Eres
responsable de tu vida, aunque te resulte más sencillo echar la culpa a los
demás de tus problemas.
Las
circunstancias condicionan, pero no determinan. Una vez que te ha ocurrido algo,
por muy doloroso que sea, no lo puedes cambiar.
Sólo
puedes actuar y crear aquí y ahora, haciendo, no diciendo que haces. El
victimismo o la queja te aportarán retribuciones a corto plazo, pero en ningún
caso provocarán ningún avance significativo. Te estás engañando.
Del
pasado sólo puedes aprender para no repetir errores, perdonar y perdonarte para
vivir libre de culpa. También, puedes recrearte y anclarte en él, pero... ¿qué
solucionas?
Confía
en tu creatividad, todo lo que construyas hoy, será mañana tu pasado. Con lo
que ya sabes ¿quieres que sea igual?
El
futuro no existe y, en todo caso, hay un porcentaje muy pequeño de
probabilidades de que sea como te lo imaginas.
Nadie
va a solucionar tu vida, ni te va a hacer feliz todo el rato. Tampoco serás
feliz con las cosas que decidas acumular, pagas con dinero, pero en verdad lo
que hipotecas es tu tiempo, el que te quitas a ti y a la gente que te importa.
Hasta puedes llegar a comprarles con cosas materiales para sentirte mejor.
Hay
días “malos” y esa es la gracia de cambiar tu pensamiento: que hasta de esos
días podrás sacar algo positivo y aprovecharlo para tu crecimiento personal.
Y me
he vuelto repetitiva, lo sé, porque he descubierto que la repetición crea
hábitos y éstos provocan un cambio, lo demás son excusas.
¿La
vida es difícil?...
INMA
REYERO DE BENITO
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