domingo, 31 de marzo de 2019

EL RINCÓN DE INMA: EL DÍA QUE DECIDÍ CUIDARME


Para apreciar donde estamos es muy interesante saber de dónde venimos.

Os voy a contar una actividad rutinaria, vestirse, por ejemplo, ¿te resulta sencillo, verdad? Apuesto que la mayoría de los días lo haces sin enterarte.

Para mi solo era el principio de la tortura en la que se convertiría el resto del día.Elegía la ropa, no por el color de temporada o la más favorecedora , si no la que mi cuerpo me permitiera ponerme, a su capricho podía no ser capaz de abrochar un botón, no levantar los
brazos para meter una prenda por la cabeza, subir una cremallera acababa siendo un obstáculo insalvable... Me vestía haciendo varios descansos, era agotador, cuando acababa si la frustración no era mayor que mis ganas de seguir adelante, me apoyaba en mi carro de la compra que hasta le puse nombre, Usain Bolt, el sentido del humor me ha salvado muchas veces, creo que es una de mis señas de identidad. Salíamos a la calle, hacíamos una gran pareja, lejos,cerca o nos dábamos la vuelta a medio camino si las fuerzas
flaqueaban.

La vida pasaba entre tonos grises, monótonos, no era lo que estaba en mis planes, para nada.Una mañana cualquiera, estaba llorando y cuando quise sonarme el pañuelo entre mis manos no llegaba a la nariz, también se me había negado ese privilegio,¿os imagináis la
escena? Fue la gota que colmó el vaso, fue el día que decidí cuidarme.

Empezaron a aparecer los maestros, primero para mi mente, con Juan aprendí a centrarme en lo que tenía, no en lo que me faltaba. Cintia, Piedad, Mercedes, Maite, Carmen, me enseñaron a dar pequeños pasos,invitar a mis problemas a tomar café ¡Qué rabia me daba oír eso!, respirar, pensar bien, celebrar los logros, aceptar, mis compañer@s me inspiran con sus alegrías, sus sueños rotos y sus historias de superación, a ellos les dedico también mis pequeños logros, porque si lo hago yo lo hace cualquiera.

Después me atreví con mi cuerpo, llegó Ivonne con sus posturas imposibles, la pelvis en anteversión y el: que sí que sí que puedes, tú prueba.El dia que repartieron la flexibilidad yo no estaba pero lo que nos reímos también cuenta… No me saldrá el guerrero pero soy una guerrera dispuesta a dar bastante guerra y cuando bajo las escaleras sin agarrarme a la barandilla siento que todo mereció la pena y que cuando no pierdes la sonrisa tarde o temprano la vida te la devuelve.

Os cuento esto porque claro que hay momentos malos, demasiados quizás, pero con buena actitud, constancia y convicción se pueden cumplir vuestros sueños.

El 6 de julio fue el último que necesité ayuda de mi carro y hace unos días me despedí de él, espero que la persona que se lo llevó le trate bien.

Ahora vivo mi presente soñado…pronto llegará el futuro pero eso ya será otra historia.

Inmaculada Reyero de Benito

jueves, 28 de marzo de 2019

EL RINCÓN DE INMA: ESTO TAMBIÉN PASARÁ



A ti que estás pasando por un mal momento que lo ves todo negro te digo que hay muchos colores, cantidad de matices, redecora las paredes de tu alma,sal del bucle, no te rindas, respira, todo pasa, esto también pasará.

Cómo pasan las estaciones y el sobrio invierno da paso a una alegre primavera, después de la tormenta llega la calma, siempre sale el sol.

Cómo la luna que cambia de fase pero no pierde su esencia y sigue brillando aunque a veces parezca rota o el sol la eclipse cada cierto tiempo.

¿Recuerdas cuando querías crecer para ser mayor? Ahora miras con nostalgia la niñez, eras feliz y no lo sabias… ¿En qué momento se torció todo? Probablemente el día que dejaste de saltar en los charcos por si te manchabas o hacías el ridículo... estamos hechos
de recuerdos, vamos a crearlos bonitos para que nuestra vida merezca la alegría, no la pena.

