Esa rasgada madurez
acompañada por un toque adolescente y una pizca de inocencia...conforma una
personalidad rebelde y admirada por mí.
¿Por qué dudé de ese ser, que con su inconformismo me transmitía que ELLA no
era YO?
¿Cómo no pude percibir que la vida nos transforma, nos ayuda a crecer, y a
entender momentos y situaciones que no queremos adoptar de una forma sumisa?
Me costó mucho entender que, en última instancia, "NUESTROS HIJOS SON
HIJOS DE LA VIDA".
Me pregunto, en ocasiones, si este ser, ha superado sus miedos, aceptado sus
frustraciones, elegido su forma de vida (independientemente de que me agrade o
no), e intente disfrutar
con las dificultades
añadidas de este camino regado por injusticias, trabas, zancadillas, abusos.
No será que veo en esa persona, lo que yo quise ser y no fui "EMPRENDEDORA
DE MI EXISTENCIA".
Aterrizar en la vida es un sendero contradictorio. Emociones agradables:
alegría, gratitud, serenidad, diversión, inspiración, admiración, amor,
serenidad, diversión, etc. y por contraposición
están las emociones desagradables:
tristeza, asco, miedo, ira, soledad, desesperación, culpabilidad, indiferencia,
apatía, celos, dolor, envidia, frustración, duda, depresión, engaño, rencor,
etc.
Está claro, que una balanza emocional valorará mi equilibrio, que llega
haciendo méritos después de un intenso trabajo interior.
ANA ROSA GUTIÉRREZ ÁLVAREZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario aparecerá una vez revisado por el moderador de la página. Gracias.