguna persona o cosa. Pero en el momento en que usted se apega en el sentido en que yo lo digo, entonces excluye muchas otras cosas. No tiene ojos sino para el objeto de su apego; no tiene oídos sino para los tambores; el corazón se ha endurecido. Además, se ha cegado, porque ya no ve el objeto del apego objetivamente. El amor implica claridad de percepción, objetividad; no hay nada que tenga más claridad de visión que el amor.

ANTHONY DE MELLO

miércoles, 27 de mayo de 2020

37.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 37 LA REALIDAD FILTRADA



Quiero decir otra cosa sobre nuestra percepción de la realidad. La diré en forma de analogía: El presidente de los Estados Unidos necesita información acerca de lo que piensa la ciudadanía. El Papa en Roma necesita información acerca de toda la iglesia. Literalmente hay millones de datos que se les podrían dar, pero ellos no podrían recibirlos todos, y menos comprenderlos. Por eso tienen personas a quienes confían la elaboración de extractos, que resumen las cosas, les hacen seguimiento, las filtran y, al final de esto, les llega al escritorio. Bien, eso es lo que nos pasa a nosotros. Estamos recibiendo información de la realidad a través de todos los poros o células vivas de nuestro cuerpo y a través de todos nuestros sentidos, pero constantemente filtramos las cosas. ¿Quién las filtra? ¿Nuestro condicionamiento? ¿Nuestra cultura? ¿Nuestra programación? ¿La forma en que nos enseñaron ver las cosas y a experimentarlas? Hasta nuestro idioma puede ser un filtro. Hay tanto filtro que a veces no vemos las cosas que están ahí. Es suficiente mirar a una persona paranoica que siempre se siente amenazada por algo que no está ahí, que constantemente interpreta la realidad en función de ciertas experiencias del pasado o de ciertos condicionamientos que tenga.

Pero también hay otro demonio que filtra. Se llama el apego, el deseo, el anhelo. La raíz de la tristeza es el deseo (no hay pérdida). El deseo vehemente distorsiona y destruye la percepción. Nos persiguen los temores y los deseos. Samuel Johnson dijo: "Saber que dentro de una semana va a estar colgado del patíbulo concentra maravillosamente la mente de un hombre". Bloquea todo lo demás y se concentra únicamente en el miedo, o en el deseo o en el anhelo.

A nosotros nos drogaron de muchas maneras cuando jóvenes. Nos criaron para necesitar a las personas. ¿Para qué? Para que nos acepten, nos aprueben, nos aprecien, nos aplaudan - para lograr lo que llamaban el éxito. Esas son palabras que no corresponden a la realidad. Son convencionalismos, cosas inventadas, pero no nos damos cuenta de que no corresponden a la realidad. ¿Qué es el éxito? es lo que un grupo decidió que podría ser una cosa buena.

Otro grupo decidirá que la misma cosa es mala. Lo que es bueno en Washington puede considerarse malo en un monasterio cartujo. El éxito en un círculo político puede considerarse como un fracaso en otros círculos. Son convencionalismos, pero los tratamos como si fueran realidades, ¿verdad? Cuando éramos jóvenes nos programaron para la desdicha. Nos enseñaron que para ser felices se necesita dinero, éxito, una pareja hermosa o bien parecida, un buen empleo, amistad, espiritualidad, Dios - y todo lo demás. Nos dijeron que si no conseguíamos esas cosas no seríamos felices. Ahora, eso es lo que yo llamo un apego. Un apego es creer que sin algo no seremos felices (Necesidades falsas). Una vez que nos convencemos de eso - y se nos mete en el subconsciente, queda impreso en las raíces de nuestro ser - se acabó. "¿Cómo puedo ser feliz a menos que tenga buena salud?", dice usted. Pero le voy a decir algo: He conocido personas que se estaban muriendo de cáncer y eran felices. ¿Cómo podían ser felices si sabían que se iban a morir? Pues eran felices.

