jueves, 10 de agosto de 2017

EL ESTRÉS POSTRAUMÁTICO, SUS SÍNTOMAS

Resultado de imagen de neurosis de guerra
Este estado está compuesto por tres grupos de síntomas:
1) Los relacionados con la reexperimentación del trauma: aparición recurrente de recuerdos involuntarios e intrusivos en forma de imágenes, pensamientos, sensaciones, pesadillas, sonidos, etc.
2)   Los evitativos: evitación de todo aquello relacionado con el trauma. Evitar dialogar sobre lo acontecido, a las personas que estuvieron o participaron, a las personas que te hablan de lo ocurrido, los lugares del suceso, etc.
3) Los de activación neurovegetativa: encargados de regular el funcionamiento del organismo (trastornos del sueño, falta de concentración, sobresaltos por ruidos, síntomas somáticos difusos y diversos).

Estos síntomas se agrupan en seis criterios y para s que se cumplan esos criterios deben darse, al menos, dos de los elementos que se describen:
Criterio A: La persona ha sufrido una experiencia en la que su vida se ha visto amenazada.
1) La persona ha experimentado uno o más acontecimientos en los que su integridad física se ha visto amenazada o ha presenciado uno o más acontecimientos en los que otras personas han sido amenazadas de muerte, han podido morir o han sido gravemente heridas.
2) La persona ha reaccionado con un terror intenso o con un sentimiento de impotencia o de horror.

Criterio B: La persona revive esta experiencia permanentemente de distintas maneras.
1) Recuerdos recurrentes e intrusos del acontecimiento traumático, que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos, percepciones (reexperimentación).
2)   Sueños de carácter recurrente que producen malestar.
3) Sensación de peligro inminente o actos repentinos “como si” el acontecimiento fuera a ocurrir de nuevo (sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos (flashbacks).
4) Malestar psíquico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
5) Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.

Criterio C: La persona evita cualquier estímulo que le recuerde la experiencia traumática y se siente fuera de la realidad.
1) Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático.
2) Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma.
3) Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.
4) Reducción acusada del interés o de la participación en determinadas actividades.
5) Sensación de desapego o enajenación frente a los demás.
6) Restricción de la vida afectiva (experimenta menos alegría).
7) Sensación de un futuro desolador en, por ejemplo, el campo profesional, familiar. Se pierden proyectos de vida.

Criterio D: La persona presenta síntomas relacionados con la activación del sistema neurovegetativo.
Presencia de, al menos, dos de los siguientes síntomas:
1)  Trastornos del sueño.
2)   Irritabilidad o ataques de ira.
3)   Dificultad para concentrarse.
4)   Hipervigilancia o prudencia extrema.
5) Respuestas exageradas de sobresalto ante ruidos (teléfono, claxon, sirena, puerta, etc.).

Criterio E: Estos síntomas duran más de un mes (criterios B, C y D).

Criterio F: Estos trastornos provocan un malestar clínico significativo o alteran el funcionamiento social, familiar, profesional o de otro tipo.

Si los trastornos duran menos de 3 meses se consideran agudos, si persisten más de tres meses se consideran crónicos y si aparecen tras un período de latencia de seis meses, se considera de inicio demorado.

Hace años se hablaba de este estado como neurosis de guerra, ya que eran trastornos observados en soldados de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Luego estos síntomas se observaron también en los supervivientes de los campos de concentración, en prisioneros y en personas que habían perdido a familiares de forma violenta. El trauma afecta al pensamiento, al comportamiento y a las emociones. Es un trastorno que está clasificado en los manuales de la comunidad científica como trastorno de ansiedad.

Muchas complicaciones de este trastorno derivan en depresión con gran sintomatología de ansiedad en sus tres niveles, a nivel motor, cognitivo y fisiológico; y en conductas adictivas, alcoholismo, toxicomanía.

Hay dos factores resilientes que posibilitan el afrontamiento positivo y eficaz de las situaciones traumáticas y que impiden un desarrollo patológico crónico:
1) El haber superado con éxito situaciones difíciles (razonablemente soportables) en otras etapas de la vida, haciendo que el sujeto confíe en su capacidad de respuesta.
2) Cuando la persona cuenta con buenos apoyos sociales y familiares que han sido eficaces en otros momentos difíciles; o cuando la persona ha sido preparada para afrontar estos tipos de situaciones (bomberos, militares, policías, médicos de urgencias, rescatadores, etc.).

El primer factor resiliente nos da una buena clave para generar una actitud de afrontamiento positivo ante las dificultades en lugar de una actitud evitativa que, a medio y largo plazo, nos ayudará a tener grandes fortalezas.

Una abrazo.


Juan Fernández Quesada

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