En
una película siempre tendría el papel de galán, de sonrisa abierta y carcajada
fácil, educado, amable, maneja la ironía con destreza, sólo alguien así puede
presumir seriamente de estar "mal rematado".
Un
puzzle de fotos reviste las paredes, de diferentes tamaños, en color, en blanco
y negro, todo encaja, es la misma vida pasando con la cadencia de un reloj de
arena…
Está
rodeado de música, recuerdos, recuerdos… tantos, que seguro le ayudaron a
remendar su corazón cuando parecía que se iba a partir en mil pedazos.
Cuando
la vida pesa un poco parece dormido pero sólo la sueña, escucha de nuevo su
voz, le regala margaritas, pasean, se entienden con una mirada, después vuelve
a la realidad sabiendo que rendirse no es una opción.
Es
bonito conocer a personas que no pasan por este mundo trivialmente si no que
van dejando huellas que las convierten en inevitables y nos demuestran que
cuando se conserva el alma joven la edad sólo está en el DNI.
Me
alejo con nostalgia pensando que quizá cualquier tiempo pasado fue mejor.
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