"¿Cómo puedo ser feliz ni no tengo dinero?". Una persona tiene un millón de dólares en el banco y se siente insegura; la otra persona prácticamente no tiene dinero, pero no parece sentir ninguna inseguridad. La programaron de manera diferente, eso es todo. Es inútil exhortar a la primera hacer lo que debe hacer; necesita comprender. Las exhortaciones no ayudan mucho. Necesita comprender que la programaron; es una creencia falsa. Véala como falsa, véala como una fantasía. ¿Qué hace la gente durante toda la vida? Está ocupada peleando; pelea, pelea, pelea. A eso lo llaman sobrevivir. Cuando el estadounidense promedio dice que se está ganando la vida, no se está ganando la vida. ¡Ah, no! Tiene mucho más de lo que necesita para vivir. Vengan a mi país y lo verán. Para vivir ellos no necesitan todos esos automóviles. Para vivir no necesitan un televisor. Para vivir no necesitan maquillaje. Para vivir no necesitan toda esa ropa. Pero trate de convencer de esto a un estadounidense. Les han lavado el cerebro; los han programado. de manera que trabajan y luchan por obtener el objeto deseado que los hará felices. Escuche esta triste historia - su historia, mi historia, la historia de todo el mundo -: "Hasta que consiga esto (dinero, amistad, cualquier cosa) no seré feliz; tengo que luchar por conseguirlo y luego, cuando lo consiga, tengo que luchar por conservarlo. Tengo una emoción pasajera. ¡Ah, estoy tan emocionado! ¡Ya lo conseguí!”. Pero ¿cuánto tiempo dura eso? Unos minutos, máximo unos días. Cuando consigue su automóvil nuevo ¿cuánto tiempo dura la emoción? Hasta que su siguiente apego se vea amenazado.

La verdad sobre una emoción es que después de un tiempo me canso de ella. Me dijeron que la oración esa algo extraordinario; me dijeron que Dios era algo extraordinario; me dijeron que la amistad era algo extraordinario. Y sin saber qué era realmente la oración y sin saber qué era realmente Dios, sin saber lo que era realmente la amistad, les dimos mucha importancia. Pero después de un tiempo nos aburrimos de ellos - nos aburrimos de la oración, de Dios, de la amistad. ¿No es eso patético? Y no hay manera de escapar, sencillamente no hay manera de escapar. Es el único modelo que nos dieron: ser felices. No nos dieron ningún otro modelo. Nuestra cultura, nuestra sociedad y, siento decirlo, nuestra religión, no nos dieron ningún otro modelo. Lo acaban de nombrar cardenal. ¡Qué gran honor! ¿Honor? ¿Dijo usted honor? Se equivocó de palabra.

Ahora otros van a aspirar a lo mismo. Usted cayó en lo que los evangelios llaman "el mundo" y va a perder su alma. El mundo, el poder, el prestigio, el triunfo, el éxito, el honor, etc., no existen. Usted gana “mundo” pero pierde el alma. Toda su vida ha estado vacía y sin alma. Ahí no hay nada. Sólo hay una manera de escapar, ¡desprogramarse! ¿cómo se hace eso? Tomando consciencia de la programación. Usted no puede cambiar por un esfuerzo de la voluntad; no puede cambiar por medio de ideales; no puede cambiar adoptando nuevos hábitos. Su comportamiento puede cambiar, pero no usted. Usted sólo cambia por medio de la consciencia y la comprensión. Cuando usted vea una piedra como una piedra y un pedazo de papel como un pedazo de papel, ya no piensa que la piedra es un diamante precioso y no piensa que el pedazo de papel es un cheque por mil millones de dólares. Cuando vea esto, cambia. Ya no hay violencia en el intento de cambiar. De otra manera, lo que usted llama cambio es sencillamente cambiar de sitio los muebles. Su comportamiento cambia, pero usted no.

ANTHONY DE MELLO

martes, 26 de mayo de 2020

JOAN SÁNCHEZ-FORTÚN - YO, ESE SER DESCONOCIDO



De la misma manera que el conocimiento interior hace libre al ser humano, su desconocimiento lo esclaviza, sometiéndolo al sufrimiento prolongado, improductivo e innecesario. Aumenta sus miedos, ansiedad e inseguridad, determina la pérdida de su identidad e imposibilita desarrollar una vida más plena consigo mismo y con sus semejantes.

Si caminamos sin brújula ni orientación, sentiremos la sensación de estar perdidos físicamente. Mucho más doloroso resulta cuando estamos perdidos interiormente, al ignorar el sentido humano y existencial que daremos a nuestra vida, con lo cual provocaremos un grave y doloroso conflicto: la pérdida de realidad y el desconocimiento de nuestros límites. Iniciaremos así una etapa dolorosa, cuyo único fin debería ser el de cobrar conciencia de nuestras carencias personales y afectivas para poder, entonces, iniciar un beneficioso y productivo proceso evolutivo e integrador.

