Este es uno de los mecanismos de "defensa" más utilizado por el ser humano en su trayectoria cotidiana: Nuestro gran desconocido, del que poco se habla. Gestiona una parte importante de nuestra existencia, posiblemente, alrededor de un 70%, más inconscientemente que consciente, circunstancia y realidad que desconocemos al estar profundamente arraigado en nuestra conducta y condición humana. Este autoengaño goza de nuestra aprobación -sin ser plenamente conscientes- por los "beneficios" obtenidos, no obstante, desconocemos la gran influencia que ejerce sobre nuestras personas.
Podríamos afirmar que, de no existir este mecanismo de defensa, el ser
humano tendría que "inventárselo" para justificar actuaciones
irresponsables, censurables e inmorales al objeto de descargar nuestra
conciencia negativa, con el fin de conseguir un falso equilibrio emocional
y paz interior, de los que no dispondríamos por la inexistencia de tal
mecanismo de defensa.
La razón está de mi parte; el otro es quién está equivocado o tiene la
culpa; no lo recuerdo; no dije eso…, son las expresiones más comunes que, bajo
estas engañosas expresiones y falsos razonamientos y planteamiento, los
humanos gestionamos una gran parte de nuestra existencia, de tal modo,
reprimimos nuestra conciencia negativa para no enfrentarnos a la realidad,
a sus consecuencias y a los problemas que responsablemente debemos afrontar. La
práctica del autoengaño ejerce la función de válvula de escape a nuestras
conductas y actuaciones irresponsables, las que poco favorecen en nuestro
proceso evolutivo y crecimiento personal,
-Objetivos del autoengaño -entre otros-:
Justificar actuaciones injustificables e impropias. Para descargar la
conciencia negativa.
Darnos la razón, cuando objetivamente no la tenemos. Para eludir
nuestra responsabilidad.
Obtener algún tipo de beneficios. Entre ellos, la aprobación ajena
mediante nuestros "razonamientos".
Obviar o negar la realidad. Para justificar conductas negativas
y eludir la responsabilidad correspondiente.
Hacer uso y abuso de la medio verdad o medio mentira. Al objeto de
obtener credibilidad ante actitudes irresponsables.
Hacernos sentir poseedores de la verdad. En la que
necesitamos creer para eludir nuestras responsabilidades.
No reconocer los errores cometidos. De tal modo, nos exculpamos irresponsablemente de
haberlos realizado.
Culpar al prójimo para no reconocer nuestros actos indebidos. Así, dificultamos
nuestro proceso evolutivo.
Exculparnos de actos irresponsables. Mediante el
autoengaño, "conseguiremos" engañarnos y engañar al
prójimo.
Justificar mentiras. Para eludir responsabilidades y
obtener credibilidad entre las personas.
Observaremos que la palabra responsabilidad tiene mucho que ver en el
trascurso de estas últimas líneas: Justamente, esta palabra y su significado
son los que distingue a quién la posee con un alto nivel
evolutivo. La responsabilidad, por definición, es el contrapunto a la
mentira. ¡Cómo justificamos nuestros actos indebidos e irresponsables: mediante
la mentira!
La mentira nos conduce a la destrucción de
nuestra persona y esencia como seres humanos.
Desde la evolución y el crecimiento
personal, el autoengaño dejará de tener un sentido primordial e influencia en
nuestra existencia.
Como colofón a los apartados anteriores y a modo de resumen podríamos
afirmar que el objetivo principal del autoengaño, es el de no reconocer los
errores cometidos y actuaciones injustificables, al tiempo de acallar nuestra
conciencia negativa.
Parece que el autoengaño produce beneficios, pero son ilusorios y cortoplacistas. Gracias Joan por tu artículo, tan claro, práctico y bien fundado.
ResponderEliminarSaludos, Ana Cristina. Cómo bien dices, el autoengaño es la "solución" del momento, pero se convierte en el "barro que atrapa" del que difícilmente saldremos. Sólo nos queda evolucionar si deseamos desprendernos de tan mal compañero de viaje.
ResponderEliminarAbrazos y gracias.
Joan