viernes, 4 de septiembre de 2020

EL RINCÓN DE INMA: BAJO EL MISMO CIELO

 


Amante de la cordura, de hacer las cosas fáciles, la naturaleza me equilibra, me encanta su belleza serena, precisa, colorida, como si nada pasara...

 

Me dejo envolver por ella, me da cobijo como una madre amorosa, no me pide nada a cambio, sólo que la disfrute y que más pronto que tarde vuelva a refugiarme en ella.

 

Es bonito saber que el mar siempre será mar embravecido o en calma, que su sabor es salado, aunque evoque momentos dulces, que la arena de sus playas, que ahora es fina y se escapa entre los dedos, es el fruto de siglos de erosión; los ríos siguen su curso con más o menos agua y están contentos de ser lo que son, no quieren ser lago, ni catarata, no se comparan, están bien así.

 

Me ayuda a comprender que de nada sirve la prisa, una semilla se toma su tiempo hasta convertirse en una flor que puede ser efímera y no por ello menos bella, me recuerda que es bueno disfrutar y soltar, porque no sabemos cuándo terminará nuestro tiempo, no somos perennes.

 

En el cielo hay claros, aunque a veces predominen las nubes, el sol siempre sale

podamos verlo o no, algunos días las precipitaciones son intensas y dejarse calar es señal de crecimiento, de resiliencia; para las malas rachas en forma de viento es aconsejable ser flexible como el bambú.

 

Es inevitable perder las hojas y hasta los papeles, recordarnos que somos caducos, porque desnudarse también es de valientes, aunque nuestra mayor belleza está condensada en el interior, sobre todo en lo más profundo, en nuestras raíces, quien no sepa verla no nos merece.

 

Hay árboles centenarios y hormigas que no cesan, caminos que no conducen a ninguna parte, pero los volveríamos a recorrer, porque nos encanta perdernos de vez en cuando.

 

Senderos que se bifurcan y nos hacen elegir. De repente nos planteamos qué pasaría si perdiéramos el norte, al fin y al cabo, todos somos un poco de sur y buscamos dejar huella.

 

Fuentes con aguas cantarinas, acompañando con su fresca melodía el trino de un gorrión y  un coro de grillos.

 

Cumbres que te abren nuevos horizontes... ¿por qué no seguir soñando?

 

INMA REYERO DE BENITO

2 comentarios:

  1. Inma. Debo felicitarte, tanto por este artículo como por el publicado con anterioridad.
    Indican una evolución por parte de su autora: nos abre las puerta a la meditación.
    Gracias por tu aportación.
    Recibe un cálido abrazo,
    Joan

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