Todo pasa, la vida también pasará, en un suspiro, antes de darte cuenta, ámala,no la desperdicies, no esperes a que sea demasiado tarde para comprender que lo único estable es el cambio,que lo triste no es morir sino no haber sabido vivir.

Sé flexible como el bambú que aunque el viento sople con fuerza no lucha, se mece, es flexible, se deja envolver y baila su baile porque sabe que llegará la calma, no hay mal que cien años dure.

Si la vida quiere sacudirte no te vas a escapar , no lo dudes, irá a buscarte a tu zona de confort o a cualquier parte. Mejor que te encuentre bailando, escalando, pintando,con una taza de café caliente entre las manos o contemplando una puesta de sol,mejor que te encuentre alentándote, diciéndote palabras positivas, tú puedes, mejor que te encuentre sonriendo pensando que esto también pasará.

Inmaculada Reyero de Benito

martes, 26 de marzo de 2019

COMO LA VIDA MISMA: LA CONTRADICCIÓN HUMANA


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A lo largo de mi vida he observado que los seres humanos somos profundamente contradictorios y muchas veces parecemos estar buscando precisamente aquello que tratamos de evitar. Por poner un ejemplo muy ordinario, acorde con el dicho “no hay escrupuloso que no sea asqueroso”, llevo años preguntándome cómo alguien tan higiénico que no se permite sentarse en la taza de un baño público limpio, ni siquiera tocar la tapa para levantarla, deja luego el servicio todo salpicado para el siguiente, o para luego… Pero este no es más que uno de tantos misterios de la naturaleza humana, que ni Iker Jiménez se atrevería a intentar desentrañar.

Por ejemplo, he conocido personas que echan mucho de menos a un ser querido, pero que en lugar de mostrarse contentas y agradecidas cuando lo tienen a su lado, están enfurruñadas porque no han ido a verlas antes, llenándole de reproches, ¡como si el hacerle sentir culpable e incómodo fuera un aliciente para volver pronto!

Cuando uno está dolido con alguien y este le pregunta qué le pasa, ¿será más productivo manifestar lo que le molesta y dar a la otra persona la oportunidad de explicarse y pedir disculpas, o apretar los labios y decir con retintín: “Nada. Tú sabrás”, poniendo al otro en el brete de adivinar lo que le sucede y repararlo? Y esperaremos que venga corriendo detrás de nosotros hasta que nos dignemos a contentarnos… ¿Y si no lo hace?

También he visto casos de personas que desean tanto integrarse y que se les tenga en cuenta dentro de un grupo de amigos o familiares, que se ofenden muchísimo por minucias y hacen que los demás tengan que andar con cuidado con lo que se dice o hace, como pisando huevos, para que no crean que se les deja de lado. ¿No es razonable que se cansen de verse obligados a pensar continuamente cómo evitar que fulanito se moleste o cómo hacer para que les perdone supuestos agravios? Así que con cada pique aumentan las probabilidades de que se cuente cada vez menos con ellos y se acaben quedando más solos que la una.

Asimismo, parece contraproducente que quien se queja de estar agobiado porque tiene que hacerlo todo en un hogar o una oficina, sea el mismo que no valora los esfuerzos de los demás y que muestra de continuo que sólo él sabe trabajar bien. ¿Se sentirán los otros muy estimulados a ayudarle o le dejarán con esas cargas que parece querer llevar solo?

Y cuando alguien se dirige con malos modos a la persona que le atiende en un comercio y ve que le tratan peor que a otros clientes, ¿de qué se extraña? ¿Por qué quien siempre pone pegas a los regalos que le hacen, luego se lamenta de que nadie tiene detalles con él? Y el que va de gorrón y nunca contribuye ¿tiene derecho a protestar si dejan de invitarle? ¿Por qué frente a un establecimiento lleno de gente hay otro vacío y su propietario, en lugar de preguntarse cuál es la diferencia entre el suyo y el que tiene éxito, se dice que la vida es injusta y los seres humanos absurdos?

Fácilmente encontraría otros muchos ejemplos de comportamientos ilógicos y unos cuantos los podría contar en primera persona, porque de este tema todos sabemos bastante. Por esa razón te animo a que medites sobre el contenido de tus quejas y sufrimientos, no vaya a ser que la causa seas tú.

