Decía Carlos Castaneda que
hay en el Universo una fuerza inconmensurable, indescriptible, que los chamanes
llaman “propósito” (intención), y absolutamente todo lo que existe en el cosmos
está ligado al “propósito” por un vínculo de conexión.
Como dice Wayne Dyer, en su
libro El Poder de la Intención, hay
personas con una firme voluntad de alcanzar lo que más desean en sus vidas y no
hay nada que pueda obstaculizar ese deseo hasta llegar a alcanzarlo. Si eres de
esas personas que tienen esa actitud de alcanzar aquello que te propones, estás
en el Campo de la Intención.
Este concepto de “intención
o propósito” es mucho más que la decisión del ego o la voluntad individual, es
una conexión con nuestro Espíritu que nos lleva a las más altas cotas en cuanto
a las metas de nuestra vida de forma inspiradora (animación interna). Como
decía Castaneda, esos chamanes, cuando beben de la Fuente, les señala el camino
de realización, consiguiendo todo aquello que se proponen. Por eso, intención es la fuerza que hay en el
Universo a la que podemos conectarnos en cualquier momento, aunque ella siempre
está conectada a nosotros. Es más, para llegar a ella, hay que
desconectarse del ego.
Muchos investigadores consideran que esa energía, ese campo, está en
constante interacción con nuestra inteligencia, creatividad, imaginación,
motivación, intuición. David Bohm, el físico
estadounidense, que hizo importantes contribuciones en los campos de la física
teórica, la epistemología, y la neuropsicología, decía que se puede recurrir a
esa fuente de energía en momentos de necesidad y, esto, parece que tiene mucho
que ver con lo que nos dice la Biblia (Mateo 7:7) y Un Curso de Milagros
(UCDM) en el Capítulo 8, apartado III. El encuentro santo: 2Pide
y se te dará, pues ya se te ha dado. 3Pide luz y aprende que eres luz. 4Si
quieres tener entendimiento e iluminación aprenderás que eres luz, ya que tu
decisión de aprender esto es la decisión de querer escuchar al Maestro que
sabe de luz y que, por lo tanto, puede enseñarte lo que ésta es. 5No
hay límite en lo que puedes
aprender porque tu mente no tiene límites.
Hay también dos libros muy
interesantes al respecto de Lynne McTaggart: El Campo, y El Vínculo de
numerosas investigaciones que apuntan en esta dirección.
Esa fuerza está en todo lo que
hay en el Universo. Todo tiene un propósito intrínseco. Viktor Frankl, padre de
la Logoterapia decía: “Toda persona tiene su propia misión o vocación específica
en la vida…en ella no puede ser reemplazada, ni su vida repetirse. De modo que la tarea
de cada una es tan única como su oportunidad específica para llevarla a cabo”.
En nuestra Fuente reside la intención, lo
controla todo. Sólo cuando crees estar separado de Ella, es cuando la
desactivas de ti. El Amor es la energía de nuestra Fuente, el miedo de nuestro
ego. Como dice UCDM en el Capítulo 2 Los Orígenes de la separación, apartado I Los
Orígenes de la separación: 4. Todo miedo se reduce, en última instancia, a la
básica percepción errónea de que tienes la capacidad de usurpar el poder de
Dios. 2Por supuesto, no puedes hacer eso, ni jamás pudiste haberlo
hecho. 3En esto se basa el que puedas escaparte del miedo.
Albert Ellis, uno de los padres de la
psicología cognitiva, manifiesta que la base de todos los problemas humanos
está en la necesidad-perturbación (Musturbatory) que nos generamos, también
llamadas “debotitis” por parte de los psicólogos cognitivos. Una debotitis es
una “inflamación de los "debo o tengo que”. Es decir, exigencias que establecemos
en relación a: 1) Nosotros mismos. 2) Los demás y 3) La vida, las cosas, Dios.
Cuando hacemos estas debotitis jugamos a ser Dios, a usurpar su lugar. Si es en
relación a nosotros, cuando hacemos algo
que no nos gusta y nos sentimos culpables, decimos: “Yo no tendría que haber actuado así”. Claro está, el hacer esta afirmación
es porque uno cree firmemente que tendría que ser Dios para no errar. Si es en
relación a los demás: “Fulanito no
tendría que haber hecho lo que ha hecho”. De nuevo afirmamos esto porque
consideramos que nosotros somos quiénes determinamos el comportamiento de los
otros. Y, en tercer lugar, en relación a la vida, las cosas o Dios, decimos
cosas tales como: “La vida debería ser
distinta a como es”, “La cosas
deberían ser distintas a como son” o “Dios
no tendría que haber permitido que ocurriesen tales cosas”. De nuevo usurpamos
el poder de Dios, como dice UCDM porque consideramos que somos nosotros
quienes deberíamos determinar cómo tiene que ser la vida, cómo tienen que ser las
cosas o cómo tiene que actuar Dios.
Si dejamos de usurpar ese
poder de Dios, aceptamos Su maravillosa dirección, y nos dejamos envolver por
su sabia intención siempre llegaremos a buen puerto.
El poeta Sukla Yahur lo expresa muy bien (extraído del Poder de la Intención de Wayne Dyer):
Oh, Señor, tú que estás en los bancos de arena,
y en medio de la corriente también,
ante ti me inclino.
Tú que estás en los
guijarros
y la calma extensión del mar;
ante ti me inclino.
Oh, Señor omnipresente,
que estás en la tierra yerma
y entre las multitudes,
ante ti me inclino.
Cuando
te inclinas ante tu Fuente, lo único que haces es inclinarte ante ti mismo,
pues esa fuerza sólo sabe dar a Su Hijo, lo mejor de ella, Amor.
Espero
haya sido de tu agrado esta lectura.
Te
agradecería la compartieses con tus contactos, puede que ayude a muchos.
Un
fuerte abrazo.
Juan Fernández Quesada.