Diversas son las causas que provocan este desconocimiento interior. Muy destacadamente, el grado de involución, consecuencia de nuestra inmadurez; culpar al prójimo de los actos injustificables para liberarnos de nuestras responsabilidades. Rechazar sistemáticamente toda opinión desfavorable dificultará que interioricemos nuestros errores para conseguir así una posterior rectificación.

Actitudes relacionadas con el orgullo, la soberbia y la prepotencia son compañeros indeseables cuando anidan en nuestro ser, nos aíslan patológicamente de la realidad, con el consiguiente sufrimiento. Opinar antes que preguntar, creerse en posesión de la verdad, vivir aislados «autísticamente» en nuestra burbuja como actitud «protectora y cómoda», no es el mejor camino para descubrirnos interiormente como seres humanos.

La escucha y el diálogo responsables e integradores; cobrar conciencia de la realidad para afrontar y reconocer nuestros límites, así como la superación de los miedos ―complementando lo aportado anteriormente―, posibilitarán que dejemos de ser unos desconocidos de nosotros mismos.

Si el conocimiento interior hace libre al ser humano, ¿qué espera para ser libre? ¿O prefiere vivir en su total ignorancia existencial, con el consiguiente sufrimiento que conlleva?

UN SALUDO.
JOAN SÁNCHEZ-FORTUN

36.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 36 EL CONDICIONAMIENTO CULTURAL



Algo más sobre las palabras: Les dije antes que las palabras son limitadas. Les voy a decir otra cosa. Hay palabras que no corresponden a nada. Por ejemplo, yo soy hindú. Ahora supongamos que soy prisionero de guerra en el Pakistán, y que me dicen: "Bueno, hoy lo vamos a llevar a la frontera”. Y miro y pienso: "Ah, mi país, mi hermoso país. Veo aldeas y árboles y colinas. Ésta es mi tierra, mi tierra natal". Al cabo de un rato, uno de los guardias dice: "Perdone, nos equivocamos. Tenemos que recorrer otros veinte kilómetros". ¿A qué estaba yo reaccionando? A nada. Estaba fijándome en una palabra: India. Pero, ¿los árboles son la India?, los árboles son árboles. En realidad, no hay fronteras ni límites; los puso allí la mente humana; generalmente los fijaron políticos avaros y estúpidos. En una época, mi país fue uno; ahora son cuatro. Si no nos cuidamos, podría llegar a seis. entonces tendríamos seis banderas, seis ejércitos. Por eso ustedes nunca me verán saludar una bandera. Yo detesto todas las banderas nacionales porque son ídolos. ¿Qué estamos saludando? Yo saludo a la humanidad, no una bandera con un ejército a su alrededor.

Las banderas están en la mente de las personas. En todo caso, hay miles de palabras en nuestro vocabulario que no corresponden a la realidad. ¡Pero cómo nos emocionan! Entonces empezamos a ver cosas que no están allí. Realmente vemos montañas indias cuando ellas no existen, y realmente vemos gente hindú, que tampoco existe. Su condicionamiento hindú existe. Pero eso no es una cosa para regocijarse. En estos días, en los países del tercer mundo, hablamos mucho de la "inculturación". ¿Qué es eso que llamamos cultura? La palabra no me hace muy feliz. ¿Qué quiere decir que a usted le gusta hacer algo porque lo condicionaron para que lo hiciera? ¿Qué le gustaría sentir algo porque lo condicionaron para que lo sintiera? ¿No es eso ser mecánico? Imagínense un bebé estadounidense que es adoptado por una pareja rusa y es llevado a Rusia. No tiene idea de que es estadounidense de nacimiento. Crece hablando ruso; vive y muere por la madre Rusia; odia a los estadounidenses. El niño tiene el sello de su propia cultura; está familiarizado con su propia literatura. Mira el mundo a través de los ojos de su cultura. Ahora, si ustedes quieren mostrar su cultura de la misma manera como muestran sus vestidos, está bien. La mujer hindú usaría un sari y la mujer estadounidense usaría otra cosa, y la mujer japonesa usaría su kimono. Aunque nadie se identifica con sus vestidos, ustedes si quieren usar su cultura. Están orgullosos de su cultura. Les enseñan a estar orgullosos de ella. Permítanme decirlo tan enérgicamente como pueda. Un jesuita amigo mío me dijo: "Cuando veo a un mendigo o a un pobre, no puedo no darle una limosna. Eso me lo enseñó mi madre". Su madre le daba una comida a cualquier pobre que pasara. Yo le dije: Joe, lo que tú tienes no es una virtud; lo que tienes es una compulsión (acto repetitivo), una buena compulsión desde el punto de vista del mendigo, pero de todas maneras es una compulsión".

