sábado, 1 de mayo de 2021

JOAN SÁNCHEZ FORTÚN - EVITAR EL SUFRIMIENTO INNECESARIO 1ª PARTE.

 


La primera piedra o dificultad que encontremos en el camino no deberíamos visualizarla con frivolidad ni como un obstáculo sin más importancia, sino todo lo contrario: emplear nuestras energías y saberes para superar dicha dificultad, la misma que forma parte de nuestra existencia y en nuestro caminar.  

 

El sufrimiento es parte sustancial en la vida de los humanos. Sin él, improbablemente, alcanzaríamos - en el futuro- un estado de mayor plenitud y la mayoría de edad evolutiva tan necesaria para desarrollar una vida más plena. A este sufrimiento deberíamos darle su justo sentido y valor, pues tiene una notable importancia en nuestra existencia al ser un referente en nuestro proceso evolutivo, sin el cual, no lograríamos alcanzar, cada uno de nosotros, ese punto óptimo de aprendizaje tan necesario para conseguir el encuentro con uno mismo, favorecedor de nuestro bienestar personal y social. 

 

Podemos subdividir el sufrimiento en dos áreas o aspectos: El sufrimiento improductivo y el productivo. 

El sufrimiento improductivo es la consecuencia, básicamente, de un alto grado de inmadurez y de ignorancia de nuestra persona. Nos hace vivir alejados de la realidad, por consiguiente, permaneceremos atrapados al sufrimiento hasta que un día despertemos de nuestro letargo existencial y evolutivo. Desde la responsabilidad, debemos aceptar y afrontar la realidad de lo que somos, y en la gestión de nuestra vida por muy dura que pueda resultar, de lo contrario, permaneceremos atrapados a este sufrimiento improductivo: sufriremos sin posibilidad de remediarlo.  

 

Raíces del sufrimiento improductivo 

 

En un lugar muy destacado, un alto grado de inmadurez: 

La evolución y el crecimiento personal van muy ligados al propio conocimiento interior. Consecuentemente, a mayor desconocimiento de estos valores, mayor dificultad tendremos en hallar la respuesta reparadora a tanto sufrimiento. De existir una "vacuna" contra este sufrimiento, la inestabilidad personal y la emocional, ésta es la principal: conócete, evoluciona, madura como ser humano, despréndete de tus irracionales actitudes y egoísmos; en dos palabras: evoluciona y humanízate. 

  

Vivir básicamente encerrados en nuestro precario y asfixiante mundo interior: 

Nos dificultará obtener aquella información necesaria y beneficiosa en nuestro proceso evolutivo, con lo cual, no dispondremos de las herramientas para erradicar este sufrimiento improductivo: Dificultará nuestro conocimiento interior. Nos asemejaremos a esa rosa que no puede abrir el capullo: acabaremos pereciendo por asfixia existencial, emocional, afectiva y relacional. Podemos y debemos cuestionarnos: ¿Qué nos hace vivir tan cerrados en nuestro mundo interior? Miedos e inseguridad ante qué situaciones; como mecanismo de autodefensa ante nuestras ignorancias; para no sentirnos agredidos, porqué y por quién… 

  

No escuchar la palabra ni razonamientos lógicos: 

Nos hará perecer por asfixia evolutiva: nos impedirá evolucionar. En primer lugar, deberemos abrir nuestros oídos a la palabra ajena - recordemos que este es uno de los medios gratuitos de aprendizaje que tenemos a nuestro alcance-. Quién la desprecie, desprecia la posibilidad de crecer y formarse como ser humano.  Nacemos con una gran dosis de ignorancia. En la esencia de la palabra ajena encontraremos el Diccionario Evolutivo. Quién no lo lea- quién no la escuche-, perecerá en la ignorancia y en su oscuridad interior: Madre de nuestros conflictos y sufrimientos existenciales; entre ellos, el improductivo: sufriremos, pero no lo superaremos. 

 

No afrontar y vivir alejados de la realidad. Principio de realidad: 

Este es uno de los principales motivos por los que continuaremos inmersos en el sufrimiento improductivo: cuando ignoramos el principio de realidad. Entonces, viviremos una vida abocada al sufrimiento. Viviremos en nuestra falsa realidad, la que dificultará conocernos interiormente, por consiguiente, impedirá llevar a cabo la realización de nuestro proceso evolutivo. Nos asemejaremos a ese caminante perdido en las tórridas arenas del desierto; en nuestro desierto interior: El peor de los desiertos. 

 

Culpar al prójimo de nuestros problemas: 

Esta es la solución fácil. Una de las más desacertadas: porque continuaremos con nuestros conflictos sin posibilidad de erradicarlos. Culpar al prójimo de nuestros problemas, conductas y actitudes inadecuadas nos alejará de la realidad: continuaremos con nuestras actuaciones incorrectas y tormentosas…Culpar al prójimo, es negar la realidad de nuestros errores y actuaciones desconsideradas. Continuaremos siendo la persona que éramos, no esa persona madura y evolucionada que podemos llegar a ser.         

En este apartado, el concepto de responsabilidad tiene mucho que ver. Cuando hemos conformado una personalidad más equilibrada y sólida, dicho concepto se convierte en uno de puntos fuertes de referencia e indicativos en este sentido. Asumiremos nuestra responsabilidad en primera persona: no culparemos gratuitamente al prójimo. Así iniciamos la senda de la superación personal.

 

Un cercano abrazo.

Joan.

2 comentarios:

  1. Es verdad que hay sufrimiento productivo, es el que nos enseña nuestros errores.

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  2. Ciertamente, los humanos aprendemos de los contratiempos. Ellos son los que nos "fuerzan" a aprender. De lo contrario, continuaremos sufriendo sin posibilidad de superar las situaciones críticas. Este último es el sufrimiento improductivo.
    Recibe un cordial saludo y abrazo.
    Joan

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