Estas líneas pretenden rendir un cálido homenaje a aquellas personas que, viviendo en la oscuridad y en el sufrimiento continuado, desde su espíritu de superación, tienen la voluntad de poner un punto de luz en sus vidas -siempre existe esta posibilidad-; a las que convierten el sufrimiento en un motivo de crecimiento personal y de esperanza, lo cual, les facilitará cobrar conciencia de su realidad para superar sus circunstancias adversas sin sentirse culpables; a las que consiguen dar un sentido positivo a sus vidas, es decir, trasforman el dolor en paz y sosiego en el inicio de un nueva etapa, con el consiguiente bienestar personal.
En ocasiones, por diversas circunstancias ajenas a uno mismo o, a la propia
irracionalidad de las personas de nuestro entorno, la vida nos
"arroja" al fondo de un profundo pozo: en él permaneceremos hasta
que, por fin, un día -ese día existe- despertemos de tanto sufrimiento y
situaciones irracionales, y nos acojamos a esa voz cálida y mano generosa que
nos ayuden a salir de la oscuridad. Lo conseguiremos cuando esta sea nuestra
voluntad y nos empeñemos en este propósito. ¡Querer es poder o, por lo menos,
nos aproxima a conseguirlo!
Para ello, deberemos - con humildad exenta de orgullo- escuchar, para creer
e interiorizar la ayuda que nos ofrezcan. Como primer paso imprescindible,
debemos serenarnos interiormente; dejar de sentirnos culpables, pues cuando una
relación se rompe o surge una situación conflictiva, implica la responsabilidad
de dos personas, de dos mundos que, por el motivo que fuere, deben de tomar,
desde la aceptación, distintos caminos y sus consecuencias, pero jamás, con
sentimiento de culpabilidad. Éste, es uno de los sentimientos más destructivos
de nuestra persona y esencia: ofusca nuestra mente e impide ver con claridad el
principio de realidad; nos involucra en una dinámica de culpabilidad,
dolor y de sufrimiento: "Soy el único culpable, por lo tanto, debo
sufrir". ¡Desafortunado sentimiento!
La vida, constantemente, como parte de la propia existencia y dinámica, nos
pone a prueba desde los más justificados motivos hasta los más irracionales,
crueles y carentes de sentido alguno. Debemos aceptarlos y
afrontarlos sin temor, como parte de la vida: superarlos nos ayudará a
conformar una personalidad más firme, sólida y decisiva en nuestro proceso
evolutivo.
Si un día, unas personas fueron capaces de superar sus situaciones más
adversas, es prueba evidente que, cada uno de nosotros, también tenemos esta
capacidad, facultad y oportunidad. Ante estas situaciones tenemos dos
posibilidades: afrontar el problema o, continuar en un mar de llantos y
sentimientos de culpabilidad.
Afrontar el problema, conlleva buscar ayuda para superar el conflicto. Lo
haremos con humildad; reconociendo los posibles errores cometidos; escuchando e
interiorizando los razonamientos aportados y, lo más importante, desterrar el
sentimiento de culpabilidad. Así iniciaremos el camino del encuentro con uno
mismo, el que nos proporcionará la tan necesaria paz interior.
Continuar en un mar de lágrimas agudizará el sufrimiento, el mismo que nos
hará vivir en la oscuridad interior. Nos envolverá en una dinámica
negativa de dolor sin sentido, del que no podremos salir hasta que, un día,
tengamos la suficiente energía interior como para afrontar los problemas para
que éstos se conviertan en parte de un pasado elaborado y superado.
Aprendamos a llorar hoy, para que mañana podamos sonreír.
Afrontemos los problemas hoy, para tener un mañana venturoso.
Es lamentable tener experiencias altamente negativas. El tiempo, la ayuda solicitada, y mis propias vivencias, me han demostrado que se puede correr una cortina del sufrimiento al placer.Si entiendo el placer,como un resurgir de ilusiones q podemos convertir en realidad. Un gran reto en la vida que merece la pena.
ResponderEliminarPor desgracia, los humanos aprendemos más por el propio sufrimiento que por los placeres que nos da la vida. Canalizar dicho sufrimiento, implica no quedar atrapados en el sentimiento de culpabilidad; buscar la ayuda necesaria -creer en ella- nos ayudarán a comprender la causa de dicho sufrimiento. De tal modo, iniciaremos el proceso de superación de las situaciones dolorosas.
ResponderEliminarComo bien dices,la vida es un constante reto de superación: ¡o los superamos o, los retos-situaciones no resueltas- acabarán superándonos!
Gracias. Un abrazo,
Joan