Recuerdo otro jesuita que nos dijo una vez en una reunión íntima de nuestra provincia jesuita en Bombay: "Yo tengo ochenta años; he sido jesuita durante setenta y cinco años. Nunca he dejado de hacer mi hora de meditación - nunca". Bueno, eso podría ser muy admirable, o también podría ser una compulsión. No hay gran mérito si es algo mecánico. La belleza de una acción viene, no de que se haya convertido en un hábito sino de su sensibilidad, su consciencia, su claridad de percepción, y su claridad de respuesta. Puedo decirle sí a un mendigo y no a otro. No estoy obligado por ningún condicionamiento o programación de mis experiencias pasadas o de mi cultura. Nadie me ha sellado con algo, o si lo han hecho, ya no reacciono basándome en ello. Si usted hubiera tenido una mala experiencia con un estadounidense o si lo hubiera mordido un perro, o si hubiera tenido una mala experiencia con cierto tipo de alimento, sentiría la influencia de esa experiencia durante el resto de su vida. ¡Y eso está mal! usted necesita liberarse de eso. No conserve las expectativas del pasado. En realidad, tampoco conserve las buenas experiencias del pasado. Aprenda lo que significa experimentar algo plenamente, después descártelo y pase al momento siguiente, sin influencias del anterior. Tendría tan poco equipaje que podría pasar por el ojo de una aguja. Sabría lo que es la vida eterna porque la vida eterna es ahora, es el ahora sin tiempo. Solamente así entrará en la vida eterna. Pero cuantas cosas llevamos con nosotros. Nunca emprenderemos la tarea de liberarnos, de dejar el equipaje, de ser nosotros mismos. Siento decir que en todas partes encuentro musulmanes que utilizan su religión, su culto y su Corán para distraerse de esa tarea. Y lo mismo puede decirse de los hindúes y de los cristianos.

¿Puede usted imaginarse al ser humano que ya no está influenciado por las palabras? Usted puede decirle cualquier cantidad de palabras, y él todavía será ecuánime con usted. Usted puede decir: "Yo soy el Cardenal- Arzobispo Fulano de Tal", pero él seguirá siendo ecuánime; lo verá a usted como es. No está influenciado por el rótulo.

ANTHONY DE MELLO

sábado, 23 de mayo de 2020

35.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 35 SIN PODER ENCONTRAR LAS PALABRAS (LO INEFABLE)



Dag Hammarskjöld, ex secretario general de las Naciones Unidas, lo dijo bellamente: "Dios no muere el día que dejamos de creer en una deidad personal. Pero nosotros morimos el día que nuestra vida deje de estar iluminada por el firme resplandor del asombro diariamente renovado, cuya fuente está más allá de toda razón". No tenemos por qué discutir por una palabra, porque "Dios" es sólo una palabra, un concepto. Nunca discutimos por la realidad; sólo discutimos sobre las opiniones, los conceptos, los juicios. Abandonen sus conceptos, abandonen sus opiniones, abandonen sus prejuicios, abandonen sus juicios y lo verán.

"Quia de deo scire non possumus quid sit, sed quid non sit, non possumus considerare de deo, quomodo sit sed quomodo non sit". Ésta es la introducción de Santo Tomás de Aquino a su summa theológica; "Como no podemos conocer lo que Dios es, sino lo que Dios no es, no podemos considerar cómo es Dios sino sólo cómo no es". Ya mencione el comentario de Tomás al libro de Boecio de Sancta Trinitate, en donde dice que el más alto grado de conocimiento de Dios es conocer a Dios como el desconocido, tamquan ignoyum. Y en su Questio Disputata de Pontetia Dei, Tomás dice: "Esto es lo máximo en el conocimiento humano de Dios - Saber que no conocemos a Dios". A este caballero lo consideraban el príncipe de los teólogos. Era un místico, y hoy es un santo canonizado. estamos sobre terreno bastante firme.

