lunes, 12 de octubre de 2020

EL RINCÓN DE INMA - INSTANTES

 


 

La lógica le decía que él y ella no envejecerían juntos, que le inventó y en verdad no era para tanto, ni siquiera era para ella.

 

Porque nada es nuestro, todos estamos de paso, de lo que no pudo pasar es de que se le acelerara el corazón cuando se iluminaba la pantalla del móvil y aparecía su nombre al lado de una estrella fugaz, seguro la puse ahí como una premonición, pero no, primero no lo veía y después no quería verlo, somos expertos en escuchar lo que nos interesa.

 

No entendía que para que haya luz tiene que haber también oscuridad, sólo veía su brillo.

 

El corazón le decía que de todo lo que pasó algo fue real porque por un momento sus vidas compartieron un espacio en el que las palabras sobraban y las explicaciones eran innecesarias.

 

Algo en lo más profundo de ella le susurraba que le dejara marchar, aunque ya no pudiera ser del todo, una parte se quedaría con ella, la que le ha devuelto la sonrisa, la que le espera a la vuelta de cada esquina, la que sólo entiende de miradas brillantes, la que le recuerda que si te empeñas en un imposible lo atraes.

Normas no escritas gritan que hay un abismo entre ellos, que nadie en su sano juicio arriesgaría tanto y ya no sabe si es mejor irse o dejarse llevar.

 

La lógica le decía que si no lo hubiese intentado ahora ni siquiera tendría su cálido recuerdo para abrazar en las noches frías, le decía que nunca le tuvo y así no sufrirá porque no puede perderle.

 

Una tarde se iluminó la pantalla, miró de reojo, suspiró, vio borrosa la estrella fugaz, una lágrima resbalaba por su mejilla...ya no sentía nada.

 

INMA REYERO DE BENITO

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