Este estado está compuesto
por tres grupos de síntomas:
1) Los
relacionados con la reexperimentación del trauma:
aparición recurrente de recuerdos involuntarios e intrusivos en forma de
imágenes, pensamientos, sensaciones, pesadillas, sonidos, etc.
2)
Los evitativos:
evitación de todo aquello relacionado con el trauma. Evitar dialogar sobre lo
acontecido, a las personas que estuvieron o participaron, a las personas que te
hablan de lo ocurrido, los lugares del suceso, etc.
3) Los
de activación neurovegetativa: encargados de regular el
funcionamiento del organismo (trastornos del sueño, falta de concentración,
sobresaltos por ruidos, síntomas somáticos difusos y diversos).
Estos síntomas se agrupan en
seis criterios y para s que se cumplan esos criterios deben darse, al menos,
dos de los elementos que se describen:
Criterio
A:
La persona ha sufrido una experiencia en la que su vida se ha visto amenazada.
1) La persona ha experimentado uno o más
acontecimientos en los que su integridad física se ha visto amenazada o ha
presenciado uno o más acontecimientos en los que otras personas han sido
amenazadas de muerte, han podido morir o han sido gravemente heridas.
2) La persona ha reaccionado con un terror intenso
o con un sentimiento de impotencia o de horror.
Criterio
B:
La persona revive esta experiencia permanentemente de distintas maneras.
1) Recuerdos recurrentes e intrusos del
acontecimiento traumático, que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes,
pensamientos, percepciones (reexperimentación).
2)
Sueños de carácter recurrente que producen
malestar.
3) Sensación de peligro inminente o actos
repentinos “como si” el acontecimiento fuera a ocurrir de nuevo (sensación de
estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos
(flashbacks).
4) Malestar psíquico intenso al exponerse a
estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del
acontecimiento traumático.
5) Respuestas fisiológicas al exponerse a
estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del
acontecimiento traumático.
Criterio
C:
La persona evita cualquier estímulo que le recuerde la experiencia traumática y
se siente fuera de la realidad.
1) Esfuerzos para evitar pensamientos,
sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático.
2) Esfuerzos para evitar actividades, lugares o
personas que motivan recuerdos del trauma.
3) Incapacidad para recordar un aspecto
importante del trauma.
4) Reducción acusada del interés o de la
participación en determinadas actividades.
5) Sensación de desapego o enajenación frente a
los demás.
6) Restricción de la vida afectiva (experimenta
menos alegría).
7) Sensación de un futuro desolador en, por
ejemplo, el campo profesional, familiar. Se pierden proyectos de vida.
Criterio
D:
La persona presenta síntomas relacionados con la activación del sistema
neurovegetativo.
Presencia de, al menos, dos
de los siguientes síntomas:
1) Trastornos del sueño.
2)
Irritabilidad o ataques de ira.
3)
Dificultad para concentrarse.
4)
Hipervigilancia o prudencia extrema.
5) Respuestas exageradas de sobresalto ante
ruidos (teléfono, claxon, sirena, puerta, etc.).
Criterio
E:
Estos síntomas duran más de un mes (criterios B, C y D).
Criterio
F:
Estos trastornos provocan un malestar clínico significativo o alteran el
funcionamiento social, familiar, profesional o de otro tipo.
Si los trastornos duran
menos de 3 meses se consideran agudos,
si persisten más de tres meses se consideran crónicos y si aparecen tras un período de latencia de seis meses,
se considera de inicio demorado.
Hace años se hablaba de este
estado como neurosis de guerra, ya que eran trastornos observados en soldados
de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Luego estos síntomas se observaron
también en los supervivientes de los campos de concentración, en prisioneros y
en personas que habían perdido a familiares de forma violenta. El trauma afecta
al pensamiento, al comportamiento y a las emociones. Es un trastorno que está
clasificado en los manuales de la comunidad científica como trastorno de
ansiedad.
Muchas complicaciones de
este trastorno derivan en depresión con gran sintomatología de ansiedad en sus
tres niveles, a nivel motor, cognitivo y fisiológico; y en conductas adictivas,
alcoholismo, toxicomanía.
Hay dos factores resilientes
que posibilitan el afrontamiento positivo y eficaz de las situaciones traumáticas
y que impiden un desarrollo patológico crónico:
1) El haber superado con éxito situaciones
difíciles (razonablemente soportables) en otras etapas de la vida, haciendo que
el sujeto confíe en su capacidad de respuesta.
2) Cuando la persona cuenta con buenos apoyos sociales
y familiares que han sido eficaces en otros momentos difíciles; o cuando la
persona ha sido preparada para afrontar estos tipos de situaciones (bomberos,
militares, policías, médicos de urgencias, rescatadores, etc.).
El primer factor resiliente
nos da una buena clave para generar una actitud de afrontamiento positivo ante
las dificultades en lugar de una actitud evitativa que, a medio y largo plazo,
nos ayudará a tener grandes fortalezas.
Una abrazo.
Juan Fernández Quesada
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario aparecerá una vez revisado por el moderador de la página. Gracias.