En la India tenemos un dicho sánscrito para este tipo de cosa: "Neti, neti". Significa: "No es eso, no es eso". El método de Tomás se llamaba el de la vía negativa, el camino negativo. C.S. Lewis escribió un diario mientras su esposa estaba agonizando. Se llama “Un dolor observado”. Él se había casado con una mujer norteamericana a quien quería entrañablemente. Les dijo a sus amigos: "Dios me dio a los sesenta años lo que me negó a los veinte". Hacía muy poco que se habían casado cuando ella se murió dolorosamente de cáncer. Lewis dijo que toda su fe se había derrumbado, como un castillo de naipes. Él era el gran apologista cristiano, pero cuando el desastre lo golpeó, se preguntó: "¿Es Dios el padre amante o el gran vivisector?". ¡Hay una amplia evidencia para ambas posibilidades! Recuerdo que cuando mi madre enfermó de cáncer, mi hermana me preguntó:
- Tony ¿Por qué permitió Dios que esto le sucediera a mamá?
Le dije:
- Querida, el año pasado se murieron de hambre un millón de personas en la China debido a la sequía y tú nunca te inquietaste.

A veces lo mejor que puede sucedernos es despertar a la realidad, que nos golpee la calamidad, porque entonces llegamos a la fe, como llegó C.S. Lewis. Él dijo que antes no había tenido dudas sobre la supervivencia de las personas después de la muerte, pero que cuando su esposa murió ya no estuvo seguro. ¿Por qué? Porque era sumamente importante para él que ella siguiera viviendo. Como ustedes saben, C.S. Lewis es el maestro de las comparaciones y las analogías. Él dice: "Es como una cuerda. Alguien le pregunta a uno:
- ¿Esta cuerda resistirá el peso de sesenta y cinco kilos?
Uno responde:
- Sí.
- Bien, vamos a bajar a su mejor amigo con esta cuerda.
Entonces uno dice:
- Espéreme un momento, déjeme probar la cuerda de nuevo. Ahora ya no está tan seguro".

Lewis también dijo en su diario que no podemos saber nada sobre Dios y que incluso nuestras preguntas sobre Dios son absurdas. ¿Por qué? es como si una persona ciega de nacimiento le preguntara a uno: "¿El color verde es caliente o frío?" Neti, neti, no es eso. "¿Es largo o corto?". No es eso. "¿Es dulce o es ácido?". No es eso. “¿Es redondo o cuadrado?”. No es eso, no es eso. El ciego no tiene palabras, no tiene conceptos, para un color del cual no tiene idea, no tiene intuición, no tiene experiencia. Usted sólo le puede hablar valiéndose de analogías. Pregunte lo que pregunte, usted sólo le puede decir: "No es eso". C.S. Lewis dice en alguna parte que es como preguntar cuántos minutos hay en el color amarillo. Todo el mundo podría tomar la pregunta muy en serio, discutirla, disputar sobre ella. Una persona sugiere que hay veinticinco zanahorias en el color amarillo, la otra persona dice: "No, diecisiete papas". Y de pronto están peleando. No es eso, no es eso.

Esto es lo máximo en nuestro humano conocimiento de Dios: Saber que no sabemos. Nuestra gran tragedia es que sabemos demasiado. Creemos que sabemos, ésa es nuestra tragedia; por eso nunca descubrimos. De hecho, Tomás de Aquino (él no es solamente un teólogo sino un gran filósofo) dice en repetidas ocasiones: "Todos los esfuerzos de la mente humana no pueden agotar la esencia de una mosca".

ANTHONY DE MELLO

viernes, 22 de mayo de 2020

EL RINCÓN DE INMA: SÓLO PUEDES ACTUAR DESDE DÓNDE ESTÁS Y CON LO QUE TIENES



Si mi abuela tuviera ruedas sería una bicicleta, es un dicho popular muy gráfico que me lleva a la creencia irracional, o idea absurda, según la cual, si las cosas fueran de otra manera, o tuviéramos otros recursos, otras características físicas, otros estudios etc.., parece ser que, ahí, en ese momento, sí, podríamos ser muy felices.

Lo que ocurre es que las cosas son como son y mientras fantaseamos no hacemos nada, o hacemos muy poco, y de forma ineficaz.

A las personas no les suele gustar que se les corte cuando empiezan con sus elucubraciones mentales, pero estoy convencida de que sólo podemos avanzar desde donde estamos y siendo conscientes de lo que tenemos.

