miércoles, 5 de octubre de 2022

LAS PALABRAS SON EL CAMINO (con motivo de la presentación del libro de Inma Reyero de Benito)

 



LAS PALABRAS SON EL CAMINO

El pasado jueves 29 de septiembre tuve la fortuna de ser elegida por mi amiga Inma Reyero de Benito para que la acompañara en la presentación de su primer libro, Las palabras son el camino, en un encuentro muy mágico y especial, en el que no faltaron sabiduría de la vida, sensaciones a flor de piel y música.

El título del libro es muy machadiano, porque las palabras se entienden como la impronta que la vida va dejando en nosotros según la vamos viviendo: “caminante son tus huellas el camino y nada más”. Porque Inma hilvana en su obra retazos de vida, descripciones de actos cotidianos propios u observados en otros, siempre con el hilo de su peculiar forma de sentir, empática y compasiva. El café se convierte en una ceremonia de intimidad, saltar los charcos en una celebración de la infancia, preparar comida es una forma de amor y deshojar margaritas un acto de confianza. Poemas, artículos, relatos se van uniendo en un conjunto tan coherente y hermoso como una colcha de patchwork, que ensambla diferentes colores, estampados y tejidos para construir un alegre, armónico y cálido abrigo.

Los protagonistas de sus escritos son ella misma, su familia, la ancianidad con sus limitaciones, mujeres que sufren en soledad, niños que juegan, parejas que se aman… Y, como ella dice: va “leyendo” a las personas, convirtiendo un gesto o una mirada en una sugerencia de una historia, rellenando con su intuitiva imaginación los huecos, en un intento de “sorprender” la realidad, maravillarse ante ella y comprender lo que se oculta debajo de la piel.

En su vocabulario algunas palabras se repiten: “sonrisa”, “ternura”, “sencillez”, “sueño”, “disfrutar”, “sostener”, “abrazo”… evocadoras de la calidez humana que irradia Inma a su alrededor, pues como le dije una vez: “cuando sonríes sale el sol”. Y su luz es capaz de ampliar nuestro campo de visión y conducir nuestra mirada hacia tantos detalles resplandecientes que nos rodean y que a veces se nos escapan a fuerza de rutina y pesimismo.

“Amante del sentido común y de hacer las cosas fáciles”, como ella misma se describe, la lectura del libro resulta fluida. Y el tierno sentido del humor que envuelve las frases despierta una sonrisa, como cuando habla de buscar en el bolso el caramelo que nunca has metido en él para describir el nerviosismo en la sala de espera de un hospital. Eso no quita para que se dé su lugar al dolor, la impotencia, la angustia… que también están ahí, pero siempre con un toque de esperanza y dulzura.

Las ilustraciones de Paula Getino Reyero, poéticas y reducidas a la simplicidad de un símbolo, han acertado a acompañar las palabras de su madre con imágenes, tan acopladas como la música a la letra de una canción, trazando un mapa que guía a los “viajeros” en el camino hacia el interior de ellos mismos.

Si algo he aprendido de Inma es que se puede recoger con gallardía el guante que a veces nos lanza la vida y afrontar los retos, aunque sientas miedo, no tengas ganas o te parezca que no tienes fuerzas. Y que tu zona de confort crezca hasta que tu voz haga eco en el horizonte. Yo he sido testigo de cómo no ha permitido que ninguna circunstancia adversa pusiese límites a sus sueños, ni siquiera la enfermedad, comprometida siempre con su crecimiento, constante en sus propósitos y sincera para reconocer sus excusas y no darles poder. Si ella lo ha conseguido ¿por qué yo no? ¿Por qué no tú?

Y para terminar cito literalmente “te invito a unirte a este camino en el que las palabras son el viaje y tu corazón es mi destino, para que le pongas voz y descubras pedacitos de ti”. Porque se aprende más de la naturaleza humana penetrando en la profundidad de una sola persona que con mil sesudos discursos teóricos, y a través de la mirada de Inma podemos iluminar aquellos aspectos de nosotros mismos o de lo que nos rodea que nos perdemos por falta de consciencia. Yo he aceptado su invitación y puedo aseguraros que merece la pena o, mejor dicho, “merece la alegría”.

 

ANA CRISTINA LÓPEZ VIÑUELA


2 comentarios:

  1. Mi agradecimiento total compi, incubadora de este proyecto y ya, amiga. Ojalá escribiera como tú me lees. Un besín 💋

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  2. Estuve en primera fila el día de la presentación del libro y muy nervioso pero sólo con mirar a los ojos de los que estaban en la mesa: Paula, Inma, Juan y Cristina desprendían tal paz, solidaridad y tranquilidad que me animé a cantar 🎤 con todos y se fueron parte de los nervios. Nervios que tenían su origen en mi decisión de completar la frase de la contraportada del libro, mía, y que Inma no quiso poner completa.

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