jueves, 15 de octubre de 2020

JOAN SÁNCHEZ-FORTÚN - ¿PASAMOS PÁGINA?

 


Con cierta frecuencia, ante una situación un tanto comprometida, irresponsablemente, decimos que lo mejor es pasar página como si aquí nada hubiera ocurrido. El problema surge cuando, posterior e inesperadamente, en nuestro interior algo se remueve produciéndonos un "desconocido" malestar, al tiempo que ignoramos su origen. 

Probablemente, los humanos desconocemos que acallamos o reprimimos -consciente o inconscientemente-nuestra conciencia "negativa" de unos actos injustificables a modo de "pasar página para no pensar". Con tal proceder, creemos que "aquí no pasa nada o la culpa es del otro", a modo de autoengaño. Sin embargo, transcurrido un tiempo, este pasar página puede llegar a manifestarse interiormente, y su efecto será el de crear malestar, ansiedad e intranquilidad personal hasta que afloren o encontremos los motivos originarios.  

¿Pasamos página o ponemos cada página en su lugar? Éste es el dilema, no "existe" otro, si deseamos una vida más plena. Afrontar los problemas responsablemente en el presente antes que posponerlos, será como esa llave mágica, actitud valiente y evolutiva que debemos adoptar si no queremos naufragar en un mar de páginas llenas de situaciones no resueltas. Empecemos por afrontarlas en el día a día, para no dar lugar a llenar nuestra "mochila" emocional de actos irresponsables y despropósitos existenciales pendientes de afrontar, y de resolver. Debemos evitar convertirnos en una página de un libro inacabado o de una existencia incompleta… 

Si deseamos cimentar una vida más plena, vivamos el presente con responsabilidad y madurez, donde cada una de sus páginas y las circunstancias de nuestra existencia ocupe su lugar correspondiente por más doloroso que pueda resultar. A su vez, no olvidemos afrontar y ordenar nuestro pasado ─nunca es tarde; tarde será no cobrar conciencia de éste─, para edificar un presente más pleno, en el que basaremos el bienestar de nuestro futuro. Éste no se construye mañana, sino hoy, en el aquí y ahora, con una actitud reflexiva y adulta como es afrontando, elaborando y asumiendo responsablemente el pasado. A partir de este acto de madurez, el pasado dejará de molestarnos, por lo tanto, nos permitirá vivir con mayor plenitud el presente.  

Dejar o postergar vivencias o situaciones comprometidas sin resolver, se convertirán en un lastre y, por consiguiente, en un problema añadido. Atrevámonos a afrontar y a no prolongar más en el tiempo estos conflictos no resueltos para prevenir, y evitar su enquistamiento. Porque, al igual que una herida mal tratada en su momento, provocará que su curación sea más duradera y dolorosa. De tal modo, agrandamos y magnificamos un problema cuya resolución final será más dificultosa y dolorosa, quedando la puerta abierta ─por efecto dominó─ a que surjan en cadena otras situaciones no previstas, conflictivas y dolorosas 

Al final de nuestra existencia quedará escrito el libro de nuestra vida: Aquél en el que todas las páginas han ocupado responsable y ordenadamente su lugar correspondiente, o aquél otro, cuyas páginas estén todavía por ordenar… 

 

2 comentarios:

  1. Queda claro que no podemos pasar la pagina hasta que aprendamos la leccion que lleva, pues de lo contrario iremos de mal en peor. Gracias por esta reflexión.

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  2. Gracias por tu comentario. Convivir con unas situaciones sin resolver por nuestra incapacidad de enfrentarnos a ellas, se asemeja a esa piedra que se introduce en el zapato y nos produce dolor. Éste no cesará hasta quitar la piedra. Seguiremos sufriendo hasta que nos enfrentemos al problema e intentemos solucionarlo.
    Recibe un cordial saludo.

    Joan

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