domingo, 29 de julio de 2018

LA MEDITACIÓN Y SUS TIPOS

Resultado de imagen de MEDITACIÓN
Decía Shunryu Suzuki Roshi, maestro Zen Soto (una de las 3 escuelas Zen en Japón, las otras son Rinzai y Obaku), que “la meditación abre la mente al mayor misterio que tiene lugar a diario y a cada hora; ensancha el corazón para que pueda sentir la eternidad del tiempo y la infinitud del espacio en cada latido; nos da una vida en el mundo como si estuviéramos en el paraíso; y todas esas acciones espirituales ocurren sin necesidad de refugiarnos en ninguna doctrina, simplemente por el hecho de asirnos con firmeza a la verdad que yace en lo más íntimo de nuestro ser”.

Las técnicas de meditación son métodos de adiestramiento mental y espiritual. Usando la relajación, la visualización, el adiestramiento de la atención en el aquí y ahora, o la meditación, muchas personas se han transformado a sí mismas.
Considero la meditación un medio muy útil para cambiar el dolor de nuestra separación o división personal, así como nuestro distanciamiento con el universo (como dice Un Curso de Milagros, UCDM) hacia una intuitiva y placentera comprensión de nuestra totalidad y plenitud como seres humanos.

Actualmente se van considerando por parte de las ciencias de la salud a la meditación y a las técnicas contemplativas como unas ricas fuentes de fomento de la salud, manejo de la atención, eliminación del estrés, incremento de la creatividad, aumento de las emociones positivas: empatía, humor, paciencia, placidez y amor incondicional.

Podríamos decir que la meditación persigue tres metas:
1)   Descubrir y transformar los limitados hábitos de nuestra mente que bloquean nuestro potencial.
2)   Cultivar  activamente y dar vigor a nuestra sabiduría, inteligencia, serenidad y compasión.
3)   Ganar en eficacia para ayudar a los demás a conseguir su pleno potencial. Como dice UCDM cuando yo gano, los demás ganan, y cuando yo pierdo los demás pierden, luego nunca hagas nada que no aporte bien a todos.

Hay cinco categorías de técnicas meditativas:

1)   Meditación concentrativa: es la base del resto de meditaciones. Una mente distraída tiene un poder muy limitado, una mente dirigida tiene un poder abrumador. Esta unidireccionalidad de la mente desarrollada a través de la energía de concentración se denomina samadhi que significa “establecer o dar firmeza”. Imagina una luz difusa y dispersa, y la potencia de un rayo láser, que concentra toda la energía en un haz. Convertimos a la mente en un instrumento penetrante de conocimiento de la verdad. Esa mente concentrada nos da gozo y desarrolla nuestras capacidades psíquicas. Las técnicas concentrativas se centran en poner nuestra atención en un objeto o actividad y siempre que la mente se distraiga corregirla para que vuelva una y otra vez a donde debe estar centrada.

2)   Meditación consciente: trabaja la receptividad hacia todo lo que surge en la esfera de nuestra experiencia (darnos cuenta de) Nos ayuda, como experimenta un niño, a sorprendernos de todo lo que acontece, por lo que aprendemos a mirar la vida desde el asombro de lo diferente y nuevo de cada instante. También fomenta el aprecio por todo. Meditaciones como la instrospectiva o vispassana, el zazen y el dsogchen, el mahamudra, la genuina conciencia, la conciencia de nosotros mismos, y la oración del corazón, son ejemplos de meditación consciente. Esta meditación unida a la de concentración nos permite sentir una íntima relación y co-creatividad con el universo.

3)   Meditación reflexiva o analítica: se elige un tema o una pregunta y reflexionamos sobre ello. Al entretenerse nuestra mente con otros asuntos, volvemos una y otra vez al tema reflexivo. Se suele usar para penetrar en el significado de la vida, la muerte, la conciencia social, una visión sobre ciencia, filosofía, textos sagrados o espirituales, etc. Mediante un proceso de análisis y manteniendo una coherencia y pensamiento integrativo, concluimos con un fuerte sentimiento de fe y de convicción. Ayuda en la resolución de temas personales o profesionales de forma creativa. También ayuda a comprender y resolver conflictos internos.

4)   Meditación creativa: para cultivar y fortalecer cualidades concretas de la mente. Trabajar sobre el perdón, la gratitud, la paciencia, la humildad, el afecto, la inocencia, el amor, la resiliencia, la humildad, la compasión, el valor, etc., cualidades relacionadas con la Naturaleza, con Dios, con la Vida, con el Universo. Nos ayuda a hacernos más virtuosos pensando, hablando y actuando como sí esas cualidades estuvieran ya vivas en nosotros.

5)   Meditación centrada en el corazón: ayuda a aflorar en nosotros el amor incondicional y compasivo. Aumento de la empatía, del perdón, de la bondad. Primero nos centramos en nosotros y lanzamos esa energía profunda interior hacia nuestro entorno, hacia nuestros seres cercanos, hacia el resto de los seres que nos rodean, hacia el amor a la naturaleza. Como dice UCDM una característica del amor incondicional es que cuanto más se da más crece. Es una meditación inspirada en los demás desde uno mismo. Da una enorme capacidad de escucha de estar consciente, por lo que tiene muchos ingredientes de la meditación concentrativa y consciente.

Cada una de las meditaciones tiene influencias en las otras: la meditación concentrativa aporta paz; la meditación consciente nos lleva a mayor capacidad de escucha y de estar presente; la meditación meditación reflexiva nos permite mayor percepción de la naturaleza del sufrimiento y del sentimiento de interrelación; la meditación creativa conlleva imaginación, intuición, desarrollo de habilidades; y, por último la meditación centrada en el corazón depara centramiento en uno mismo para dar y por tanto genera un sentimiento de plenitud para poder entregar.

Espero esta pequeña síntesis te sea de ayuda para elegir la forma más adecuada de hacer tus prácticas meditativas.

Un enorme abrazo.

Juan Fernández.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario aparecerá una vez revisado por el moderador de la página. Gracias.