Bendita causalidad que nos puso en el mismo camino de hormiguitas, sin atajos, sin trucos, solo práctica y constancia.
En
el camino de la consciencia, del amor incondicional, en un sendero donde las
cosas son como son, aunque no nos gusten, lo importante es nuestra actitud y lo
que hacemos con ellas.
Bendita
causalidad que me acercó a ti temblorosa, muerta de miedo, con mi carrito, pero
allí estaba, en el sitio adecuado, en el momento justo, dispuesta, sin excusas,
sin dramas, ofreciendo lo que tenía que, a priori, no parecía mucho, sólo un
cuerpo débil y un corazón roto en pedacitos, pero cómo tú dices, lo importante
es querer y de querer iba sobrada.
Según
tú la solución a mis problemas pasaba por hacer sentadillas...me pareció de
chiste, no te lo voy a negar, ¡no te debías de haber enterado de nada!, nunca
te lo he dicho pero las hice sin ganas, las hice llorando, sentía dolor, no
sólo físico, también dolía el alma, sólo las hice porque no sé mentir y no
podía llegar a la próxima sesión y decirte que sí, que las había hecho, y
claro, si no las hacía, si no confiaba en ti ¿qué sentido tenía volver? No
estamos aquí para perder el tiempo ni para hacérselo perder a los demás, la
coherencia me parece un valor esencial.
También
las hice para demostrarte que estabas equivocado, que querer no siempre es
poder y la equivocada fui yo y tanto quise demostrártelo que hoy casi tengo
tableta.
Tu
saludo y despedida de " besos y abrazos" me parecía una forma de
tortura, pero también funcionaron, conseguí abrirme al mundo, romper distancias
de seguridad y sentirme viva de nuevo.
Ahora
la vida me pone un nuevo reto, tengo que aprender a sentirte desde un poco más
lejos, aprender a soltar, trabajar el desapego, respetar tu decisión de
reorganizar tus prioridades y desearte lo mejor.
Doy
gracias por no dejarte pasar, por subirme a tu tren que siempre está en marcha,
aportando a cada pasajero lo que precisa para hacer su viaje más confortable;
doy gracias porque te disfruté y no te dejé para luego.
Qué
bueno que nuestra conexión no sea física porque no sentiré tanto tu ausencia, no
te vas, te quedas, siempre fuiste, eres y serás, es lo que tiene transformar
vidas que siempre formarás parte de ellas, ya sabes que el adiós no existe...
El
primer artículo que publicamos te lo dediqué y terminaba con un: simplemente
Juan, este lo quiero terminar con un: SIMPLEMENTE GRACIAS.
INMA
REYERO DE BENITO