Dicen que existe una “ley de atracción” que responde a las vibraciones positivas o negativas que ofrecemos dándonos más de lo mismo. Si es así, para recibir la comprensión y el amor que anhelamos tendremos que abandonar las actitudes cautelosas, desabridas, suspicaces, egoístas, mezquinas… y reemplazarlas por otras más generosas, positivas, alegres, confiadas y agradecidas. ¿Probamos a ver si es cierto?

Ana Cristina López Viñuela

viernes, 22 de marzo de 2019

EL RINCÓN DE INMA: HAGAMOS QUE SUCEDA



Un mundo lleno de amor, luz y risas;
el momento ha llegado.
Hagamos que suceda.
Sadhguru

En general me ha costado mucho tomar decisiones, tengo la sensación de que me he dejado llevar ocupando un papel secundario en mi propia vida.

Cuando hace unas semanas Juan me comentó que si quería escribir en el blog de la asociación, me sorprendí, pero decidí no repetir viejos patrones de conducta, no sabía muy bien lo que podía ofrecer pero si él me lo pedía estaba claro que me tocaba creer y dar un salto al vacío ¡yo!, que me atascaba con un bordillo…

Qué importante es que apuesten por tí y darte la oportunidad, le dije que si a él, sin saber que también me lo decía a mí.

De la nada surgió todo,delante de un folio en blanco mi corazón me empezó a dictar lo que mi mente desconocía, acostumbrada a hablar descubrí que escuchándome aprendo mucho más.

Desde mi rincón veo las cosas con perspectiva, puedo expresarme a mi manera,observo sin ninguna pretensión, me centro en lo importante…y sobre todo soy yo misma, algo que en muchas ocasiones olvidé.

Cada día, sin cuestionarnos nada, seguimos como autómatas el guión que otros nos escriben, ha llegado el momento de escribir lo que queremos vivir aunque no rime, hagamos tachones o a casi nadie le interese.

Desde mi rincón la vida se teje con comas que dan pausa porque respirar es muy importante, los sueños están hechos de puntos suspensivos, los buenos momentos se acentúan, los límites se ponen con un punto y aparte, las dudas son una interrogación que a
veces nos paralizan, son necesarios los paréntesis y vivir entre admiraciones porque cada día ocurren milagros, es cierto que a veces escribiremos con renglones torcidos pero siempre, siempre, siempre podemos poner un punto final y escribir una nueva historia… nuestra historia.

INMACULADA REYERO DE BENITO

martes, 19 de marzo de 2019

COMO LA VIDA MISMA: SENTIDO Y SENSIBILIDAD


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“Sense and sensibility” es una novela de Jane Austen, de la que se ha hecho una famosa película protagonizada por Emma Thompson y Kate Winslet, dando vida a las hermanas Elinor y Marianne Dashwood, respectivamente.

Ante la misma situación, un enamoramiento aparentemente imposible, ambas hermanas reaccionan de distinta manera. Elinor sofoca sus sentimientos y los guarda en secreto, manteniendo las formas, para evitar el juicio social y el sufrimiento que podría ocasionar a otras personas. En cambio Marianne se abandona por completo a sus emociones, de modo que al principio sólo existe su pasión por su amado Sr. Willoughby y luego únicamente su desolación porque la abandona para casarse con una rica heredera, ignorando todo lo demás que sucede en su entorno. Ambas son profundamente infelices hasta que cambian de actitud: Elinor se da finalmente permiso para expresar su amor por el Sr. Ferrars y eso mismo le hace posible comprobar que es correspondida, y Marianne deja de buscar algo que sólo existe en los libros para acabar descubriendo el cariño, no tan idílico, pero no por ello menos intenso, del Coronel Brandon.

Y ahora me diréis ¿para qué me estás contando el argumento? ¿Para destriparme el final? Pues porque tiene aplicación práctica. No es que tengamos que escoger ser como Elinor o como Marianne, sino que en ocasiones actuamos como alguna de ellas.

