En un mundo cada vez más marcado por el
individualismo, donde la confianza en los demás va disminuyendo y el egoísmo
crece, se vuelve común experimentar un vacío difícil de explicar. Un vacío como
resultado de una vida centrada en el yo, donde la búsqueda de satisfacción
personal y material se convierte en nuestro principal objetivo pero que
paradójicamente, nos va dejando insatisfechos y con el anhelo de algo más
profundo y significativo.
Viktor Frankl nos ofreció una poderosa
alternativa a este dilema, planteando que «El hombre no se realiza en plenitud
excepto cuando se trasciende a sí mismo». Esta idea de autotrascendencia
implica mirar más allá de nuestro interés personal para encontrar significado
en la conexión con los demás, en la contribución a algo más grande que nosotros
mismos y en la dedicación a causas que van más allá de nuestra existencia
individual.
Nuestra sociedad promueve el éxito personal, la
acumulación de bienes y la autosuficiencia como las mayores virtudes, lo que
puede llevarnos a un estado de aislamiento y desconexión, no solo de los demás
sino también de un propósito más grande que guíe nuestras vidas.
Para Frankl, el verdadero significado se encuentra no
en el éxito personal o en la gratificación inmediata, sino en la
autotrascendencia. La esencia de una vida plena y significativa está en la
capacidad de mirar más allá de uno mismo; esto puede manifestarse en el amor
hacia otra persona, en la realización de una tarea llena de sentido, en el
compromiso con una causa noble o en la capacidad de enfrentar el sufrimiento
con dignidad y propósito.
Los siguientes puntos te pueden dar ideas para
conectar con la autotrascendencia:
Enfócate en los demás: Comienza por pequeños actos
de bondad y consideración hacia las personas que te rodean. Escucha
activamente, muestra empatía y ofrece tu ayuda sin esperar nada a cambio.
Encuentra una causa que te
apasione: Dedica
parte de tu tiempo y energía a una causa que mejore la vida de otros. Ya sea a
través del voluntariado, activismo o simplemente promoviendo cambios positivos
en tu comunidad, encontrarás un profundo sentido de propósito.
Practica la gratitud: Reflexiona sobre las cosas
por las que estás agradecido cada día. La gratitud nos ayuda a salir de
nosotros mismos, apreciar lo que recibimos y reconocer la interconexión con el
mundo que nos rodea.
Desarrolla la espiritualidad: Independientemente de tus
creencias religiosas, cultivar una práctica espiritual puede ayudarte a
conectar con un sentido de propósito más grande. La meditación, la oración, el
silencio consciente, la contemplación o simplemente pasar tiempo en la naturaleza
pueden ser formas poderosas de nutrir tu espíritu.
Cultiva relaciones significativas: Dedica tiempo y esfuerzo a
construir relaciones profundas y auténticas. En un mundo donde las conexiones
superficiales son la norma, las relaciones significativas pueden ser una fuente
de gran satisfacción y sentido.
Al vivir una vida orientada hacia la
autotrascendencia, no solo combatimos el vacío del individualismo moderno, sino
que también encontramos un camino hacia una existencia más plena, rica y
significativa. Como Viktor Frankl nos mostró, al trascender nuestro propio
interés y conectar con algo más grande, descubrimos la verdadera esencia de lo
que significa ser humano.
Artículo publicado en Logoforo
el 07/03/2004: https://logoforo.com/mas-alla-del-yo-la-importancia-de-la-autotrascendencia/
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