jueves, 12 de septiembre de 2019

EL RINCÓN DE INMA: HAZ DE CADA MAÑANA UNA MAÑANA PERFECTA



Aquella mañana la taza de café se enfrió entre sus manos, su mirada estaba perdida en un punto entre el infinito y la nada, no conseguía concentrarse.
Su mente volaba a miles de kilómetros, no respondía a sus intentos de volver a la realidad.

Aquella mañana algo iba mal, los pájaros no habían acudido a su ventana como otros días a despertarla con sus cantos, se le habían quemado las tostadas y en en el frutero sólo quedaba una arrugada naranja, insuficiente para un zumo, suficiente para sumirla en oscuros pensamientos de carencia.

Aquella mañana el repartidor de publicidad aporreó su timbre, con insistencia, sin pausa, un segundo, dos, tres… ¡basta! su cabeza no podía más.

Aquella mañana cerró los ojos, respiró lento, profundo, inspiró, espiró, los ruidos parecieron alejarse como el cielo después de una tormenta su mente se despejó, el ritmo de sus latidos se acompasó y entonces escuchó el alegre canto de los pájaros… ¡si, siempre habían estado ahí!

Aquella mañana todo había sido perfecto, solo que ella tardó un poco más en darse cuenta.

INMA REYERO DE BENITO

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