ALGUNOS
DERECHOS ASERTIVOS (2)
6) Tenemos derecho a
decir: "No lo sé".
7) Tenemos derecho a
ser independientes de la buena voluntad de los demás antes de enfrentarnos con
ellos.
8) Tenemos derecho a
tomar decisiones ajenas a la lógica.
9) Tenemos derecho a
decir: "No lo entiendo".
10) Tenemos derecho a
decir: "No me importa".
EXPLICACIÓN
DE DERECHOS ASERTIVOS
Derecho
asertivo VI) Existe
la creencia infantil: "Debemos tener respuestas para cualquier
pregunta acerca de las posibles consecuencias de nuestras acciones, porque si
no tenemos respuestas no tenemos conciencia de los problemas que plantearemos
a los demás y, por consiguiente, al ser unos irresponsables, necesitamos un control".
La manipulación basada en esta creencia infantil en cualquiera de sus formas
puede reconocérsela generalmente por el empleo de frases como: "¿Qué
ocurriría si..?". "¿Qué cree Vd. que...?". "¿Qué pensaría
si...?". "¿Qué clase de amigo, persona, esposa, hijo, hija, padre,
etc., sería si...?". Frente a este tipo de manipulación, no es
preciso que sepamos que ocurriría.
También
en relación a aspectos culturales se manipula a las personas si no tienen
conocimiento de determinados hechos, conceptos, etc., haciéndolas sentirse
ignorantes. De ahí que en muchas conversaciones en las que no nos enteramos
acerca de lo que se está hablando, pero se habla con la seguridad de que se
conoce el tema, asentimos como si lo supiéramos o decimos que sí lo sabemos.
Derecho
asertivo VII) Lo
que cada uno haga siempre habrá a alguien a quien no le guste, y hasta es
posible que este alguien se sienta herido en sus sentimientos. Si presuponemos
que, para relacionarnos o enfrentarnos adecuadamente con una persona,
necesitamos contar de antemano con su buena voluntad como hermano o amigo, nos
abrimos de par en par a toda presión manipulativa que nuestra necesidad de buena
voluntad ajena provoca.
Las
personas con las que mantenemos relaciones comerciales o de autoridad pueden
retirarnos su simpatía de manera permanente, sin que por ello nos veamos
imposibilitados de seguir trabajando con ellos, aun sin su simpatía.
En
las relaciones de igualdad la gente se horroriza en cuanto alguien amenaza
con retirarles su afecto o se lo retira efectivamente. Se quedan paralizados y
no aciertan actuar en su propio beneficio ni en el trabajo ni en su relación
matrimonial, o con sus amigos, sus amantes, sus novias, etc. Hay muchas veces
que se siente la tentación de decirle a la gente: "No os amará
nadie si no sois capaces de arriesgaros a ganaros la antipatía de otros".
Las
personas nos retiran su buena voluntad si ello les rinde algún beneficio. Al
mismo tiempo somos presa de angustia y de manipulación por parte de otros
cuando nos insinúan: "Me acordaré de esto", "Te arrepentirás
de haber hecho eso", o simplemente ante una mirada fría o una
expresión herida. No tenemos por qué angustiarnos ante la posibilidad de
que alguien no nos quiera.
Derecho
asertivo VIII) La
lógica y el razonamiento suelen basarse en afirmaciones y negaciones rotundas,
blanco y negro, todo o nada... (SUPRAGENERALIZACIONES). Y en la realidad, nuestros
deseos, motivaciones y emociones no suelen presentársenos de manera
manifiesta en términos de todo o nada. A menudo nuestras emociones acerca de
algo o alguien están muy mezcladas y confusas. Hasta es posible que deseemos
diferentes cosas al mismo tiempo.
La
lógica resulta sumamente útil para convencernos de que cambiemos de forma de
obrar.
Muchos emplearán la lógica para manipularnos e inducirnos a hacer aquello que
ellas quieren que hagamos.
Derecho
asertivo IX) Sócrates
dijo que la verdadera sabiduría desciende sobre nosotros cuando nos damos
cuenta de cuán poco sabemos de la vida, de nosotros mismos y del mundo que nos
rodea. Nadie es tan listo y rápido de inteligencia como para poder
comprender del todo la mayor parte de las cosas que nos rodean.
Muchos
tratan de manipularnos para conducirnos a hacer aquellas cosas que ellos
desean, mediante alusiones, indirectas o sugerencias, o actuando sutilmente
como si esperaran que hiciéramos algo por ellas. La creencia infantil
es: "Debemos anticiparnos y mostrarnos sensibles a las necesidades
ajenas si queremos vivir todos unidos y sin discordias. Se espera de
nosotros que comprendamos cuáles son esas necesidades sin plantear problemas,
obligando a los demás a que nos formulen explícitamente sus necesidades. Si
no sabemos comprender sin necesidad de que se nos repita constantemente qué
desean los demás, no somos capaces de vivir en armonía con los demás y somos
irresponsables o ignorantes".
