Imagino que muchos de vosotros
habréis visto la película Avatar,
dirigida por James Cameron en 2009, en la que unos científicos, con el fin de relacionarse
con los Na’vi (seres aparentemente primitivos que habitan en el exuberante
planeta Pandora, cuya atmósfera es venenosa para los humanos), adoptan la forma
de híbridos, con cuerpo similar al de los Na’vi, pero conectados con sus mentes
humanas. El avatar puede moverse, sentir y relacionarse libremente en Pandora,
mientras el cuerpo de los protagonistas yace sedente en una cabina de enlace.
Me pregunto si nuestra interacción con el mundo material no será parecida y la
vida que creemos estar viviendo sea una representación.
Tal vez necesitemos nuestro
cuerpo físico, con sus limitaciones, para movernos por la existencia cotidiana:
comer, hablar, trabajar, enamorarnos, competir con nuestros congéneres… pero la
realidad sea muy otra. La física cuántica viene a decir que lo que percibimos
con nuestros sentidos y damos forma con nuestra mente no es verdaderamente así,
sino tan sólo la manera en que somos capaces de entender e interactuar en el
mundo humano. De hecho, nada tiene que ver lo que perciben un perro o una abeja
con lo que nosotros sentimos, pues ven, oyen, huelen… de manera diferente. Al
parecer, según los últimos avances de la física, en último término, la materia no
existe y todo es vacío y energía.
Muchas tradiciones religiosas
y culturales entienden que los seres humanos seríamos una suerte de “avatares”,
en los que una entidad espiritual hace uso de nuestra mente, nuestros sentidos
y nuestros miembros, pero no se identifica con ellos. Un alma eterna,
indestructible, ilimitada. Si es así, existiría otra forma de “saber”, de
establecer conexiones, de expandirse… a la que llegaríamos por medios que no
tienen que ver con el raciocinio, la sensibilidad o la emoción, sino con la
intuición. Se supone que los místicos consiguen llegar a conectar con su propia
alma y, a través de ella, con todo lo que “es” y con Dios. Los que dicen haber
traspasado ese velo hablan de conciencia, unidad, trascendencia, amor… no de un
universo paralelo en el que las cosas son como aquí, pero “mejores”. Aunque
igual eso resulta muy esotérico para algunos de nosotros…
No sé si nuestro pequeño
planeta y nuestras aparentemente insignificantes vidas son todo lo que existe o
no pero, al menos en este escenario y con mi personaje, preferiría “hacer un
buen papel” y pasar mi tiempo en esta tierra fomentando la concordia, la
armonía y la paz, en lugar de vivir una pesadilla de odio y desunión. Creo en
la existencia del alma y de Dios, pero incluso si fuesen una invención humana,
tal vez valdría la pena actuar como si fueran reales, porque cuesta pensar cuán
intrascendente sería nuestra vida en otro caso. De la misma forma que considero
que aunque no existiera el karma, ni nunca hubiéramos de dar cuenta de nuestros
actos, el egoísmo de mirar sólo por uno mismo, aunque nos “salgamos con la
nuestra”, sólo nos va a producir insatisfacción e infelicidad. Porque la
plenitud del individuo, en mi experiencia, implica ir más allá de sí mismo.
Pero qué sé yo… ¡si tengo más preguntas que respuestas!
ANA CRISTINA LÓPEZ VIÑUELA
Jaja 😂,me ha encantado .Mientras leía mi mente buscaba llegar a la conclusión final, algo me decia que al final estaba la solución ....pero
ResponderEliminarNo !!
Lo mismo pienso yo. Gracias por este aporte.
ResponderEliminarPelícula preciosa... Y a mi m encanta toda la película pero la parte q entierran a sus Na'vi.. Y dicen la tierra nos da su energía para estar aquí y de esta manera devolvemos esa energía.. O algo similar, resumiendo.... M ha gustado xq estar lleno d preguntas es bueno o así pienso yo, y esa película es para ver y escuchar atentamente xq enseña muchoooo... Mil bsos
ResponderEliminarA veces es más importante la pregunta que la respuesta.
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