Negar las emociones de las que nos avergonzamos o nos resultan incómodas no es la solución para hacerlas desaparecer: ¡que se lo digan a Elinor! Cuanto más se quieran enterrar, antes resucitan, con mayor intensidad cada vez, aunque adopten formas diferentes. A lo mejor el dolor de cabeza o de espalda, o la ansiedad, o la presión arterial alta… no surgen de la nada y tienen que ver con la ira reprimida, la envidia no asumida o el miedo no combatido.

Pero tampoco tiene sentido magnificar las emociones y convertirlas en un filtro por el que se tamiza la realidad, como Marianne, de forma que cuando estoy triste todo es gris, cuando estoy eufórica todo se ve en tonos rosados, pero si me enfado todo se tiñe de rojo… Sea cual sea nuestro estado de ánimo, no podemos permitir que la gama cromática completa desaparezca en ningún momento, porque eso no es real. Cuando me digo que “el mundo es injusto”, “todos están en mi contra”, “no valgo para nada”… la mente me está haciendo percibir la vida a través de un laberinto de espejos deformantes. Por ejemplo, hay que desconfiar por sistema de las palabras “todo” y “nada”, y centrarse en cada caso concreto, de uno en uno. Y “todo el mundo” es un ente de razón, no existe, así que no puede pensar, ni juzgar, ni decir… eso sólo lo pueden hacer personas individuales. No es lo mismo decirme que me ha salido mal una cosa, que “nada me sale bien”; ni “todo el mundo piensa de mí que…” que “Fulano me ha dicho que yo…”.

Solo si estamos atentos para reconocer que lo que provoca ciertas reacciones anímicas o impulsos son los mensajes que nos estamos diciendo a nosotros mismos, y si nos damos cuenta de hasta qué punto estamos tomándonos ciertos asuntos “a la tremenda”, o fijándonos sólo en una pequeña parte y convirtiéndola en la totalidad, o nos estamos imaginando sin ninguna base lo que los demás juzgan acerca de lo que hacemos y somos… nos percataremos de los engaños de nuestra mente.

Juicios como “soy un desastre”, “todo está fatal”, “no puedo con esto”, “la gente piensa de mí que…” no resisten el más superficial análisis racional, pero sin embargo la liberación de la energía negativa almacenada en cada uno de esos pequeños núcleos de pensamiento desencadena reacciones en cadena en nuestro interior, hasta que estallamos como una bomba atómica. Ni el peor de nuestros enemigos sería capaz de maltratarnos verbalmente como lo hace nuestra mente y, además, no se lo consentiríamos. ¿Por qué entonces toleramos sin presentar resistencia que nuestro intelecto nos haga tanto daño?

Al final no se trata de elegir entre sentido y sensibilidad, sino de vivir con sensatez, integrando los sentimientos en lugar de reprimirlos; de orientar nuestros pensamientos de modo razonable y de reaccionar ante ellos de forma adecuada, sin renegar de lo que uno siente, pero tampoco abandonándose al sentimiento, porque ambas actitudes nos hacen sufrir a nosotros y a los que nos rodean.

Ana Cristina López Viñuela

viernes, 15 de marzo de 2019

EL RINCÓN DE INMA: SABER QUE SE PUEDE



Alguien dijo que las cicatrices nos recuerdan que hemos sido más fuertes que las heridas, perfectamente podría aplicarse esta frase a Irene Villa.

Su coraje y valentía han sido siempre una constante.

Bajo el lema” Saber que se puede” arranca una charla en la que en todo momento nos deja claro que la vida no es de color rosa, hay momentos difíciles ante los que tenemos dos opciones: vivir amargados o mirar hacia adelante, si optas por lo primero no sigas leyendo.

Ella decidió claramente mirar hacia adelante y cuando en un golpe de realidad su madre le dijo “esto es lo que hay” pensó: vale, he nacido sin piernas. Así empezó a forjar su historia de superación, con mucho apoyo al principio y en soledad cuando el foco mediático se fue apagando descubrió que la verdadera luz brilla dentro de cada uno de nosotros. Perdió el miedo a los obstáculos porque sacan tu mejor versión y te hacen ver que cuando no puedes cambiar una situación quien tiene que cambiar eres tú. El mundo es como lo quieras ver.

