miércoles, 27 de octubre de 2021

EL RINCÓN DE INMA - DIVAGACIONES


 

En la charla de psicología cognitiva Juan ha empezado a explicar la filosofía de Albert Adler. Una de las ideas que mantiene es que el trauma no existe. Al ser un concepto nuevo mi mente de entrada lo descarta. Me gusta analizar, desmenuzar y comprender para verificar. Me ha encantado la charla porque se han tratado temas muy interesantes y me ha permitido recordar y conectar muchos conceptos y ver que hay diferentes maneras de llegar al mismo punto. La realidad es neutra y depende de cómo la interpretemos.

Adler, en esta primera sesión justifica su razonamiento basándose en un ejemplo.  Un chico que debido a problemas en el pasado (posibles abusos) tiene miedo a salir de la habitación y lleva meses encerrado.

Adler sostiene que el trauma no existe, que ese chico ha creado la ansiedad para no salir y que sus padres le presten atención.

Así de primeras me cuesta pensar que un chico sin ningún motivo se meta un día en la habitación y diga: me voy a encerrar aquí mucho tiempo para que mis padres me mimen.

Aunque admite que el pasado condiciona, no determina. Según Aldler el trauma no existe porque si no, todos los chicos que hubieran pasado por una situación igual, se encerrarían en su habitación y esto no sucede. Parece no tener en cuenta la personalidad, las creencias limitantes, apegos, mandatos, factores culturales o religiosos que pueden en un momento dado bloquear y desarrollar un trauma que impida hacer una vida funcional y que precise en muchos casos ayuda profesional.

Me ha recordado a los silogismos que estudiábamos en filosofía: Juan es un hombre. Los hombres son infieles. Por lo tanto, Juan es infiel. Si partimos de premisas falsas será difícil llegar a conclusiones verdaderas.

Si comparo este razonamiento con la teoría ABC de Albert Ellis, la segunda no me ofrece lugar a duda. Según Albert Ellis no nos perturbamos (C) por lo que sucede(A), sino por lo que nos decimos de lo que sucede(B). Con lo cual, tenemos la opción de decirnos una cosa diferente (D) y como consecuencia obtendremos una nueva forma de sentirnos (E).

Vamos a verlo más claro con un ejemplo. Una persona que vive sola (A), se puede decir que es horrible esa situación que no lo va a poder soportar, que todo el mundo vive acompañado, que, seguro que es mala persona, para haber acabado así, que es una vergüenza y seguro que es la comidilla de sus vecinos (B), esa persona se sentirá triste, ansiosa, empezará a dormir mal, a comer demasiado, a no querer salir para que no la vean (C). Ella no puede cambiar la situación externa de lo que puedan pensar los demás, lo que puede hacer es modificar lo que se dice, sustituir (B) por (D) y puede decirse que aunque no le gusta esta situación puede vivir sola sin problema porque otras personas lo hacen, no voy a centrar mi felicidad solo en si estoy sola o no porque tengo salud, amigos, aficiones, mi economía es estable, limpio menos, tengo mis propios horarios. Es evidente que si piensa así su sentimiento anterior (C) va a cambiar y pasará a (D) sentirse relajada, ocupada, alegre, se planteará cambios de decoración. Por supuesto algunos días tendrá otro tipo de sentimientos, pero serán pasajeros y no la bloquearán.

¿Qué opináis los que habéis escuchado la charla? Os invito al resto a que la veáis porque es muy interesante. Como decía Einstein: la mente que se abre a una nueva idea jamás volverá a su tamaño original.

 

INMA REYERO DE BENITO

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