La primera piedra o
dificultad que encontremos en el camino no deberíamos visualizarla con
frivolidad ni como un obstáculo sin más importancia, sino todo lo
contrario: emplear nuestras energías y saberes para superar dicha
dificultad, la misma que forma parte de nuestra existencia y en nuestro
caminar.
El sufrimiento es parte
sustancial en la vida de los humanos. Sin él, improbablemente, alcanzaríamos -
en el futuro- un estado de mayor plenitud y la mayoría de edad evolutiva tan
necesaria para desarrollar una vida más plena. A este sufrimiento deberíamos darle su
justo sentido y valor, pues tiene una notable importancia en nuestra existencia
al ser un referente en nuestro proceso evolutivo, sin el cual, no lograríamos
alcanzar, cada uno de nosotros, ese punto óptimo de aprendizaje tan necesario
para conseguir el encuentro con uno mismo, favorecedor de nuestro
bienestar personal y social.
Podemos subdividir el
sufrimiento en dos áreas o aspectos: El sufrimiento improductivo y el
productivo.
El sufrimiento
improductivo es la consecuencia, básicamente, de un alto grado de inmadurez y
de ignorancia de nuestra persona. Nos hace vivir alejados de la realidad,
por consiguiente, permaneceremos atrapados al sufrimiento hasta que un día
despertemos de nuestro letargo existencial y evolutivo. Desde la
responsabilidad, debemos aceptar y afrontar la realidad de lo que somos, y en
la gestión de nuestra vida por muy dura que pueda resultar, de lo
contrario, permaneceremos atrapados a este sufrimiento improductivo: sufriremos
sin posibilidad de remediarlo.
Raíces del sufrimiento
improductivo
En un lugar muy
destacado, un alto grado de inmadurez:
La evolución y el
crecimiento personal van muy ligados al propio conocimiento interior.
Consecuentemente, a mayor desconocimiento de estos valores, mayor dificultad
tendremos en hallar la respuesta reparadora a tanto sufrimiento. De existir una
"vacuna" contra este sufrimiento, la inestabilidad personal y la
emocional, ésta es la principal: conócete, evoluciona, madura como ser humano,
despréndete de tus irracionales actitudes y egoísmos; en dos palabras:
evoluciona y humanízate.
Vivir básicamente
encerrados en nuestro precario y asfixiante mundo interior:
Nos dificultará obtener
aquella información necesaria y beneficiosa en nuestro proceso evolutivo, con
lo cual, no dispondremos de las herramientas para erradicar este sufrimiento
improductivo: Dificultará nuestro conocimiento interior. Nos asemejaremos a esa
rosa que no puede abrir el capullo: acabaremos pereciendo por asfixia
existencial, emocional, afectiva y relacional. Podemos y debemos cuestionarnos:
¿Qué nos hace vivir tan cerrados en nuestro mundo interior? Miedos e
inseguridad ante qué situaciones; como mecanismo de autodefensa ante nuestras
ignorancias; para no sentirnos agredidos, porqué y por quién…
No escuchar la palabra
ni razonamientos lógicos:
Nos hará perecer por
asfixia evolutiva: nos impedirá evolucionar. En primer lugar, deberemos
abrir nuestros oídos a la palabra ajena - recordemos que este es uno de los
medios gratuitos de aprendizaje que tenemos a nuestro alcance-. Quién la
desprecie, desprecia la posibilidad de crecer y formarse como ser humano. Nacemos
con una gran dosis de ignorancia. En la esencia de la palabra ajena
encontraremos el Diccionario Evolutivo. Quién no lo lea- quién no la escuche-,
perecerá en la ignorancia y en su oscuridad interior: Madre de nuestros
conflictos y sufrimientos existenciales; entre ellos, el improductivo:
sufriremos, pero no lo superaremos.
No afrontar y vivir
alejados de la realidad. Principio de realidad:
Este es uno de los
principales motivos por los que continuaremos inmersos en el sufrimiento
improductivo: cuando ignoramos el principio de realidad. Entonces, viviremos
una vida abocada al sufrimiento. Viviremos en nuestra falsa realidad, la que
dificultará conocernos interiormente, por consiguiente, impedirá llevar a
cabo la realización de nuestro proceso evolutivo. Nos asemejaremos a ese
caminante perdido en las tórridas arenas del desierto; en nuestro desierto
interior: El peor de los desiertos.
Culpar al prójimo de
nuestros problemas:
Esta es la solución
fácil. Una de las más desacertadas: porque continuaremos con nuestros
conflictos sin posibilidad de erradicarlos. Culpar al prójimo de nuestros problemas,
conductas y actitudes inadecuadas nos alejará de la realidad:
continuaremos con nuestras actuaciones incorrectas y tormentosas…Culpar al
prójimo, es negar la realidad de nuestros errores y actuaciones
desconsideradas. Continuaremos siendo la persona que éramos, no esa persona
madura y evolucionada que podemos llegar
a ser.
En este apartado, el concepto
de responsabilidad tiene mucho que ver. Cuando hemos conformado una
personalidad más equilibrada y sólida, dicho concepto se convierte en
uno de puntos fuertes de referencia e indicativos en este sentido.
Asumiremos nuestra responsabilidad en primera persona: no culparemos
gratuitamente al prójimo. Así iniciamos la senda de la superación personal.
Un cercano abrazo.
Joan.
Es verdad que hay sufrimiento productivo, es el que nos enseña nuestros errores.
ResponderEliminarCiertamente, los humanos aprendemos de los contratiempos. Ellos son los que nos "fuerzan" a aprender. De lo contrario, continuaremos sufriendo sin posibilidad de superar las situaciones críticas. Este último es el sufrimiento improductivo.
ResponderEliminarRecibe un cordial saludo y abrazo.
Joan