Irene tiene una mezcla de fortaleza y fragilidad que conmueve, su profunda mirada aún se resiste a mirar de frente las imágenes de su cuerpo ensangrentado tirado en el suelo, baja la cabeza, se toca el pelo, se coloca la ropa, sus ojos se empañan, fija la vista en un punto imaginario , su vulnerabilidad le hace más humana, definitivamente me ha ganado, no ha llegado hasta aquí por casualidad, se lo ha currado.

Habla de tener metas, de visualización creativa, de trabajar el optimismo, crear hábitos, agradecer, disfrutar y celebrar los logros, vivir en el aquí y ahora, contar tus problemas, tener sentido del humor, humildad, paciencia, fe, capacidad para volver a empezar cada vez que la vida te vuelva a la casilla de salida… los “Juanistas” asentimos con la cabeza,¡ya sabemos de que va todo esto!

Propone una clave para la vida: DAR

D: deseo, decisión, disciplina.
A: autoestima, amistad, actividad.
R: resiliencia, respeto, responsabilidad.
Con el amor como motor de su vida no siente ningún rencor y su única arma es el perdón, porque si quieres ser feliz un día véngate, pero si quieres ser feliz todos los días perdona.

Tres carreras, medallas paralímpicas, innumerables premios y tres hijos avalan sus palabras y demuestran que los límites están sólo en nuestra mente.

Mete todas estas herramientas en una coctelera, sírvete, da pequeños sorbitos y sonríe a la adversidad, ahora ya sabes que existen personas ordinarias que hacen cosas extraordinarias.

Ahora ya sabes que se puede.


Inma Reyero

miércoles, 13 de marzo de 2019

COMO LA VIDA MISMA: EL FOCO DE LUZ


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Una de las experiencias más sorprendentes de mi vida fue la visita nocturna a la catedral de León dentro del proyecto “El sueño de la luz”, en 2012. A las once y media de la noche se ascendía por una empinada escalera exterior hasta el andamio montado en lo alto de los pies de la iglesia, desde el cual se realizaban los trabajos de restauración de las vidrieras. En ese momento la catedral estaba iluminada normalmente y la mirada se sentía atraída hacia los vitrales, que lucían diferentes con la luz artificial que con el sol. Pero a medianoche se apagaron todas las luces y nos sumimos en la más absoluta oscuridad, sólo sintiendo el espacio a nuestro alrededor, desconectados de dónde estábamos y de la compañía de otras personas. Unos segundos más tarde se activaba una iluminación especial, que hacía que desde el exterior la catedral pareciera un farol y las vidrieras adquirieran una tonalidad absolutamente distinta, como una joya; pero desde dentro del edificio la sensación era diferente. Los vitrales se convertían en simples ventanas negras y el protagonismo lo adquirían los pilares, los nervios de las bóvedas, los arcos… haciendo patente el delicado juego de equilibrios que permiten que la construcción se mantenga en pie desde hace tantos siglos.

También en nuestra vida nos solemos centrar en los aspectos más llamativos, más “coloridos”, por ser más inmediatos o urgentes: las tareas que he de realizar, la preocupación del momento… dejando más de lado el esqueleto central de nuestro pensamiento, que a fin de cuentas es el que sostiene cada una de nuestras convicciones, sentimientos y actos.

Uno de mis sobrinos, cuando era pequeño, le daba más valor al envoltorio que al regalo, por lo que la elección de papel se convertía en lo más importante. Tal vez nosotros estemos haciendo lo mismo y nos fijemos solo en los contratiempos y quehaceres del día a día, ignorando las grietas en las paredes de nuestra vida interior, que igual se está desmoronando sin que nos demos cuenta. “De repente”, un día nos levantamos inmersos en la rutina, la indiferencia, el desasosiego, la insatisfacción, cuando no en el sufrimiento o la desesperación, porque hemos perdido el sentido de lo que somos y lo que hacemos. ¿Qué me muestra esta situación? ¿Qué debo aprender sobre mí mismo? Lo primero, que mi planteamiento vital está haciendo aguas. Lo segundo, que tiene que haber otra forma de ver las cosas que me haga sentir mejor, más conforme, en mis circunstancias actuales.
Antes de que la instalación eléctrica colapse y nos encontremos a oscuras, sumergidos en la incertidumbre, el agotamiento mental, los remordimientos… con el espíritu desolado, la mente descontrolada y el cuerpo destrozado, igual es mejor pulsar voluntariamente el interruptor de apagado o, al menos, matizar las luces, para desplazar en algún momento el foco del exterior al interior, de lo superficial a lo profundo. No en vano los informáticos siempre recomiendan reiniciar el ordenador cuando surgen los problemas, e incluso, si la avería es mayor, resetear el disco duro.

