Todos los seres humanos
hacemos tres cosas consecutivas:
1)
PENSAMOS.
Pensar es una actividad continúa de la mente, pero muchas veces no nos damos
cuenta de ello.
2) SENTIMOS.
Son nuestras emociones. Son sensaciones más o menos tenues, fuertes o
insistentes. Irritado, alegre, culpable, furioso, exaltado, deprimido, etc.
También son continuas, como los pensamientos.
3)
ACTUAMOS.
Hasta los gestos o movimientos más nimios son conductas. Esto que está haciendo
ahora, leer este texto, es una conducta. ¿Ha girado la cabeza? ¿Ha movido el
ratón? Todas son conductas.
Son estos tres tipos de
respuestas de las que es bueno estar pendientes. Las dos últimas, emoción y acción, son efectos de la primera, pensar, pero, como puede que aún no
tenga mucha práctica en ver las relaciones entre unas y otras, es bueno tomar
en consideración, que sabiendo las segundas, podemos detectar cuáles han sido
las primeras.
Hay cuatro emociones muy
negativas en nuestras vidas que cuando aparecen son difíciles de controlar y
nos hacen actuar con ineficacia, inquietándonos aún más:
a)
Angustia excesiva.
b)
Furia/ataque/defensa.
c)
Depresión.
d)
Culpabilidad.
a) Si se siente demasiado ansioso (tenso, nervioso,
agitado, inquieto, intimidado, asustado, miedoso, desbordado, descontrolado,
desorganizado), no actuará con eficacia ente la situación que vive, o manejará
la relación, con la persona con la que se encuentre, de verdadera pena.
Imagínese que va a una entrevista de trabajo o está ante su jefe que le ha
llamado para algún asunto y usted se encuentra en este estado.
b) Si se pone demasiado irritado (furioso, enfadado,
enojado, escandalizado, frustrado, intolerante, defensivo, atacante, resentido,
encolerizado) es probable que “salte en mil pedazos”. Por ejemplo: se ha puesto
muy irritado porque su pareja le ha dicho que no ha llegado a tiempo a la cita.
O, por ejemplo, usted se pone encolerizado cuando su hijo le dice que ha sacado
un tres en matemáticas.
c) Si se siente depresivo (abatido, desesperanzado,
desmoralizado, desalentado, desmotivado, apagado, melancólico, descorazonado) es
probable que no haga nada o poco por cambiar su situación, sintiéndose a su
vez, en cualquier situación aún más “apabullado”, “más hundido”. Por ejemplo,
se ha deprimido porque su pareja ha cortado la relación con Vd., o porque le
han despedido de su trabajo, o porque ve en la televisión muchas noticias
negativas sobre el mundo, la guerra, los desastres medioambientales, etc.
d) Si se siente culpable (excesivamente responsable,
arrepentido, dolido consigo mismo, causante, infractor, convicto, contrito, reo,
autor, infravalorado, malo, indeseable) es probable que no ponga límites a las
acciones de otros hacia Vd., tomará decisiones con gran inseguridad. Por ejemplo,
imagínese que se siente culpable ante sus hijos por haberse divorciado, y
entonces permite que sus hijos hagan o digan lo que quieran porque se considera
un mal padre y piensa que les tiene que dar todo para que ellos le tengan en
cuenta; también le puede ocurrir que un grupo de compañeros de trabajo digan de
ir a un sitio al que usted no quiere ir, y vaya por no sentirse menos que los
demás, sintiéndose después mal consigo mismo.
¿Cuándo estas emociones son
EXCESIVAS o DEMASIADAS? Usted es el que mejor lo sabe, pero, sobre todo, cuando
usted pierde el control de su vida en las situaciones que se le presentan. Que no venga nadie, ni
siquiera yo, el psicólogo, a decirle cuando es “demasiado”. Usted es su mejor
psicólogo, yo le oriento, usted valora.
Pues bien, hasta aquí,
espero haber contribuido a que conozca qué tipos de señales nos están indicando
que hay que hacer cambios importantes en la vida de uno, si se siente de las
maneras que he descrito. Es comienzo de año y es un día maravilloso, el de
Emmanuel (Dios con nosotros), de nacimiento personal, para hacernos cargo de
nuestra vidas.
Espero le haya gustado y,
por favor, compártalo con sus contactos.
Feliz año 2017 y un fuerte
abrazo.
Juan Fernández Quesada.
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