jueves, 15 de julio de 2021

LOS HÁBITOS QUE NOS AYUDAN

 



Dice Thich Nhat Hanh que cuando uno se dispersa en los pensamientos hay que usar la respiración para volver a tomar el control de ellos. “La respiración es el puente que enlaza la vida y la conciencia, que une el cuerpo con las ideas”.

 

Las religiones han utilizado durante cientos de años determinados ritos para despejar la mente. En nuestra religión católica siempre se han realizado los ejercicios espirituales, las novenas del rosario, los cánticos de los monjes, como en los monasterios de Silos o Leyre. Pero también en otras culturas se usaron y siguen usando, otros tipos de actividades para resultados similares como las elaboraciones con arenas de colores de mandalas de los monjes tibetanos, que requieren perseverancia, concentración y una gran dosis de veneración y respeto.

 

La utilización de símbolos que entran por nuestros sentidos: velas, ropas, olores de incienso, sonidos de cánticos, etc., nos transportan casi de forma automática a determinados estados mentales y de ánimo. Cuando usamos todos estos elementos, nos son muy útiles para llevarnos a estados de reverencia, a recogimiento, a reflexión, a consciencia.

 

Los antropólogos los han denominado “ritos de intensificación”. Son una forma de unión de los grupos, una manera de identificarse los individuos los unos con los otros. Algunas costumbres ya han decaído, pero todos recordaremos, como, por ejemplo, en algunos pueblos sacaban al santo patrón en procesión para pedir que lloviera, que saliera el sol, o para que hubiera fertilidad en los campos, animales o en las mujeres. Las fiestas de los pueblos siguen siendo un rito de intensificación para manifestación de estados de alegría, comunión y encuentro. Las familias y amigos se vuelven a ver en las fiestas.

 

Pero también hay otras formas de llegar a encontrar un cierto estado de relax o de equilibrio y concentración. Así, las personas que hacen jardinería tienen un buen mecanismo de admiración de la belleza de lo natural, de un buen cuidado de la tierra.

 

¿Qué cosas realizas para encontrar una cierta serenidad y equilibrio o encuentro contigo y con otros? Yo, ahora, estaba recordando a la madre de un amigo que encuentra gran sosiego montando puzles. Recuerdo también a mi padre como, de vez en cuando, se ponía él solo a hacer un solitario con las cartas de la baraja española que parecía darle cierta templanza.

 

Últimamente se han puesto de moda otras técnicas, como la meditación, en la que la concentración en la postura y la respiración son esenciales, de tal forma que cuando la mente comienza a divagar se la hace volver a concentrarse una y otra vez en esos dos aspectos: postura y respiración, en el aquí y ahora.

 

Te recomiendo desarrolles algunos tipos de actividad o rituales que te lleven a ese estado de serenidad, equilibrio, templanza. No importa lo que hagas, lo importante es que a ti te sea útil para llegar a esos estados. Y los rituales pueden ser individuales o comunitarios.

 

Hay una ermita en Trobajo del Camino, León, donde suelo entrar a realizar alguna pequeña oración. Me encanta porque suele estar en silencio y con poca gente. Es humilde, con pocas figuras y un cierto olor a incienso. Me reconforta ese encuentro conmigo mismo, y con Dios, aunque sea corto.

 

Cuando el pensamiento se dispersa hay que hacerlo regresar al estanque de la paz.

 

Recuerda los mensajes de sabiduría vistos hasta ahora:

01)                  Despertar a la necesidad de cambio.

02)                  Cuestionar el presente.

03)                  Alimentar nuestras creencias potenciadoras.

04)                  Confiar en ti mismo y en tu espíritu.

05)                  Ser una vasija, vaciarte para llenarte.

06)                  Observa sin distraerte de lo importante.

07)                  Compromiso con lo sencillo.

08)                  Equilibrio cuerpo-mente.

09)                  Ganar en sensación de serenidad.

10)                  Los hábitos que nos ayudan.

Hasta mi próximo mensaje de sabiduría.

Un abrazo, aunque sea virtual, pero sí sentido.

Juan Fernández Quesada.

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