No es un desdoro pedir ayuda en esta situación, ni es superfluo buscar un entorno seguro en el que poder tratar estos temas, como yo he encontrado este curso en los talleres de Dones y Talentos y del Teléfono de la Esperanza, y en los encuentros en Miraflores del itinerario “Idem. Camino de la libertad y el amor”, de espiritualidad marista. Pero mi camino no es igual al tuyo, por lo que debes elegir un grupo de crecimiento personal que te sirva  a ti, en el que te sientas a gusto.

Hay una cosa que se llama la “potencia del grupo” que he experimentado muchas veces el año pasado y lo que llevamos de este, porque si bien sin el trabajo personal no se puede ir a ningún lado, el avance es mucho mayor si nos impulsamos con la energía de otras personas que están en sintonía con nosotros. He podido admirar la fuerza interior de cada ser humano, su dignidad, el deseo imperioso de ser feliz y de sentirse completo… y lo necesarios que son, en ocasiones, una  mirada de comprensión, un gesto de afecto, un largo abrazo de consuelo, una palabra sabia y amorosa.

Normalmente nos comunicamos en un nivel superficial: hablamos de hechos, de sucedidos, de opiniones, de críticas… pero no de lo que hay en lo profundo de nuestro corazón, entre otras razones, porque ni siquiera nos escuchamos a nosotros mismos. Si nos damos permiso para ese desahogo, y tenemos la suerte de encontrar un ambiente protector y unos acompañantes de lujo, en los que confiemos, pronto experimentaremos hasta qué punto vale la pena. Como las casualidades no existen, comprobaréis que en el momento en que os abráis a la posibilidad, aparecerá la oportunidad. No la dejéis pasar.

Ana Cristina López Viñuela

jueves, 7 de marzo de 2019

EL RINCÓN DE INMA: LAS ALAS SON NUESTRAS Y EL CIELO DE NADIE



Día de la Mujer. Cuando necesitas un día para tener visibilidad es que las cosas no van muy bien.

Tener dos cromosomas X inclina la balanza, te conviertes en el sexo débil,está claro que una mentira repetida muchas veces puede acabar convirtiéndose en verdad.La presunción de inocencia no se aplica, somos culpables, caso cerrado.

Voy a aprovechar, hoy todo será más fácil, hablaré y me escucharás de tú a tú porque en el fondo tu cromosoma “Y “sabe lo que valgo y calla para no perder su poder.

Al final solo será un día más o un día menos de un calendario marcado por la desigualdad laboral, el maltrato, la mutilación genital y el “calladita estás más guapa”…¡ tú que sabrás si quiero estar guapa! ...

No insistas, no es no, se rompió el hechizo, salí del cuento, me di cuenta que las manzanas envenenan, los príncipes destiñen y las carrozas no se convierten en calabazas a media noche.

Somos diferentes claro que sí, podemos presumir de ser intuitivas, empáticas,con la emoción a flor de piel, podemos dar vida,a veces no la damos y nos la quitan. Diferentes, sí, no inferiores. No necesito apagar tu luz para brillar.

Escucha, no es no, no soy hija, no soy madre, no soy tu mujer, no soy la etiqueta que te venga bien para manipularme, solo Soy y está bien, es bastante.

¿Y sabes qué? Tengo días malos en los que quisiera desaparecer, y tengo días que les faltan horas y noches que pasan volando,y ratos en los que me gustaría detener el tiempo,instantes que nunca olvidaré, también puedo decirlo todo con una mirada.

