Desde hace
un tiempo mi salud física y emocional ha mejorado de manera notable, varias
personas que están pasando por una mala racha al darse cuenta me preguntaban
que cómo lo hago, yo les decía que porque quiero vivir y ser feliz, entonces me
respondían que ellas también querían lo mismo y me dejaban sin argumentos,
sentía no saber ayudarlas más.
Este verano
una amiga me recomendó para un trabajo, cuatro horas de lunes a viernes, algo
impensable para mí hace unos meses, mi cabeza dijo que no, por supuesto, pero
hace tiempo que me dí cuenta que yo no soy mis pensamientos y me apetecía
intentarlo.
Eran muchos
factores, hacerlo bien, no fallar, que no empeorara mi salud, el dinero que
nunca viene mal…
Mi cuerpo se
paralizó al compás de mi pensamiento recurrente: no puedes, no puedes…
Entonces lo
hablé con un amigo y me dijo: tú tranquila, lo vas a hacer genial, es rutina,
márcate unos hábitos, tú puedes. Estaba convencido, no había ninguna duda en
sus palabras, me sorprendió.
Llegué a
casa dándole vueltas a nuestra conversación, busqué una frase, la puse en mi
pared: " el hombre más experto del mundo también un día fue aprendiz"
(todavía no he caído en las garras del lenguaje inclusivo así que me sentía
plenamente identificada), iba a ser la mejor aprendiz en mi nuevo trabajo,
estaba decidido.
Puse un par de alarmas porque madrugar todavía
no está entre mis fortalezas, me marqué un horario de descanso, dividí el mes
en semanas para tener metas a corto plazo y acepté con mi mejor sonrisa… bueno,
vale… también pasé por la farmacia y compré una caja de espidifen por si tanto
optimismo fallaba.
Me ha
costado madrugar algunos días, otros el tiempo no pasaba, varias mañanas han
sido estupendas, ya puedo decir que lo
he conseguido, que el esfuerzo tiene recompensa y que siempre merece la pena
intentarlo.
Esta
situación me ha hecho pensar lo importante que es la confianza, confía cuando
te digan algo que puede ser bueno para tí si es que realmente quieres un cambio,
no tengas un problema para cada solución, prueba, no tienes mucho que perder,
confía en la gente, confía en la vida y sobre todo ¡confía en tí!
INMA REYERO
DE BENITO