Derecho
asertivo X) Existe
la siguiente creencia: "A causa de nuestra condición humana,
somos ruínes y tenemos muchos defectos. Debemos tratar de compensar esta
condición humana esforzándonos por mejorar hasta alcanzar la perfección en todo.
Siendo como somos humanos, probablemente no alcanzaremos esta meta, pero de
todos modos debemos aspirar a perfeccionarnos. Si alguien nos señala como
podemos mejorar, tenemos el deber de seguir esa dirección. Si no lo hacemos,
somos unos seres corrompidos, perezosos, degenerados e indignos del respeto de
los demás y del propio".
Tenemos
derecho a decir que no nos importa, que no nos interesa ser perfectos según la definición de
nadie, incluida la propia.
En
las relaciones de pareja, la esposa puede tratar de corregir nuestra conducta
descuidada diciéndonos: "¡Siempre dejas tus cosas de cualquier manera,
cuando llegas de la calle! ¿Es que ni siquiera deseas mejorar (o hacer mejor
las cosas, o aprender qué es lo importante, o volverte civilizado, o ser una
persona decente, o dejar de ser un guarro, etc.)?". Si reaccionamos
dando explicaciones o razones por las que dejamos nuestras cosas de cualquier
manera: porque llegamos tarde, porque estamos cansados, porque se nos ha
olvidado, o cualquier otra excusa infantil, estamos cayendo en la manipulación
que nos están imponiendo. Si, en cambio, formulamos nuestro juicio acerca de
nuestro deseo de mejorar o no, es probable que reaccionemos de manera más
realista ante la situación, diciendo, por ejemplo: "Comprendo que
debería gustarme el orden, pero hay momentos en que me da igual. Sé que eso te
molesta, pero veamos si podemos llegar a alguna forma de compromiso. Si no
tratas de meterte conmigo cada vez que hago algo que no te gusta, yo no me
meteré contigo cuando no me gusta tu modo de comportarte. En cambio, si me
fastidias, yo te fastidiaré a ti".
Para
distinguir entre la manipulación de su comportamiento y lo que realmente uno
desea, debe uno formular su conflicto interior en una de las tres categorías
siguientes: "Deseo", "Debo" o "Debería". La
categoría "Deseo" es directa, es decir, deseo comer caviar tres
veces por semana, deseo ir al cine en vez de ver la TV, deseo pasar mi vida en
una isla desierta. De estos deseos se siguen como consecuencia ciertos
"Debo". Los "Debo" son los compromisos a los que llegamos
con nosotros mismos y con los demás. Si deseo comer caviar tres veces por
semana, debo conseguir el dinero necesario para poder comer caviar tres veces
por semana. Para conseguir este dinero, si no quiero ir a la cárcel, debo
trabajar en un empleo que me proporcione los medios suficientes para poderme
permitir el lujo de comer caviar tres veces por semana (o cualquier otro
compromiso eficaz). Si quiero ir al cine esta noche, debo renunciar a mi
programa favorito de TV. Si deseo irme a una playa solitaria, debo renunciar a
una serie de cosas que tengo en la vida civilizada. Decidimos si nuestros
"deseos" merecen la pena de los correspondientes "debo".
Muchas personas, sin embargo, confunden los "debo" con los
"debería". El "debería" puede incluirse dentro de la
categoría de las estructuras manipulativas empleadas para obligarnos a hacer
algo que otra persona quiere que hagamos, o de las estructuras arbitrarias que
nos hemos impuesto nosotros mismos para resolver nuestra propia inseguridad
acerca de lo que podemos o no podemos hacer. Así, por ejemplo, debo
trabajar porque todo el mundo debe ser productivo, y no sólo porque quiero
comer caviar tres veces a la semana. Debo salir esta noche porque no debo
quedarme siempre a ver la TV. No debo irme a una isla solitaria porque abandonaría
mis obligaciones. Si nuestro lenguaje es de esta forma nos daremos cuenta de
que no somos nuestros propios jueces, sino que nuestro juez es la conciencia
que se nos ha inducido desde pequeños.
En
un lenguaje cotidiano y más específico podríamos decir:
- Tengo derecho a
contestar sinceramente cuando me preguntan si algo me gusta y no es así.
- Tengo derecho a
negarle el coche a mi hijo el sábado por la noche.
- Tengo derecho a
decirle a mi esposa/o que ha aumentado demasiado de peso y que eso me desagrada.
- Tengo derecho a
decirle al jefe que no quiero trabajar horas extras.
- Tengo derecho a salir
y trabajar parte del tiempo, dejando a mis hijos en una guardería.
- Tengo derecho a
negarme a prestar mis libros a un amigo.
- Tengo derecho a negarme
a atender a un amigo/a de mi pareja que no me gusta.
- Tengo derecho a
mimarme a mí mismo/a.
- Tengo derecho a
defender mis derechos.
...........................................................
JUAN
FERNÁNDEZ QUESADA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario aparecerá una vez revisado por el moderador de la página. Gracias.