Para cambiar nuestra vida
hay que ser conscientes de dos pasos:
1)
Comprender cómo yo me afecto a mí mismo.
2)
Cambiar mis reacciones excesivas.
Hay una gran diferencia
entre lo que les sucede a los objetos y lo que nos sucede a los humanos. Según
la física de Newton, hay una ley de ACCIÓN---REACCIÓN, pero en el ser humano
es: ACCIÓN---RESPUESTA DELIBERADA. Si usted reacciona con la primera respuesta,
como si fuese un acto reflejo, entonces es como los objetos, pero si usted
ante cualquier acontecimiento determina la respuesta que usted quiere dar,
estará haciendo un buen uso de su libre albedrío.
Hay cuatro formas
indeseables de pensar principales:
La primera forma la voy a
denominar PENSAMIENTO TREMENDISTA. Este pensamiento tremendista significa que
llevamos a un extremo impresionante nuestras valoraciones de los hechos o de
las situaciones. Por ejemplo, si he suspendido un examen, puedo decir: “Es
horrible que haya suspendido”. Todas las valoraciones se hacen de forma
comparativa. Lógicamente decir que el suspender un examen es “horrible“, lo
pongo en el mismo nivel que si hubiese ocurrido una explosión atómica, ya que
esa etiqueta “horrible” y todas sus sinónimas: “tremendo”, “catastrófico”, “pésimo”,
“abominable”, “aterrador”, etc, están en el mismo nivel. Es decir, no hay peor situación que esa. Por lo
tanto, cuando a mi sistema de procesamiento le estoy diciendo ésto, él
reacciona con una respuesta defensiva muy alta. Mi sistema defensivo no
entiende de si la situación es real o no, simplemente reacciona a lo que le
estoy diciendo según mi valoración.
Muchos pensamientos tremendistas
empiezan con la pregunta: “¿Qué pasará…?”. Imagine de nuevo la situación de
examen y empieza a decirse esto:
·
¿Qué pasara si me preguntan algo que no sé?
·
¿Qué pasará si obtengo una mala calificación
en el examen?
· ¿Qué pasará si me pongo nervioso y me entran
ganas de orinar y debo salirme?
·
¿Qué pasará si el tiempo se me acaba y no he
contestado ni a la mitad del examen?
·
…………. (Estas restantes preguntas las puede
inventar usted. Seguro que de alguna experiencia personal las deducirá).
Este tipo de preguntas se
pueden hacer hasta el infinito. Este tipo de diálogo, por lo tanto, sugiere que
usted no tendría una sola preocupación, sino infinitas preocupaciones.
Conclusión, UNA AUTÉNTICA CATÁSTROFE, resultado, por lo tanto, PÁNICO. Si usted
anticipa todo esto antes de entrar al examen, cuando llegue a él, estará
completamente desorganizado y, es bastante probable, que responda
inadecuadamente, confirmando sus expectativas.
Traslade este tipo de
preguntas a otros contextos. Por ejemplo, me considero tímido y pienso:
·
¿Qué pasará si ese grupo de gente que deseo
conocer me pone mala cara?
·
¿Qué pasará si digo algo que no le gusta a
alguien?
·
¿Qué pasará si no sé hablar de alguno de los
temas de los que hablen?
·
¿Qué pasará si alguien me pregunta algo que
no sé responder?
·
…….
Como ve, siempre hace un
juego suposicional sobre las cosas que pueden ocurrir, pero nunca está basado
en realidades.
Un lenguaje parecido es el
de los Y SI…… o A VER SI…..
Por supuesto, no todos los “Qué
pasará” son tremendistas por necesidad. Por ejemplo, ante cualquiera de las
preguntas anteriores, usted se centra en las posibles respuestas al respecto.
Es decir, como le mencioné antes, en cuanto a la ley de ACCIÓN---RESPUESTA
DELIBERADA, usted no se queda en la INCERTIDUMBRE, sino que piensa en múltiples
respuestas adecuadas a la situación presentada. Entonces ¿qué es lo que ha
sucedido? que el problema no está en la pregunta, sino en la respuesta. La
respuesta que usted visualiza o anticipa ante estas preguntas es catastrofista.
Dirá que va a ser horrible, que ya no va poder volver a aprobar un examen, que
su futuro será decepcionante, que siempre que se presente a un examen no va a
lograr resultados deseables, etc.
Hay otras formas de
tremendismo, además del ¿qué pasara?, por ejemplo:
·
No aguanto que me digan….
·
Es insoportable que a uno le digan…
·
Me pone como una moto que me digan…
·
Me exaspera que mi prima….
·
Odio que la gente….
·
Es como si me clavasen un puñal cuando….
·
Me mata el que…..
·
Me hiere en el alma el que….
·
………………………….
Todos estos tipos de expresiones
le hacen susceptible a situaciones, personas, cosas, etc. ¿Quiere seguir siendo
susceptible a todo ello? Si ha contestado que NO, empiece a cambiar sus
respuestas tremendistas, porque de otro modo se sentirá desgraciado y
eminentemente alterado.
Las experiencias demuestran
que las cosas nunca o casi nunca son como uno las anticipa.
No teniendo reacciones
tremendistas o exageradas usted manejará mejor la situación y se sentirá mejor
con usted mismo.
Bien, para no cargarle en
este artículo con muchas cosas a la vez, dejo para otro día el resto de los
pensamientos negativos a trabajar.
Espero le haya ayudado.
Un fuerte abrazo.
Juan Fernández Quesada
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario aparecerá una vez revisado por el moderador de la página. Gracias.