Veo el telediario, Kabul se desangra bajo el símbolo
de un trozo de tela que silencia unos ojos suplicando libertad.
Los asesinos se apellidan presunto, las fronteras se
cruzan según el color del dinero.
Sube la luz. Messi se va del Barsa. Aumenta la
inestabilidad atmosférica, los más románticos lo asocian a que el cielo llora
al astro argentino, pero no, es más sencillo, entra una borrasca por el
Atlántico.
Cambio de canal. La publicidad busca generar
necesidades; nutrientes para el cabello y pastillas bloqueadoras de grasa. Y es
que como alguien dijo compramos cosas que no necesitamos con dinero que no
tenemos para impresionar a gente a la que no le importamos.
Otro máximo histórico, sube la luz.
Me siento desconcertada como una bala en un fuego
cruzado, miro por la ventana, dos desconocidos sin mascarilla se esquivan.
En ese punto, ya bajo mínimos, apago la luz, la tele y
solo dejo encendida la lámpara de la esperanza.
INMA REYERO DE BENITO
No apagues nunca esa lámpara que llevas dentro y que ilumina a los demás. Gracias
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