SOLUBAG
Un grupo
de científicos chilenos han creado una innovadora bolsa de plástico soluble en
agua, que no contamina el medio ambiente, desaparece en
minutos y a la que han bautizado como “SoluBag” y que
está hecha de alcohol polivinílico (PVA).
Animales
acuáticos como las tortugas
marinas no
reconocen la diferencia entre una bolsa de plástico y una medusa. Confundidas,
muchas mueren con el estómago lleno de plástico. Este y otros muchos problemas
que generan las bolsas de plástico en nuestros océanos podrían acabarse con
este invento.
Se
trata de un producto desarrollado con un material
similar al plástico, pero que desaparece
al tomar contacto con el agua. Tras cuatro años de investigación y pruebas,
el equipo dio con una solución que utiliza componentes de la piedra caliza para producir alcohol polivinílico (PVA), el
elemento principal de la fórmula que permite fabricar este material.
100% SOLUBLE EN AGUA, MISMA FUNCIONALIDAD QUE
UNA BOLSA DE PLÁSTICO NORMAL
SoluBag
soporta el mismo peso de
una bolsa plástica tradicional. Pero a diferencia de esta, entre sus cualidades
está disolverse al contacto con el agua
en solo cinco minutos y desaparecer sin dejar ningún tipo
de contaminante. De esta forma permite que el agua siga siendo potable.
Una
de las dudas que aparece ante este tipo de soluciones es qué sucede cuando el
usuario se enfrenta a situaciones como la lluvia utilizando
el producto. En este caso, los fabricantes aseguran que pueden programar la temperatura a
la que tanto las bolsas plásticas como las de basura se disuelven al contacto con el
agua.
«La
gran diferencia de este producto es que, al ser desarrollado con estos
materiales, no contiene ningún derivado del petróleo, lo cual se ajusta
perfecto al proyecto de ley que se está llevando a cabo en Chile para
prohibirlas (las bolsas) en el comercio, cumpliendo estándares mundiales», afirma Cristian Olivares,
gerente comercial de SoluBag.
REEMPLAZANDO EL PLÁSTICO
Según
asegura, si se compara con el resto del mercado «este producto realmente
soluciona el problema de la degradación de bolsas y, además, lo hace de forma
entretenida y amigable con el medioambiente».
La
compañía comenzó fabricando las bolsas solubles, pero a medida que las
desarrollaban, se dieron cuenta de que la fórmula permitía reemplazar cualquier material
plástico. «Esto es como hacer pan»,
agrega uno de los cerebros detrás del producto.
Explicando
que «para hacer pan se necesita
harina y otros componentes. Nuestra harina es el alcohol de polivinilo y
otros componentes, aprobados por la Agencia de Regulación de Alimentos y Drogas
de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), que nos ha permitido una
materia prima para hacer distintos productos».
DOS TIPOS DE BOLSAS SOLUBLES: DE PLÁSTICO Y DE
TELA
En la
presentación de este producto, que contó con el apoyo de Fundación Imagen de Chile, los creadores de
SoluBag tomaron uno de sus productos y lo metieron en un recipiente con agua
para mostrar a los asistentes lo rápido que esta bolsa se desintegra en
contacto con el líquido, e incluso se tomaron el agua después, dando pruebas de
que el líquido queda inocuo a la salud humana.
Existen dos tipos de bolsas, una plástica, que
es soluble en agua fría; y otra de tela, que lo es en agua caliente. Además, Astete
detalla que «lo que queda en el agua es
carbono» y, de acuerdo a las pruebas médicas, se ha demostrado
que «no tiene ningún efecto en el
cuerpo humano».
EMPODERANDO A LOS CIUDADANOS PARA CUIDAR DEL
MEDIO AMBIENTE
Esto los
llevó a crear un segundo
producto que funciona como textil, y que ya está siendo utilizado en Chile en
las camillas y uniformes de la
urgencia médica del Hospital Militar.
«La
idea es que cada persona se haga cargo del problema, porque este material se
puede reciclar desde una olla en la casa. Tenemos que empoderar al ciudadano,
dejando que él decida convertirse en un agente activo de cambio para aliviar al
medio ambiente»,
agregó el gerente general de la empresa, Roberto
Astete.
Los
desarrolladores se ganaron el premio
SingularityU Chile Summit 2018, como emprendimiento catalizador de cambio.
Por eso, el 9 de septiembre viajarán a Silicon
Valley (EE.UU.)
donde se quedarán 10 semanas en el centro de investigación de la NASA. Allí planean
desarrollar su negocio para lanzarlo
al mercado chileno y global a un precio competitivo.