martes, 11 de mayo de 2021

El equilibrio entre el cuerpo y la mente

 



Eugene Gendlin es un filósofo estadounidense que ha desarrollado una psicoterapia llamada Focusing, derivada de la Terapia No Directiva o Centrada en el Cliente de Carl Rogers, uno de los padres de la Psicología Humanística. Esta psicoterapia se centra en el cuerpo, frente a las psicoterapias psicodinámicas o conductuales. Se centra en las sensaciones físicas de nuestra experiencia humana.

En el movimiento psicoterapéutico, además del Focusing, hay otras dos psicoterapias centradas más en el cuerpo, la de Wilhelm Reich, llamada Vegetoterapia, y la de Alexander Lowen, llamada Bioenergética.

Estos tres autores vienen a confluir en sus planteamientos afirmando que “la identidad humana se centra en el cuerpo”, constituyendo su base y su núcleo.

Gendlin dice que “a partir de nuestras vivencias corporales construimos nuestra personalidad y la percepción del mundo que nos rodea”.

Para Gendlin el cuerpo es un registrador biológico que almacena muchísima información o datos, transmitiéndolos inmediatamente cuando uno los evoca de forma voluntaria o debido a algún acontecimiento externo asociado a la sensación.

Una manera de aceptación personal es a través del equilibrio físico, sentirnos a gusto con nuestro cuerpo, porque de no ser así, nos sentiremos confusos, desorientados. El hecho de que las personas que trabajan su cuerpo purificándolo y relajándolo, junto con su mente, se sientan mejor consigo mismas, no es en vano.

Trabaja tu aspecto externo, tu higiene, cuidado personal, y también tu cuidado interno, lo que comes. Limpia el cuerpo con algún tipo de ayuno. Excluye los alimentos elaborados, el exceso de azúcares, los estimulantes y sustancias que afectan al cerebro:

-El metilmercurio, presente en pescados grandes.

-El monóxido de carbono, presente en los humos de las combustiones.

 -El plomo, presente en algunos cosméticos, juguetes que no cumplen las normativas vigentes, algunos tipos de pinturas, etc.

-Los compuestos organofosforados y organoclorados, presentes en los plaguicidas.

-El manganeso, necesario para el organismo, pero tóxico a niveles altos. Lo usan los soldadores.

-El aluminio, sobre todo su ingestión.

-Los antiepilépticos en altas dosis.

-Los fármacos hipnóticos o benzodiazepinas, usados para dormir, cuando se toman a muy largo plazo.

-El alcohol, tabaco (nicotina), cafeína, cocaína, heroína, barbitúricos (tranquilizantes).

La aceptación del cuerpo guarda relación con nuestra aceptación personal, así, por ejemplo, los adictos a alguna sustancia o las personas que comen compulsivamente intentan llenar un vacío en su interior.

Siempre hay aspectos de nuestro cuerpo que podemos cambiar o mejorar. Hazte una lista de ellos, de lo que concretamente te gustan y de lo que no te gustan. Pregúntate que puedes cambiar o mejorar. Hazte un plan para ello, pero no de cirugías. El cuerpo se ha convertido en el reflejo de tus problemas o negatividades acumulados a lo largo de tu historia, y, si cambias tu visión corporal, también mejorarás el resto.

Empieza a aceptar tu cuerpo, relájalo y cuídalo.

Gendlin teorizó sobre un concepto que llamó SENSACIÓN SENTIDA o tipo de experiencia corporal personal. Explicó que las personas podían mejorar en sus sintomatologías si podían acceder a las sensaciones corporales globales en torno al problema por el que habían acudido a terapia. Estas sensaciones sentidas se relacionan con la conciencia corporal del proceso vital en un momento determinado. Y manifestó que todas las personas pueden acceder a estas sensaciones sobre la satisfacción de nuestro organismo con las condiciones actuales de nuestra vida, y que esto se puede lograr entrenando.

 

El Focusing describe 6 pasos esenciales:

1)   Despejar un espacio. Consiste en relajarse y prestar a la experiencia corporal interna. El sujeto se debe preguntar: ¿Cómo está yendo mi vida? ¿Qué es lo más importante para mí en este momento? Detectar las sensaciones que se generan y dejar que fluyan las respuestas. Si hay preocupación, mantener una distancia emocional.

2)   Identificar una sensación sentida. Seleccionamos uno de los problemas identificados en el ejercicio anterior y mantenemos la distancia emocional, pero notamos el sentimiento global de todas las sensaciones que han aparecido.

3)   Manejar la sensación sentida. Buscamos una palabra, frase o imagen que represente esa sensación sentida en conjunto, lo llamaremos asidero. Esta calificación o imagen representará de la forma más precisa la posible la sensación sentida general.

4)   Resonar. Alternamos el foco de atención entre el asidero y la sensación sentida, comprobando si ese asidero representa de forma fiel a la segunda. Deben encajar lo más posible.

5)   Hacer preguntas. ¿Qué es lo que otorga esta cualidad o imagen (asidero) a mi problema en su conjunto la sensación sentida? Deja fluir las respuestas. Si notas un cambio en tu experiencia física es que has hallado el asidero conveniente.

6)   Recibir las sensaciones. Al recibir unas sensaciones nuevas, mantén la receptividad y préstales atención a esas sensaciones por unos momentos. Presta atención a tus experiencias físicas y psicológicas.

 

Recuerda, trabajar el cuerpo y sus sensaciones, también es comunicarnos con la mente, llegar a un equilibrio con ésta, recuperar nuestra salud y confianza.

Hasta ahora, para ganar en sabiduría, hemos hablado de:

1)   Despertar a la necesidad de cambio.

2)   Cuestionar el presente.

3)   Reforzar nuestras creencias potenciadoras.

4)   Confiar en uno mismo y en nuestro espíritu.

5)   Vaciarse para llenarse y sentirse pleno.

6)   No distraerte de tu función.

7)   Establecer un compromiso con lo sencillo.

8)   Lograr un equilibrio entre el cuerpo y la mente (hoy).

Un saludo.

Juan Fernández

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