Y sí, me volvería a elegir para pasar por el mundo bajo mi piel. No pidáis permiso para ser vosotras mismas, recordad que las alas son nuestras y el cielo de nadie.

Ahora es nuestro momento No nacimos para ser perfectas, lo hicimos para ser felices.

INMACULADA REYERO BENITO

martes, 5 de marzo de 2019

LO "MEJOR" ES ENEMIGO DE LO "BUENO"


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Cuando decimos que lo mejor es enemigo de lo bueno, no sabemos hasta qué punto estamos hablando literalmente. El Dr. Perfecto es un villano peor que Voldemort, Sauron, el Joker y el Dr. Muerte juntos, el mayor contrincante del héroe que cada uno llevamos dentro, que continuamente está saboteando nuestra felicidad.
Una de las más productiva armas del Dr. Perfecto son las “gafas de visión gris”, que nos coloca delante de los ojos para conseguir que lo “normal” nos parezca anodino y sin valor. Por ejemplo, ¿qué hay más cotidiano que la puesta de sol? Sin embargo, recuerdo la excursión para ver el atardecer desde el pueblo de Oía, que según no sé qué revista de viajes era “el mejor del mundo”, durante la escala en Santorini del crucero por las islas griegas. Después de un trayecto en autocar llegamos a un bonito pueblo, atiborrado de turistas, donde nos amontonamos en un estrecho pasillo para ver la puesta de sol sobre el mar. Lo curioso es que casi todos la contemplábamos a través de la lente de la cámara o del móvil, y la mayor parte estábamos de espaldas al espectáculo para sacarnos selfis. El sol sale y se pone a diario, pero solemos pensar que si no he hecho un esfuerzo, ni he pagado dinero, ni me he desplazado a propósito… el atardecer no puede ser tan maravilloso. Eso lleva, por una parte, a despreciar muchas cosas bellas e interesantes que nos tropezamos cada día y, por otra, a que nos defraude aquello en lo que hemos depositado grandes expectativas. La única defensa posible es estar presente en cada instante, para saborear con fruición los pequeños placeres cotidianos.
Otro recurso del Dr. Perfecto es la “pistola paralizante”, que hace que no emprendamos algo que nos apetece por si acaso no somos capaces de llevarlo a cabo de forma impecable y nos exponemos al fracaso o el ridículo. Si tenemos una pregunta y no la formulamos por miedo a parecer ignorantes, los únicos que perdemos somos nosotros, que nos quedaremos con la duda. Si tenemos ilusión por realizar un proyecto, sea el que sea, y lo aparcamos porque igual somos muy mayores o muy jóvenes, o lo mismo no resulta bien, o a ver si arriesgo lo que tengo por algo que nunca voy a lograr… o cualquier otra razón del estilo, lo único que hacemos es combatir contra nosotros mismos. Una victoria fácil del Dr. Perfecto. Por eso, desde hace un tiempo mi marido y yo somos los amos de la pista de baile. Algunas personas piensan que debe ser porque hemos ido a clases de bailes de salón y nos sentimos muy seguros de hacerlo bien, pero la realidad es que no recordamos la mayor parte de los pasos que aprendimos. Lo que sucede es que nos hemos desinhibido y nos da exactamente igual hacerlo bien o mal, ¡y no sabéis lo que libera dejarse llevar por el ritmo sin más! Os invito a permitiros emprender cualquier actividad que os haga ilusión y divertiros haciéndola sin pensar en los resultados. Si total, ni nos pagan por ser los mejores, ni nos pegan por hacerlo regular... Para vencer al Dr. Perfecto sólo hace falta el coraje de dar el primer paso y el esfuerzo se verá compensado por todas las satisfacciones que vendrán detrás.
Otra arma letal es el “escudo anticríticas”, dotado de un poderoso radar que nos hace estar rastreando continuamente cualquier comportamiento nuestro que nos pueda hacer objeto de burla o desaprobación, lo que nos hace perder todo el gusto por lo que hacemos y la mayor parte de la energía para hacerlo. El radar detecta también lo que hacen los demás y es una fuente continua de juicios, que nos distrae de lo que realmente es importante y nos separa de los otros. Recuerdo, por ejemplo, cuando hace unos años cuatro chicas obsequiaron con un baile “sexy” a todo el pueblo con ocasión de las fiestas. Ni tenían un gran tipo, ni lo hacían especialmente bien. En un primer momento sentí vergüenza ajena, pero luego lo pensé mejor y empecé a admirar su actitud, porque demostraban tener una alta autoestima, habían dedicado su tiempo a ensayar, estaban ofreciendo lo mejor que tenían a sus paisanos, se habían expuesto con valentía y desparpajo a las opiniones de los demás y ¡se lo estaban pasando genial! Es decir, eran unas superheroínas que habían derrotado por goleada al Dr. Perfecto.
Para combatir el temor al ridículo y la censura, lo que más me ha servido es pensar que la gente siempre va a decir algo, porque callados no sabemos estar ni cinco minutos, así que incluso es mejor darles carnaza. Por ejemplo, una conocida mía con bastante sobrepeso utiliza una bisutería muy llamativa, porque prefiere que la gente se refiera a ella como “la de los pendientes horteras” que como “la gorda esa”. De la misma forma, elijo ser la que a veces pregunta simplezas, la que no le abochorna animarse a cantar, bailar o hacer el tonto en público, la que no le importa ofrecerse cuando piden voluntarios… porque prefiero que se fijen en esas cosas y no en otras, y reservar la vergüenza para los comportamientos que considero verdaderamente dañinos, como la maldad, la mentira o el egoísmo.
Piensa ahora en ti mismo, ¿estás poniéndoselo fácil al Dr. Perfecto? ¿Vas a despreciar unas deliciosas lentejas porque son baratas y las comes cada lunes y cada martes, porque es “mejor” el caviar beluga, cuando ni siquiera sabes si te gusta? ¿Estás negándote algo que deseas y está a tu alcance por miedo al fracaso o al qué dirán? A ver si no vamos a poder disfrutar de lo bueno que nos da la vida, sólo porque no es “lo mejor”…

