Conozco
a Manuela hace años, siempre me pareció una persona especial, algo misteriosa
como buena amiga de las meigas, un día me paró y me comentó la situación de
violencia de género que estaba viviendo.
Temblaba,
se le entrecortada la voz, se sentía asustada, vulnerable, quería saber qué
hacer, buscaba una salida digna, no entendía nada, su mayor pecado era ser
mujer, querer garantizar una buena calidad de vida para sus hijos, asfixiada
entre cuatro paredes, callada para no levantar sospechas, sin arreglar por no
provocar…
Vivía
una vida en blanco y negro como la portada de su libro del que me quedo con una
frase: no mires nunca atrás, que si es
amor, no duele.
Pero
cuando el alma está llena de sueños los pies te marcan el camino y las alas se
extienden.
Hoy
no podía, no quería perderme la presentación de su libro, su voz era firme, la
mirada al frente, pisando fuerte, delante de mí una pareja entrelazaba sus
manos y un hombre lloraba, quizá el precio haya sido un poco alto pero he visto
amor, he visto esperanza. Gracias.
CAMINA
ERGUIDA
Camina
erguida,
la
frente alta
y la
expresión serena.
Ya
se que a veces aún revolotean
cientos
de pájaros oscuros
nublando
la cabeza,
pero
ya has aprendido,
que
un rayo de luz tenue
y
difusa, ahora los ahuyenta.
Camina
erguida,
que
el gesto indica
que
en tu alma hay fuerza.
Hay
decisión.
Hay
raza.
Ya
está tocando a su fin
el
tiempo de la tormenta.
Camina
erguida.
Ya
nunca más encoge tu espalda
una
palabra hueca.
Un
insulto.
La
rabia.
Ahora
al mirar para adentro
ves
de nuevo tu esencia.
Poema.
Mujeres: luces y sombras.
Manuela
R. Gallego
INMA
REYERO DE BENITO
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