Durante
el periodo estival me he dedicado a observar la naturaleza, no sólo como tema
fotográfico sino como el trasfondo emocional
que me transmite.
En
particular me he detenido en la vigorosa y elegante mariposa. Vida corta e
intensa surgida de una oruga, no tan agraciada a la vista.
Cuando
miro atrás y contemplo mi vida desde la distancia me veo como la oruga, de un
aspecto deslucido que se arrastra durante su periodo vital dando paso a la
crisálida. Esta suele estar encerrada en un capullo donde permanece inmóvil y
sin alimentarse. Ese pudo ser el periodo de mi
adolescencia, arropada por la familia, con un apego arraigado y
sobreprotegida. Algo que a la larga me expondría a serios problemas a los que
he tenido que enfrentarme en mi edad adulta.
La
madurez no es el cumplimiento de una edad, es tener las coordenadas colocadas
en el lugar adecuado y a pesar de que el viento no sople a favor, resistir
sabiendo manejar el barco.
Así
llegué a convertirme en mariposa después de un extenso trayecto de años.
Conseguir
la ansiada libertad para mí, significa valorarme, aceptarme y decidir sobre mi
vida, teniendo en cuenta y eligiendo un camino, lo que significa desechar
otros.
Ahora
la mariposa baila a ritmo de tango saboreando el néctar de las flores. No soy
aquella niña tímida e insegura que era, incapaz de gestionar sus miedos. Miedo
a: ser juzgada, al que dirán, miedo a la muerte… más bien, en definitiva, miedo a enfrentarme a la vida.
Las características
de mi estado emocional fueron:
-
No asumir responsabilidades ajenas.
-
Poca capacidad para afrontar los retos.
-
Baja tolerancia a la incertidumbre ya a la
frustración.
-
Desarrollo de nerviosismo, exceso de
timidez y múltiples inseguridades.
Fue
fundamental el refuerzo de la autoestima para desarrollar mi asertividad y
gestionar el miedo.
El
ejercicio del tango es un claro ejemplo de terapia para mí. Una forma de
fortalecer músculos y de diversión, añadiendo otra terapia conocida como risoterapia que ha fomentado el grupo-
de compañeros.
La
característica es la proximidad sensual de los cuerpos. Es un baile de emociones en los que los miembros de
la pareja tienen un papel de seducción.
Los
beneficios de este baile según los expertos son numerosos: reduce la
hipertensión, el colesterol total, el LDL, favorece la circulación y retrasa el
envejecimiento, beneficios para la salud cardio y cerebrovascular.
La transformación está
conseguida y hoy lo celebro, sin descuidar nuestro papel en blanco, en la vida
que vamos rellenando día a día con nuestras experiencias.
ANA ROSA GUTIÉRREZ ÁLVAREZ
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