Ana Cristina López Viñuela

viernes, 1 de marzo de 2019

EL RINCÓN DE INMA: TIEMPO DE ANDAR POR LA VIDA CON BUEN PIE


Como peones en una partida de ajedrez, defendiendo a los reyes con su propia vida, sin esperar nada a cambio.

Encerrados en oscuras cárceles, incómodos, con frío o con calor.

Siempre los primeros en la batalla, tus pies. Levántate con el pie derecho dicen, camina con paso firme, no des un paso atrás,vas a pie cambiado, paso a paso, no dio pie con bola, en pie de guerra,con pies de plomo, me dio pie…

¡Vaya! Y tú creyendo que eras la reina o el rey del tablero.

Los guerreros dan lecciones cada día y te advierten de los peligros, te piden pausa. Crecen las uñas y no tenemos tiempo para cortarlas, lo dejas para el domingo… hace mucho que no llamas a una persona que extrañas pero qué más da, si eso ya en verano…

Se forma un callo, una dureza, porque ellos también necesitan protegerse, la coraza no sólo nos las ponemos en el corazón, no te lo quitas, total ¡eso no es nada!... como la cita que pospones para no ir al médico, o al banco o a esa empresa de trabajo temporal, ¿para qué vas a ir? si nunca llaman a nadie…

Duelen, tropiezan, se agrietan, te gritan, te piden calma pero no paras… ahora no puedes, no tienes tiempo, estás muy ocupado en ir muy deprisa a ningún lado…

Quizá sea tiempo de andar menos y sentir más.

Quizá sea tiempo de pedir perdón a tus pies, de pedir perdón a tu cuerpo.

Quizá sea tiempo de agradecer tanta lealtad, tantos kilómetros recorridos.

Quizá sea tiempo de dar un paso al frente y proteger a tu tropa,esa que siempre ha estado ahí y no te has enterado, no la has valorado o la has ninguneado porque sus movimientos en el tablero no eran tan elegantes como los tuyos,o la has apartado porque pensabas que ibas a comerte el mundo tú solo.

Quizá sea tiempo de quitarse la corona y caminar por la vida con buen pie.


Inmaculada Reyero