Si Vd. considera que no ha
tenido modelos adecuados de expresión emocional, le aconsejo que aprenda a ser
un buen modelo con sus hijos y con su entorno, formándose Vd. mismo, y, mejor, con
ayuda de especialistas en el tema.
Todos aprendemos de lo que
hemos vivido en casa, principalmente. Aprendemos más por lo que vemos (modelos)
que por lo que nos dicen que hagamos.
Una competencia emocional es
“un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias
para comprender, expresar y regular, de forma apropiada, los fenómenos
emocionales”. (Rafael Bisquerra, 2009).
Cuando nos formamos en
buenas competencias emocionales, aprendemos a vivir más en paz, armonía y
felicidad. Es conveniente reducir en nuestras vidas los estados de tensión,
culpabilidad, ira, frustración, ansiedad, etc. No es que éstas últimas no
tengan que estar, sino que aprendamos a regularlas, a gestionarlas. Aceptar
muchas cosas de la vida, nos ayuda a vivirla con plenitud. Saber que soy
limitado y expresarlo, es la mejor forma de avanzar en mi crecimiento. Saber
que el error es el mecanismo por el cual llevamos a cabo las correcciones en
nuestro aprendizaje, es aceptar que la transformación ocurre con motivo de
sobreponerse a la adversidad, al fracaso (palabra que no me gusta usar).
Recordarán
la historia de Thomas Edison cuando inventó la bombilla. Un periodista le
preguntó: ¿Cómo es, Sr. Edison, que tras tantos fracasos Vd. ha seguido
perseverando en su intento? A lo que Edison contestó: “No se equivoque
caballero, yo nunca he fracasado, yo sé ahora miles de formas de no hacer una
bombilla”. El fracaso no existe.
Pensar en las elecciones que
tenemos antes de reaccionar de forma inapropiada, es uno de los ingredientes
que no nos han enseñado en nuestro aprendizaje. No cabe duda, antes de
reaccionar más vale contar hasta 10, 20 o lo que haga falta, antes que dar una
respuesta inapropiada. Esto se llama AUTOCONTROL. Sabemos por experimentación
que el autocontrol influye de una forma muy importante en nuestras vidas.
Mediante un test, llamado de “la golosina”, Walter Mischel, un psicólogo
americano, ponía a unos niños en una sala con una golosina encima de la mesa y
les decía que si aguantaban sin comérsela durante 15 minutos, obtendrían otra
golosina más. El estudio tuvo un seguimiento de estos niños durante 50 años, y
demostró que el autocontrol predice el éxito futuro de los niños. Aquellos niños
que se habían autocontrolado habían obtenido mejores resultados profesionales,
eran menos proclives a deprimirse, tenían vidas más estables y disfrutaban de
relaciones más duraderas. Esto indica
que aquellos sujetos que aprenden a dominar sus impulsos, gestionan mejor sus
emociones y logran ser más dueños de sí mismos.
Una madre que, por ejemplo,
sufra de ansiedad durante su embarazo, puede influir en que su hijo padezca, en
el futuro, trastornos por déficit de atención, hiperactividad, problemas
conductuales, etc. El cortisol, que es la hormona del estrés hace verdaderos
estragos en nuestro organismo. Un nivel alto de cortisol en el líquido
amniótico, guarda relación con cocientes intelectuales más bajos en los niños,
afectándoles en su aprendizaje.
Aprender respiración y
relajación, por parte de los padres, y luego, por parte de los niños, es un
buen procedimiento de ganar en autocontrol.
En otro momento os hablaré
de cómo llevar a cabo un buen programa de gestión emocional familiar.
Un fuerte abrazo.
Juan Fernández Quesada.
Gracias Juan, me ha gustado mucho este articulo, da unas pistas muy sencilla y practicas para el vivir cotidiano. Un abrazo grande. Merce
ResponderEliminarGracias, Mercedes. Lo más interesante está en trabajarlo día a día. Un fuerte abrazo.
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