Qué
bonita te ves cuando no escondes tus cicatrices porque son la señal de que
estuviste allí y te superaste y saliste más fuerte, más sabia, con la lección
aprendida y las alas extendidas porque no, claro que no, nunca hubo jaula, tú
pusiste los barrotes...y ahora vas y te marchas.
Qué
bonita te ves cuando te cuidas y no te sientes mal por ello, ya, ya sé que te
contaron que eso no estaba bien, que no serías buena persona, que tenías que
aguantar, ser fuerte, complaciente y sobre todo muy sumisa, tanto que prácticamente
dejaras de existir o lo hicieras sólo cuando a ellos les interesará, eso
sí...todo era por tu bien, hacer lo correcto, lo que se espera de ti, a pesar
de ti.
Qué
bonita te ves cuando no repites cada día el mismo capítulo de tu vida, si no
que te pones uno nuevo, otra temporada, incluso eres capaz de cambiar hasta de
serie.
Qué
bonita te ves cuando dejas atrás los límites, cuando crees en ti, te pillas
poniéndote esas viejas excusas y te ríes a carcajadas porque hace tiempo que
eres responsable de tu vida y ya no te las crees …que no ¿¡qué!? mira cómo lo
hago...y vas y lo haces.
Qué
bonita te ves cuando te emocionas y lloras delante de quien sea, cuando te
muestras vulnerable y pides ayuda porque es cierto, no lo sabes todo y
seguramente hoy tampoco sea tu mejor día.
Qué
bonita te ves cuando sabes que no es imprescindible, pero le prefieres y sabes
que no existe la media naranja pero juntos sois más que dos y sabes que vas a arrastrar
a tu corazón a tu enésima locura.
Qué
bonita te ves cuando te tiemblan las piernas y tienes un nudo en el estómago
pero...vas y lo haces.
Qué
bonita te ves cuando descubres que las cosas son como son y no esperas nada de
nadie, y miras atrás y ves de dónde vienes y cambias lo que no te gusta, ya no
eres princesa, ni sueñas con príncipes, si pierdes un zapato vas y te compras
otro par o caminas descalza durante el tiempo que sea necesario, mientras
inventas una nueva danza.
Qué
bonita te ves cuando el miedo es sólo una palabra en un diccionario empolvado
que hace tiempo dejaste de leer.
INMA
REYERO DE BENITO
Qué precioso se ve el artículo!!
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