viernes, 27 de noviembre de 2020

EL RINCÓN DE INMA: ¿APARIENCIA O REALIDAD?

 



El desayuno es uno de mis momentos preferidos del día, con el silencio por compañía, practico, cada mañana, el arte de fundir mis manos con una taza de café que revienta la escala de grados Fahrenheit, se suman a la fiesta unas tostadas con cualquier clase de mermelada.

 

La falta de conexiones neuronales a esa hora me facilita crear un perfecto instante presente.

 

En pleno ritual unas letras tan grandes como para llamar mi atención resaltan en una bolsa de regalices situada sobre la mesa. Me sorprende tanto la frase, que parece que   baila ante mis ojos: ¡con zumo de fruta!

 

La curiosidad me lleva a dar la vuelta al paquete necesito más información, información es poder. Y leo:

 

Ingredientes: azúcar, jarabe de glucosa y fructosa, harina de TRIGO (GLUTEN), agua, acidulante (E330), pectina, 2% zumo de fruta mixta a partir de concentrado, aroma, emulgente (E471), conservante (E202), regulador acidez (E331), colorantes (E120), concentrado frutas y verduras: boniato, manzana, rábano, cereza. Agentes recubrimiento (E901, E904).

 

Después de leerlo y por el tamaño de la letra deduzco que la única población que corre algún riesgo serio consumiendo este producto es la celiaca, también me alegra saber que contiene verduras, todo un detalle y confirmo que mi vocabulario sigue siendo pobre, ya que desconozco el significado de muchas palabras.

 

Además, me quedo con la sensación de que o nos mienten o no nos dicen la verdad que no sé si es lo mismo.

 

De ahí salto a una analogía con nuestras relaciones personales y me planteo si podríamos evitar muchas de las situaciones que nos ocurren, si leyéramos más allá de lo que los demás nos muestran, puede que las apariencias solo sean ese dos por ciento, como el zumo de fruta; empiezo a pensar si decimos la verdad como norma general o la disfrazamos de reguladores de acidez para que los demás se la traguen mejor.

 

Analizo por qué nos creemos lo que queremos escuchar, aun sabiendo que está repleto de colorantes y agentes de recubrimiento; trato de comprender por qué perdemos tanta energía con personas que les importamos un rábano y no son sanas por mucha verdura que lleven y tampoco entiendo por qué a veces nos gusta vivir en una ignorancia, endulzada con jarabe de glucosa.

 

Mientras empieza a enfriarse el café, considero que es posible que sólo nos sinceremos cuando nos vaya la vida en ello, como la de los celíacos,  y un eco lejano mezclado con el crujir de la tostada musita que ¡bastante poco nos pasa!

 

INMA REYERO DE BENITO

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