sábado, 31 de octubre de 2020

JOAN SÁNCHEZ-FORTÚN – EL ARTE DE RELATIVIZAR

 


En la relación humana, el arte de relativizar es una de las actitudes o forma de vida que más beneficio o sufrimiento nos producirá, tanto personal como colectivamente.  Dicho arte, estará determinado por el sentido e importancia que demos a los acontecimientos en nuestro quehacer cotidiano. Ante esta situación, tenemos dos posibilidades: relativizar en positivo -a la baja o minimizar- o, por el contrario, en negativo- al alza o maximizar la situación-. De la actitud que adoptemos dependerá en gran medida nuestro bienestar como el de las personas de nuestro entorno. 

Desde la evolución y madurez alcanzadas, estaremos más capacitados en saber distinguir y valorar, en su medida, las circunstancias y los hechos que nos rodean. De tal modo, evitaremos juicios de valor, negativos e innecesarios; daremos importancia a aquellos acontecimientos que realmente deban ser evaluados como tales, desechando los intrascendentes. Pero, ante todo, tenemos el deber de recabar la opinión de las personas interesadas, antes que opinar gratuita y equivocadamente. Con este acto de madurez y de relatividad positiva, evitaremos crear un conflicto dónde realmente no existe. 

El hecho de relativizar negativamente comportamientos de otros seres humanos podría ser parte de nuestras proyecciones reflejadas en el prójimo. Por lo tanto, esta opinión negativa tiene un alto porcentaje de error: puede llegar a ser o convertirse en el espejo de nuestra personalidad. 

Relativizar en positivo - a la baja-. Esta es una de las actitudes más "sanas, cercanas y sabias" que podemos adoptar en el transcurso de nuestra existencia: Nos proporcionará la paz interior; ahuyentará los "diablos" de nuestra mente; descubriremos otros aspectos positivos, cuando normalmente existen; crearemos unos vínculos más próximos y sólidos. Al relativizar en positivo, establecemos una corriente de cercanía y harmonía de las que anteriormente carecíamos: abrimos las puertas al diálogo y a la concordia, al tiempo que evitamos las nocivas y peligrosas interpretaciones fruto de nuestra imaginación, las que nos abocarán, muy probablemente, a la confrontación.     

Relativizar en negativo -al alza-. Por el contrario, esta es una de las actitudes que más debemos rechazar para evitar contaminar nuestros pensamientos, y sentimientos en la relación con las personas de nuestro medio. De tal modo, evitaremos situaciones desagradables. La práctica de este negativismo, más que probable, puede ser el medio por el cual puede llegar a "aflorar" nuestra parte negativa. 

La personalidad de base de cada uno de nosotros, así como la evolución alcanzada, serán las que condicionen en gran medida, nuestra opinión en positivo o en negativo en la relación de nuestro entorno. Haber vivido situaciones difíciles o en un medio agresivo -en la niñez o de adulto-, de una u otra manera, puede condicionar y fomentar nuestro sentido negativo o, vivirlo como un "falso" mecanismo de defensa que justifique nuestro modo de pensar o de actuar.   

 

Un abrazo sentido.

JOAN SÁNCHEZ-FORTÚN

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario aparecerá una vez revisado por el moderador de la página. Gracias.