Alguien dijo que las
cicatrices nos recuerdan que hemos sido más fuertes que las heridas, perfectamente
podría aplicarse esta frase a Irene Villa.
Su coraje y valentía
han sido siempre una constante.
Bajo el lema” Saber
que se puede” arranca una charla en la que en todo momento nos deja claro que
la vida no es de color rosa, hay momentos difíciles ante los que tenemos dos opciones: vivir amargados o mirar hacia adelante, si optas por lo primero no sigas
leyendo.
Ella decidió
claramente mirar hacia adelante y cuando en un golpe de realidad su madre le dijo
“esto es lo que hay” pensó: vale, he nacido sin piernas. Así empezó a forjar su
historia de superación, con mucho apoyo al principio y en soledad cuando el
foco mediático se fue apagando descubrió que la verdadera luz brilla dentro de
cada uno de nosotros. Perdió el miedo a los obstáculos porque sacan tu mejor
versión y te hacen ver que cuando no puedes cambiar una situación
quien tiene que cambiar eres tú. El mundo es como lo quieras ver.
Irene tiene una mezcla
de fortaleza y fragilidad que conmueve, su profunda mirada aún se resiste a
mirar de frente las imágenes de su cuerpo ensangrentado tirado en el suelo,
baja la cabeza, se toca el pelo, se coloca la ropa, sus ojos se empañan, fija
la vista en un punto imaginario , su vulnerabilidad le hace más humana,
definitivamente me ha ganado, no ha llegado hasta aquí por casualidad, se lo ha
currado.
Habla de tener metas,
de visualización creativa, de trabajar el optimismo, crear hábitos, agradecer,
disfrutar y celebrar los logros, vivir en el aquí y ahora, contar tus
problemas, tener sentido del humor, humildad, paciencia, fe, capacidad para
volver a empezar cada vez que la vida te vuelva a la casilla de salida… los “Juanistas”
asentimos con la cabeza,¡ya sabemos de que va todo esto!
Propone una clave
para la vida: DAR
D: deseo, decisión,
disciplina.
A: autoestima,
amistad, actividad.
R: resiliencia,
respeto, responsabilidad.
Con el amor como
motor de su vida no siente ningún rencor y su única arma es el perdón, porque
si quieres ser feliz un día véngate, pero si quieres ser feliz todos los días
perdona.
Tres carreras,
medallas paralímpicas, innumerables premios y tres hijos avalan sus palabras y
demuestran que los límites están sólo en nuestra mente.
Mete todas estas
herramientas en una coctelera, sírvete, da pequeños sorbitos y sonríe a la adversidad,
ahora ya sabes que existen personas ordinarias que hacen cosas extraordinarias.
Ahora ya sabes que se puede.
Inma Reyero
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario aparecerá una vez revisado por el moderador de la página. Gracias.