miércoles, 8 de febrero de 2017

PENSAR DE FORMA REAL Y RACIONAL, PENSAMIENTO PREFERENCIAL

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Habrá observado en estos últimos artículos que hemos hablado de aspectos muy importantes:

·        Distinguir lo racional de lo irracional.
·        Enfrentar las situaciones, no evitarlas.
·        El pensamiento tremendista.
·        El pensamiento absolutista.
·        La racionalización.

Los tres últimos artículos son formas que nos complican enormemente el enfrentarnos a las situaciones difíciles, sintiéndonos muy inválidos en nuestras actuaciones. Recuerde que no son las situaciones las que a usted le perturban o le hacen estar bien, sino cómo usted piensa y reacciona ante esas situaciones, es decir, es usted el principal responsable de todo lo que le ocurre. En esta ocasión voy a procurar enseñarle qué hacer de un modo más efectivo, pero recuerde, siempre hay que trabajarlo, de otra manera usted seguirá con sus hábitos de pensamiento indeseables. Si cree que en todo esto hay varitas mágicas, está usted muy equivocado. Conozco a cientos de personas que van a cursos de esto y de lo otro creyendo que van a encontrar panaceas y no las encuentran.

Un pensamiento real y racional piensa en términos de PREFERENCIAS. Por lo tanto los verbos que usted, a partir de ahora le sería interesante utilizar son:
·        Preferir.
·        Querer.
·        Gustar.
·        Desear.
·        Agradar.
·        ………….

Vamos a empezar a cambiar sus pensamientos tremendistas y absolutistas, por PREFERENCIALES. Por ejemplo: en lugar de decir de forma exigente “Tengo que hacer este trabajo muy bien o perfectamente”, me voy a decir: “Me gustaría hacer este trabajo muy bien o perfectamente”. Si usted se da cuenta, en la primera oración no me dejo opción a ser falible, tengo que hacerlo muy bien o perfectamente sí o sí, pero en la segunda oración me dejo la vía abierta a ser congruente con lo que soy, FALIBLE, y por lo tanto, si no lo hago me puedo sentir contrariado, pero no fatal conmigo mismo. Este pensamiento preferencial, se hace cargo de que no podemos obtener en la vida todo lo que queremos o deseamos, y, que por eso, no pasa nada, siempre puedo intentarlo de nuevo y mejorar, y, si algún caso no obtengo todo lo que deseo, pues tampoco se acaba el mundo ni mi vida, tendré otras opciones en otros campos o ámbitos y podré seguir siendo feliz y disfrutando de otras múltiples cosas, personas o situaciones.

Este pensamiento preferencial es una forma de desafiar el pensamiento negativo y absurdo de los absolutismos y tremendismos. Este mecanismo reduce la ansiedad a unos niveles manejables. No crea que la ansiedad es negativa de forma total. Los estudios han comprobado que la relación ansiedad-rendimiento es positiva, es decir, a unos niveles apropiados de ansiedad, le corresponden unos niveles apropiados de rendimiento, hasta un punto, llamado crítico, que es diferencial en cada sujeto, en el que el rendimiento cae en picado, produciéndose una desorganización o bloqueo en la respuesta del individuo.

Este pensamiento preferencial nos permite evaluar nuestras respuestas con bastante objetividad, siendo más coherentes con la realidad de uno, de los demás y del entorno.

Tampoco caiga en la racionalización, diciendo que si las cosas no le salen bien da igual. No da igual, mejorar es una cosa muy deseable y saludable en el ser humano.

Usted no elige amigos que sean exactos, correctos y perfectos. Desea tener amigos que hagan las cosas bien y que se esfuercen por ello, pero acepta que se puedan equivocar. Si a usted alguien le elige por ser exacto, correcto y perfecto, cuídese de no cometer ningún error porque será tratado como un ser despreciable ¿Conoce usted algún sistema de aprendizaje en el que no exista el error y la corrección? El error nos enseña, el error nos ayuda a mejorarnos. Mientras usted siga en este mundo seguirá equivocándose y corrigiendo, y pobre de usted el día que ya no quiera errar y corregir, habrá dado por zanjado su interés por crecer y por vivir.

Espero le haya sido de ayuda.

Un fuerte abrazo.


Juan Fernández Quesada.

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