Habrá observado en estos
últimos artículos que hemos hablado de aspectos muy importantes:
·
Distinguir lo racional de lo irracional.
·
Enfrentar las situaciones, no evitarlas.
·
El pensamiento tremendista.
·
El pensamiento absolutista.
·
La racionalización.
Los tres últimos artículos
son formas que nos complican enormemente el enfrentarnos a las situaciones
difíciles, sintiéndonos muy inválidos en nuestras actuaciones. Recuerde que no
son las situaciones las que a usted le perturban o le hacen estar bien, sino
cómo usted piensa y reacciona ante esas situaciones, es decir, es usted el
principal responsable de todo lo que le ocurre. En esta ocasión voy a procurar
enseñarle qué hacer de un modo más efectivo, pero recuerde, siempre hay que
trabajarlo, de otra manera usted seguirá con sus hábitos de pensamiento
indeseables. Si cree que en todo esto hay varitas mágicas, está usted muy
equivocado. Conozco a cientos de personas que van a cursos de esto y de lo otro
creyendo que van a encontrar panaceas y no las encuentran.
Un pensamiento real y
racional piensa en términos de PREFERENCIAS. Por lo tanto los verbos que usted,
a partir de ahora le sería interesante utilizar son:
·
Preferir.
·
Querer.
·
Gustar.
·
Desear.
·
Agradar.
·
………….
Vamos a empezar a cambiar
sus pensamientos tremendistas y absolutistas, por PREFERENCIALES. Por ejemplo:
en lugar de decir de forma exigente “Tengo
que hacer este trabajo muy bien o perfectamente”, me voy a decir: “Me
gustaría hacer este trabajo muy bien o perfectamente”. Si usted se da
cuenta, en la primera oración no me dejo opción a ser falible, tengo que
hacerlo muy bien o perfectamente sí o sí, pero en la segunda oración me dejo la
vía abierta a ser congruente con lo que soy, FALIBLE, y por lo tanto, si no lo
hago me puedo sentir contrariado, pero no fatal conmigo mismo. Este pensamiento
preferencial, se hace cargo de que no podemos obtener en la vida todo lo que
queremos o deseamos, y, que por eso, no pasa nada, siempre puedo intentarlo de
nuevo y mejorar, y, si algún caso no obtengo todo lo que deseo, pues tampoco se
acaba el mundo ni mi vida, tendré otras opciones en otros campos o ámbitos y
podré seguir siendo feliz y disfrutando de otras múltiples cosas, personas o
situaciones.
Este pensamiento preferencial
es una forma de desafiar el pensamiento negativo y absurdo de los absolutismos
y tremendismos. Este mecanismo reduce la ansiedad a unos niveles manejables. No crea que la ansiedad es negativa de forma total. Los estudios han
comprobado que la relación ansiedad-rendimiento es positiva, es decir, a unos niveles
apropiados de ansiedad, le corresponden unos niveles apropiados de rendimiento,
hasta un punto, llamado crítico, que es diferencial en cada sujeto, en el que
el rendimiento cae en picado, produciéndose una desorganización o bloqueo en la
respuesta del individuo.
Este pensamiento
preferencial nos permite evaluar nuestras respuestas con bastante objetividad,
siendo más coherentes con la realidad de uno, de los demás y del entorno.
Tampoco caiga en la
racionalización, diciendo que si las cosas no le salen bien da igual. No da
igual, mejorar es una cosa muy deseable y saludable en el ser humano.
Usted no elige amigos que
sean exactos, correctos y perfectos. Desea tener amigos que hagan las cosas
bien y que se esfuercen por ello, pero acepta que se puedan equivocar. Si a usted alguien le elige por ser exacto, correcto y perfecto, cuídese de no cometer ningún error porque será tratado como un ser despreciable ¿Conoce
usted algún sistema de aprendizaje en el que no exista el error y la
corrección? El error nos enseña, el error nos ayuda a mejorarnos. Mientras
usted siga en este mundo seguirá equivocándose y corrigiendo, y pobre de usted
el día que ya no quiera errar y corregir, habrá dado por zanjado su interés por
crecer y por vivir.
Espero le haya sido de
ayuda.
Un fuerte abrazo.
Juan Fernández Quesada.
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