sábado, 29 de febrero de 2020

LA GRATITUD BIEN ENTENDIDA



“Camina como si besaras la Tierra con tus pies” – Thích Nhất Hạnh

La Gratitud, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE) es un sentimiento de estima y reconocimiento que una persona tiene hacia quien le ha hecho un favor o prestado un servicio, por el cual desea corresponderle. Actualmente, utilizamos la Gratitud en un sentido más amplio que lo definido, ya que también podemos agradecer mostrar unas emociones que nos ayudan vivir la vida, aunque sean desagradables; descubrir algo de nuestra vida a través de una experiencia adversa, agradeciendo lo experimentado, etc.

Adquirir el hábito de agradecer, hará que atraigas más cosas a tu vida para agradecer.
Sé agradecido por lo que tienes y eso hará que vivas en la plenitud.
Sé agradecido por lo que eres y eso hará que tu realización sea plena.
Pero si te concentras en lo que no tienes o no eres, vivirás en el sentimiento de carencia y tus logros no serán evidentes.

Si agradeces te sentirás feliz, más no por sentirte feliz actúas con agradecimiento.
El agradecimiento induce de inmediato a un sentimiento de felicidad.
El agradecimiento elimina los momentos de queja de tu vida.
El agradecimiento minimiza la preocupación de tus instantes.

No hay verdadero perdón sin gratitud.
¿Para qué condenas o te condenas? ¿No es mejor sacar una semilla de confianza de nuestras adversidades?
La gratitud deja una huella imborrable de sosiego en la mente por un pasado vivido, genera fortalezas y confianza en nuestro presente, y nos proyecta con entusiasmo hacia el futuro.

Tienes todo lo que necesitas para ser feliz.
Agradecer es la verdadera oración, porque todo ya lo tienes aquí, y cuando agradeces se materializa todo en tu vida.
Has sido creado un ser perfecto, reconócelo y todo se manifestará a tu alrededor, pues eres creador, cree y crea.

Gratitud es plenitud.
Si tuviste una experiencia agradable, agradécela.
Si tuviste una experiencia desagradable, agradécela también.
Si reíste, agradece tu risa.
Si lloraste agradece tu tristeza.

Gratitud no es pensar, es sentir.
Es el sentimiento de gratitud la energía que moviliza todos tus recursos.
Es el sentimiento de gratitud el que te lanza a sentirte uno con el todo.

Gratitud es devolver a la vida todo lo que nos da, pero con amor.
Si hacemos un análisis minucioso de lo que nos da la vida, no pararíamos de dar gracias en las 24 horas del día.
Si los demás o la vida te dieron, en algunos momentos, incomprensión, dales lo que les faltó, comprensión.

En las pérdidas no te quedes con el dolor de la tristeza, quédate con la gratitud de lo que ganaste mientras lo tuviste.
Si una relación te duró poco, no estés triste por la pérdida, agradece el poco tiempo compartido.
Si un familiar se fue de este mundo, agradece haberle conocido y haber disfrutado de su presencia.

Agradece en el aquí y ahora, no esperes a mañana para hacerlo.
Dile a tu madre que agradeces todo lo que supo darte. No esperes a mañana.
Dile a tu hijo que agradeces que haya venido a este mundo. No esperes a decírselo “cuando se lo merezca”.
Dile a tu pareja que agradeces que te haya elegido para acompañarte en el sendero de la vida. No esperes a terminar la jornada.
Dile a tu amigo que agradeces que te haya elegido tal cual eres, este es amor verdadero.

Gratitud es amar lo sencillo, lo diminuto, lo cotidiano, lo que nos han dado (positivo y negativo).
Gratitud es el sentimiento que más humildad concentra y más amor expande.
Gratitud es memorizar con el corazón, no con la mente.
La gratitud hace que las dificultades se conviertan en bendiciones y lo que no se espera en un regalo.

JUAN FERNÁNDEZ QUESADA


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