Hay días que
no… el tiempo no pasa, te sientes pesado, todo va a cámara lenta, no estás
ilusionado, arrastras los pies y tu cuerpo les sigue, sin rumbo.
Son días
como tardes de otoño, las hojas parecen suspendidas en el tiempo y de repente
caen velozmente, sorprendidas por el viento sin posibilidad de remontar su
vuelo.
No te gusta
estar así, lo evitas, quieres huir, luchas contra esa sensación, sólo consigues
hundirte un poco más en el bucle, en tu bucle.
Sólo cuando
paras y te escuchas te das cuenta que no pasa nada, que tu desasosiego, tu
apatía, tu angustia se irán si no las alimentas.
Cuando eres
consciente de que te sientes mal, de que es un día que no… es porque ha habido
días que sí… y sabes como volver a ellos, sabes que no son los días, siempre
eres tú, sin prisa, te vas a reinventar las veces que haga falta, no eres un
producto acabado, y te levantas, secas tus lágrimas y sigues porque sabes que
hay días que sí… y que siempre eres tú.
Inma Reyero
de Benito
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