A esto habría que sumarle saber lo que queremos o por lo menos lo que no queremos, y desde ahí, sabiendo dónde estamos y a dónde queremos llegar, deberemos establecer un plan de acción que nos lleve, a base de pequeñas metas, con perseverancia y paciencia, a conseguir nuestro objetivo.

INMA REYERO DE BENITO

miércoles, 20 de mayo de 2020

34.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 34 SEAMOS CONCRETOS



Cada vez que tengo un concepto, es algo que podría aplicarse a varios individuos. No nos referimos a un nombre concreto, particular, como María o Juan, los cuales no tienen un significado conceptual. Un concepto se aplica a numerosos individuos, a incontables individuos. Los conceptos son universales. Por ejemplo, la palabra "hoja" podría aplicarse a cada una de las hojas de un árbol; la misma palabra se aplica a todas esas hojas individuales. Además, la misma palabra se aplica a todas las hojas de todos los árboles, las grandes, las pequeñas, las tiernas, las secas, las amarillas, las verdes, a las hojas de plátano. De manera que, si yo le digo que esta mañana vi una hoja, usted no tiene idea realmente de lo que vi.

Veamos si ustedes pueden comprender eso. Ustedes sí tienen una idea de lo que no vi. No vi un animal, no vi un perro. No vi a un ser humano. No vi un zapato. De manera que ustedes tienen una idea vaga de lo que vi, pero no es particular, no es concreta. "Seres humanos" no se refiere al hombre primitivo, ni al hombre civilizado, ni a un hombre adulto, ni a un niño, ni a un hombre o a una mujer, ni a esta edad particular ni aquella, ni a esta cultura o a la otra, sino al concepto. El ser humano se encuentra concreto; ustedes nunca encuentran un ser humano universal como el concepto que ustedes tienen. De manera que el concepto señala, pero nunca es enteramente preciso; le falta la unicidad, la concreción. El concepto es universal.

Cuando les doy un concepto, les doy algo, y, sin embargo, qué poco les he dado. El concepto es tan valioso, tan útil para la ciencia. Por ejemplo, si digo que aquí todos somos seres animales, eso sería perfectamente preciso desde un punto de vista científico. Pero somos algo más que animales. Si digo que María Juan es un animal, eso es verdad; pero como omití algo esencial sobre ella, es falso; eso es una injusticia. Cuando digo que una persona es mujer, eso es verdad; pero hay muchas cosas en esa persona que no se ajustan al concepto de "mujer". Ella siempre es esta mujer particular, concreta, única, de quien se puede tener una experiencia, pero no un concepto. A la persona concreta la debo ver yo mismo, tengo que experimentarla yo mismo, intuirla yo mismo. Se puede intuir el individuo, pero no conceptualizarlo.

Una persona está más allá de la mente pensante. Probablemente muchos de ustedes se sienten orgullosos de que los llamen americanos (o españoles), así como muchos hindúes se sienten orgullosos de que los llamen hindúes. ¿Pero qué es "americano", qué es "hindú"? es un convencionalismo, no es parte de su naturaleza. No se tiene sino un rótulo. Realmente uno no conoce a la persona. El concepto siempre falla u omite algo muy importante, algo precioso que sólo se encuentra en la realidad, la cual es unicidad concreta. El gran Krishnamurti lo dijo muy bien: "El día que usted enseñe a un niño el nombre de un pájaro, el niño nunca volverá a ver ese pájaro". ¡Qué verdadero! La primera vez que el niño ve ese objeto blando, vivo, que se mueve, usted le dice: "Gorrión". Mañana, cuando el niño vea otro objeto blando que se mueve, similar al primero dice: "Gorriones. He visto gorriones. Me aburren los gorriones".

Si usted no mira las cosas a través de sus conceptos, nunca se aburrirá. Cada cosa es única. Cada gorrión es diferente de los demás gorriones, a pesar de las similitudes. es de gran ayuda tener similitudes porque podemos abstraer, porque podemos tener un concepto. Eso es de gran ayuda, desde el punto de vista de la comunicación, la educación, la ciencia. Pero también es muy engañoso y un gran obstáculo para ver ese individuo concreto. Si usted sólo tiene experiencia de su concepto, no tiene experiencia de la realidad, porque la realidad es concreta. El concepto es una ayuda, para llevarlo a usted a la realidad, pero cuando llegue, tiene que intuirla o experimentarla directamente.

