Si miramos en
un diccionario, veremos que el verbo "aseverar" significa: declarar
o afirmar positivamente, con seguridad, con sencillez o con fuerza. En términos
terapéuticos la persona asertiva o aseverativa posee cuatro características:
1) Se
siente libre para manifestarse. Mediante palabras y actos hace esta
declaración: "Este/esta soy yo. Esto es lo que yo siento, pienso y quiero.
2) Puede
comunicarse con personas de todos los niveles, amigos, extraños y
familiares, y esta comunicación es siempre abierta, directa, franca y adecuada.
3) Tiene
una orientación activa en la vida. Va tras lo que quiere. En contraste con
la persona pasiva, que aguarda a que las cosas sucedan, intenta hacer que las
cosas sucedan.
4) Actúa
de modo que juzga respetable. Al comprender que no siempre puede ganar,
acepta sus limitaciones, pero siempre lo intenta con todas sus fuerzas, de modo
que, ya gane, pierda o empate, conserve su respeto propio.
Un
aprendizaje inadecuado se interfiere en ocasiones con la aserción o la
afirmación adecuada. Usted se siente condicionado por ciertos temores.
Pueden ser temores sociales, como el verse airado o rechazado; o temores
internos, como el temor a la ansiedad, a una manifestación de cólera o a sentir
ternura (creencia irracional: "no mostraré mi ternura porque eso es
indicio de debilidad"). Cuando uno teme ciertas situaciones tiende a
evitar las circunstancias que las producen, inhibiendo así la conducta asertiva
y situando la vida más allá del control activo. Es decir, la cadena que se
produce es:
Imagínese
que una persona casada teme la situación de que su mujer le llama la atención
al llegar a casa tarde, porque ha parado o se ha entretenido con un compañero
a tomar una cerveza, el miedo a esa situación le produce ansiedad, para
contrarrestar la ansiedad la evita engañando, diciendo que está muy agotado por
el trabajo, desviando la conversación con otro tema, etc. No ha resuelto el
problema, mantendrá su miedo y ansiedad ante esos tipos de situaciones.
Wolpe define
la asertividad como "la expresión adecuada de cualquier emoción, que no
sea la ansiedad, hacia otra persona". Debido a los temores interpersonales
uno no puede ser capaz de quejarse por un mal servicio en un restaurante, de
contradecir a los amigos con los que no está de acuerdo, de levantarse y
abandonar un acto social que le resulta aburrido, de reñir a un subordinado o
de expresar afecto, aprecio o alabanza. Su principio de inhibición recíproca
dice que "si se puede provocar una respuesta inhibitoria de ansiedad en
presencia de estímulos que evocan la ansiedad, eso debilitará el lazo entre
dichos estímulos y la ansiedad". De esta forma se enseña a los pacientes a
responder a situaciones sociales con cólera, afecto, o cualquier otra emoción
que inhibe o contrarresta la ansiedad.
Por otro lado
Lázarus destaca la "libertad emocional", definiéndola de la siguiente
forma: "el reconocimiento y expresión adecuada de todos y cada uno de los
estados afectivos". Saber lo que uno siente no es suficiente, hay que
expresarlo, y expresarlo adecuadamente. La conducta asertiva emerge como ese
aspecto de la "libertad emocional" que se refiere a la defensa de los
propios derechos. Esto supone: 1) Conocer sus derechos; 2) Hacer algo al
respecto; 3) Hacerlo dentro del marco de la lucha por la libertad emocional.
El que no
defiende sus derechos tiene poca libertad, se siente incómodo y temeroso y, en
su hambre de libertad, puede mostrarse a veces "rencoroso y
desagradable", con estallidos fuera de tono. De ahí que de las primeras
cosas que debe aprender todo ser humano son sus derechos asertivos y
defenderlos. Estos derechos supone el reconocimiento del derecho de los demás y
el respeto a los mismos.
Por todo ello
el Aprendizaje asertivo ofrece dos supuestos:
1) Lo que uno hace sirve como base
para el concepto de sí mismo. Cuanto más defienda sus derechos y actúe de modo
que se respete a sí mismo, mayor será su autoestima. Mientras uno actúe
asertivamente conserva su autoestima. Puede fracasar, sentirse
desilusionado y frustrado, pero no pierde la esencia de su respeto por sí
mismo. Si lo que hizo aumentó su respeto propio, entonces fue asertivo. En
caso contrario, no lo fue.
2) Las conductas no existen
aisladas, sino que interactúan mutuamente formando esquemas que llamamos:
ORGANIZACIÓN PSICOLÓGICA.
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