Nieva en León.
Miguel mira por la ventana mientras sujeta una
taza de café caliente en la mano. Acertaron los del tiempo, piensa a la vez que
bosteza y escucha los pasos de Sandra acercarse.
-Buenos días, mira, está nevando.
-Me encanta la nieve, desde la ventana claro.
Qué maravilla estar jubilados, hoy bajas tú a hacer la compra.
-Vale, ya sabes que no me importa. La nieve me
recuerda a cuando era pequeño y al despertar en el pueblo teníamos una buena
nevada, no como estos cuatro copos. Lo primero que pensaba era que me libraría
de ir a la escuela, pero mi padre se ponía las botas de pescar y me subía al
cuello, desde allí arriba me sentía la persona más grande del mundo. Y me
llevaba a la escuela sin abrir vereda. Antes no se andaba con tantas pamplinas
y hacían falta menos psicólogos.
-Jejeje, menudo cascarrabias te estás volviendo
cariño. Pica a Clara cuando bajes por si necesita algo. Coincidimos ayer en el
ascensor y estaba agobiada porque dice que la nieve es una mierda, que ya es lo
que le faltaba, estar todo el día encerrada en casa. Que todo le pasa a ella,
piensa que la soledad le va a matar cualquier día...
-Espera, que me llama Diego. Dime hijo.
-Papá, el coche de Elena no tiene ruedas de
nieve y se ha salido de la carretera cuando iba a abrir la tienda de deportes.
Están a punto de abrir las estaciones de esquí y es cuando más vende. Lo mejor
es que abra yo la tienda, ya no se puede permitir más perdidas este año.
¿Puedes venir a recoger a los niños?
Se oyen gritos de fondo. ¡Bien! ¡Bien! ¡Con los
abuelos! ¡Yo quiero hacer un muñeco de nieve! ¡Y yo una guerra de bolas de
nieve, prepárate canija! ¡Nieve, nieve! ¿Puedo estrenar mis botas de goma?
¡Nieve, bien!
-Sin problema hijo, dice tu madre por señas que
vengáis a comer y de paso le devolvéis algún túper. Hasta ahora.
-Ya he oído, un golpe, menos mal que se quedó
en un susto. Si es que la nieve es blanca, pero es muy negra.
-Llama a tu madre y hoy nada de café con las
amigas, que acabamos de salir de una operación de cadera y es lo que nos
faltaba.
-Jaja, ¿Has mirado el grupo de WhatsApp de la
familia? Ahí tienes a tu sobrina haciendo selfis que parece que solo ha visto
nevar ella, por lo menos al perro se le ve disfrutar de verdad.
-Pues mira tu prima en Instagram: planazo, peli
y manta en la mejor compañía. Ya te puedes poner las pilas con esos kilitos que
el año que viene otra boda.
-Venga que me lías. Sube el pan y el periódico
a Pepe que con la silla de ruedas hoy lo tiene complicado para salir.
-Me tomo otro café contigo que este ya se
enfrió y voy.
¿La nieve es buena? ¿Es mala? La nieve es
nieve. Lo que cambia es lo que hagamos con la nieve. La realidad es neutra,
cada uno con nuestros pensamientos podemos transformar lo que vemos en un
maravilloso paisaje o, al menos, en uno al que seamos capaces de adaptarnos.
Los hechos no los podemos cambiar: nieva en
León.
INMA REYERO DE BENITO