Una segunda cualidad de un concepto es que es estático, y la realidad fluye. Utilizamos el mismo nombre para las Cataratas del Niágara, pero esa masa de agua cambia constantemente. Tenemos la palabra "Río", pero allí el agua fluye constantemente. Tenemos una palabra para el "cuerpo" de usted, pero las células de su cuerpo se están renovando constantemente. Supongamos, por ejemplo, que hace mucho viento y que yo quiero que la gente de mi país tenga una idea de lo que es una borrasca o un huracán americano. De manera que lo capturo en una caja de cigarros, y regreso a mi país y digo: "Miren esto". Naturalmente, ya no es una borrasca, ¿verdad? Una vez ha sido capturada. O si quiero que ustedes sientan lo que es el movimiento de un río y se lo traigo en un balde. En el momento en que lo pongo en el balde, deja de fluir. En el momento en el que se ponen las cosas en un concepto dejan de fluir; se vuelven estáticas, muertas. Una ola congelada no es una ola. Una ola es esencialmente movimiento, acción; cuando usted la congela, ya no es una ola. Los conceptos siempre están congelados. La realidad fluye.

Finalmente, si hemos de creerles a los místicos (y no se requiere mucho esfuerzo para comprender esto, o incluso para creerlo, pero nadie puede verlo de inmediato), la realidad es una totalidad, pero las palabras y los conceptos la fragmentan. Por eso es tan difícil traducir de un idioma a otro, porque cada idioma fragmenta la realidad de una manera diferente. Es imposible traducir la palabra inglesa "home" al francés o al español. La palabra española "casa" no es exactamente "home"; "home" tiene asociaciones que son específicas del idioma inglés. Todos los idiomas tienen palabras y expresiones que no se pueden traducir, porque fragmentamos la realidad y agregamos o quitamos algo, y el uso hace cambiar continuamente. La realidad es una totalidad, y nosotros la fragmentamos para formar conceptos y utilizamos palabras para indicar diferentes partes. Si usted nunca hubiera visto un animal, por ejemplo, y un día encontrara una cola -sólo una cola- y alguien le dijera: "Esto es una cola" ¿tendría usted idea de qué era ésta si no tuviera idea de lo que es un animal?

Las ideas generalmente fragmentan la visión, la intuición, o la experiencia de la realidad como totalidad. Esto es lo que los místicos nos dicen continuamente. Las palabras no pueden darle a uno la realidad. Solamente señalan, solamente indican. uno las utiliza como indicadores para llegar a la realidad. Pero una vez uno llega, sus conceptos son inútiles. Un sacerdote hindú tuvo una vez una disputa con un filósofo que decía que la última barrera para llegar a Dios, era la palabra "Dios", el concepto de Dios. El sacerdote se escandalizó con esto, pero el filósofo le dijo: "El asno en que usted monta y que utiliza para ir a una casa no es el medio por el cual usted entra en la casa. Usted utiliza el concepto para llegar; entonces se apea y va más allá". No hay necesidad de ser un místico para comprender que la realidad es algo que no puede captarse con las palabras y los conceptos. Para conocer la realidad uno tiene que conocer más allá de todo concepto.

¿Esas palabras les recuerdan a ustedes algo? Los que conozcan La nube del no saber reconocerán la expresión. Los poetas, pintores, místicos y los grandes filósofos intuyen esta verdad. Supongamos que un día estoy mirando un árbol. Hasta ahora, cada vez que veía un árbol, decía: "Bueno, eso es un árbol". Pero hoy cuando miro el árbol, no veo un árbol. Al menos no lo veo como estoy acostumbrado a ver. Veo algo con la frescura de visión de un niño. No tengo para ello una palabra. Veo algo único, completo, que fluye, no fragmentado. Y me asombro. Si usted me preguntara: "¿Qué vio?" ¿qué cree que le respondería? no tengo palabras para hacerlo. No hay palabras para la realidad (es inefable). Porque apenas le pongo una palabra, estamos de nuevo en los conceptos.

Y si no puedo expresar esta realidad que es visible para los sentidos, ¿cómo expresar lo que no puede verse con los ojos u oírse con los oídos? ¿cómo encontrar una palabra para la realidad de Dios? ¿Están ustedes comenzando a comprender lo que dijeron Tomás de Aquino, Agustín, y todos los demás y lo que la Iglesia enseña constantemente cuando dice que Dios es un misterio, que es incomprensible para la mente humana?

Una de las últimas cartas del gran Karl Rahner se la escribió a un joven drogadicto alemán que le había pedido ayuda. El drogadicto le había dicho: "Ustedes los teólogos hablan sobre Dios, pero ¿cómo podría ese Dios tener relación con mi vida? ¿cómo podría este Dios liberarme de las drogas?". Rahner le dijo: "Debo confesarle con toda honestidad que, para mí, Dios es y siempre ha sido un misterio absoluto. No comprendo lo que Dios es; nadie puede comprenderlo. Tenemos indicios, vislumbres; hacemos esfuerzos vacilantes, inadecuados, para expresar el misterio en palabras. Pero no hay una palabra, no hay una frase para el misterio". Y hablando a un grupo de teólogos en Londres, Rahner dijo: "La tarea del teólogo es explicarlo todo a través de Dios, y explicar a Dios como inexplicable". Misterio inexplicable. no sabemos, no podemos decir. Decimos, "Ah, ah...".

Las palabras son indicadores, no son descripciones. Trágicamente, la gente cae en la idolatría porque cree que, en lo referente a Dios, la palabra es la cosa. ¿Cómo puede alguien ser tan loco? ¿Puede usted todavía ser más loco? Incluso en lo referente a los seres humanos, o a los árboles y las hojas y a los animales, la palabra no es la cosa. ¿Y usted diría que, en lo referente a Dios, la palabra es la cosa? ¿Cómo puede decir semejante cosa? Un experto en las escrituras internacionalmente famoso asistió a un curso en San Francisco, y me dijo: "¡Dios mío, después de escucharlo a usted, comprendí que he sido un idólatra toda la mi vida!". Lo dijo abiertamente: "Nunca caí en la cuenta de que era un idólatra. Mi ídolo no era de madera o metal; era un ídolo mental". Éstos son los idólatras más peligrosos. Utilizan una sustancia muy sutil, la mente, para hacer su Dios.

Los estoy llevando a ustedes a lo siguiente: La consciencia de la realidad que los rodea. Consciencia significa observar, observar lo que sucede dentro de ustedes y alrededor de ustedes. "Lo que sucede" es bastante adecuado: Los árboles, el césped, las flores, los animales, las rocas, toda la realidad se mueve. Uno lo observa, uno lo ve. Cuán esencial es para el ser humano no observarse solamente a sí mismo, sino observar la realidad. ¿Ustedes son prisioneros de sus conceptos? ¿Quieren liberarse de la prisión? Entonces miren; observen; dediquen horas enteras a observar. ¿Observar qué? Cualquier cosa. Los rostros de la gente, las formas de los árboles, un pájaro que vuela, un montón de piedras, observen el crecimiento del césped. pónganse en contacto con las cosas, mírenlas. Entonces podrán tener la esperanza de liberarse de esos patrones rígidos que todos nos hemos formado, de lo que nos han impuesto nuestros pensamientos y nuestras palabras. Tendremos la esperanza de ver. ¿Qué veremos? Eso que decidimos llamar realidad, lo que está más allá de las palabras y los conceptos. Esto es un ejercicio espiritual - relacionado con la espiritualidad - relacionado con el hecho de liberarse de su jaula, de su prisión de conceptos y palabras.

Qué triste si pasamos por la vida sin verla nunca con los ojos de un niño. Esto no quiere decir que debamos descartar totalmente todos los conceptos; son muy preciosos. Aunque empezamos sin ellos, los conceptos tienen una función muy positiva. Gracias a ellos desarrollamos nuestra inteligencia. Nos invitan, no a convertirnos en niños, sino a ser como niños. Tenemos que perder el estado de inocencia y ser arrojados del paraíso; tenemos que desarrollar un "yo" y un "mi" por medio de esos conceptos. Pero tenemos que regresar al paraíso. Necesitamos ser redimidos de nuevo. Necesitamos descartar al hombre viejo, la naturaleza vieja, el ego condicionado, y regresar al estado del niño, pero sin ser un niño.

Cuando comenzamos en la vida, miramos la realidad con asombro, pero no es el asombro inteligente de los místicos; es el asombro informe del niño. El asombro muere y lo reemplaza el aburrimiento, a medida que desarrollamos el lenguaje y las palabras y los conceptos. entonces podremos tener la esperanza, si somos afortunados, de regresar al asombro.

ANTHONY DE MELLO