domingo, 30 de mayo de 2021

JOAN SÁNCHEZ FORTÚN - EVITAR EL SUFRIMIENTO INNECESARIO. 3ª PARTE.


 

Raíces del sufrimiento improductivo  

  

8-La no aceptación:      

  

La no aceptación de nuestras circunstancias adversas- cualesquiera que sean - nos conducirán directa e indudablemente al sufrimiento, a la angustia y al desequilibrio de nuestra persona y emociones. Dicho desequilibrio hará que magnifiquemos el problema; lo agrandaremos, de tal modo, nos sentiremos atrapados a él: continuaremos sufriendo y no lo resolveremos. Así de sencillo, así de doloroso: así de trágico.   

  

Negarnos a aceptar y a tolerar una realidad con la que no estamos conformes o ante situaciones desfavorables; ponernos de víctimas, porqué me ha pasado a mí y no a otro, no ayudará, precisamente, al arte de la aceptación para superar la situación. Lo expuesto, nos conducirá directa e indudablemente al sufrimiento, a la angustia y al desequilibrio de nuestra persona y emociones.   

  

La persona más evolucionada tendrá, lógicamente, mayor facilidad para integrar estos dos grandes valores, como son la aceptación y la tolerancia. Nuestros dioses protectores de tanto sufrimiento inútil como improductivo.  

  

En resumen:   

La no aceptación o la no tolerancia magnificarán el sufrimiento, convirtiéndolo en improductivo; sufriremos, pero no superaremos la circunstancia desfavorable. Desequilibrará nuestro estado emocional, convirtiéndonos en seres vulnerables al sufrimiento: El sufrimiento improductivo.   

  

Si caminamos bajo el paraguas de la aceptación y de la tolerancia, improbablemente nos            

              alcanzará la lluvia de la discordia y del sufrimiento improductivo.  

  

El sufrimiento productivo          

  

Podemos dividir o subdividir el sufrimiento en dos grandes bloques: el improductivo, expuesto anteriormente y el productivo. Si bien, ambos son parte sustancial en la vida de los humanos, tienen trayectorias y vivencias diametralmente opuestas.   

  

En el primero, sufrimos sin hallar la respuesta reparadora; en el segundo, el sufrimiento nos hace crecer, ser más fuertes interiormente; nos ayuda a cobrar conciencia de nuestra realidad para no volver a caer en las mismas situaciones anárquicas; facilita ver en qué nos hemos equivocado para, humildemente, rectificar. La evolución adquirida nos ayudará a valorar la realidad; el camino por el que hemos transitado, y por el cual deberíamos haber guiado nuestros pasos.   

  

En este proceso existe un sufrimiento positivo, el mismo que nos ayuda a sentir y a pensar para cobrar conciencia de nuestra realidad - a no magnificar negativamente la circunstancia- para, a partir de aquí, empezar a cambiar en aquellas actitudes y comportamientos susceptibles de ser mejorados. Con este proceder y actitud, convertimos el sufrimiento en productivo o, lo que es lo mismo, en una estimable fuente de aprendizajes, la misma que nos harán crecer como seres humanos en un sentido, eminentemente, evolutivo.  

  

  

9-La evolución:  

 Esta es y será principalmente la causa por la cual, ante las diversas situaciones complejas que deberemos afrontar, posibilitará, a pesar del sufrimiento que conllevan, en un corto o breve espacio de tiempo, elaborar -para superar- las diversas situaciones comprometidas con unos mínimos costes de sufrimiento y desazón. ¡No quedaremos atrapados ante ningún sentimiento negativo!  

   

La evolución lleva implícito nuestro conocimiento personal, el mismo que valorará las distintas situaciones comprometidas con objetividad y claridad de ideas. Por lo tanto, dificultará e impedirá quedar atrapados al sufrimiento improductivo como ante cualquier otro sentimiento negativo, doloroso y destructor de las emociones y de nuestro equilibrio personal.    

  

Cuando cobramos conciencia de nuestro proceso evolutivo -el grado que individualmente hemos evolucionado- estaremos más capacitados para valorar los errores cometidos o actos incorrectos, entonces el sufrimiento vivido, lo trasformaremos en el sufrimiento productivo o, lo que es lo mismo, en una sabia fuente de aprendizaje tan necesaria en nuestra etapa terrenal para no volver a cometer las mismas actuaciones incorrectas o actos desaprensivos con unos costes mínimos de sufrimiento.  

  

Una vez involucrados en nuestro proceso estaremos más capacitados para valorar los errores cometidos o actos incorrectos -del pasado cómo del presente-, entonces el sufrimiento producido o vivido, lo trasformaremos en el sufrimiento productivo o, lo que es lo mismo, en una sabia fuente de aprendizaje tan necesaria en nuestra etapa terrenal para no volver a cometer las mismas actuaciones incorrectas o actos desaprensivos con unos costes mínimos de sufrimiento.  

  

Por el contrario, continuar lamentándonos ante una situación adversa, antes que indagar cuáles fueron nuestros errores o causas que los originaron, en lugar de afrontarlos responsablemente, será como echar leña al fuego; éste crecerá, como creerá nuestro sufrimiento: el improductivo.                                                                                                                      

  

10-La aceptación:  

Si existiese un dios protector del sufrimiento del Ser Humano, en un amplio sentido, éste sería ─más que probable─ el "dios de la aceptación". Debemos rescatar del olvido la grandeza ─aún por descubrir─ que entraña conceptualmente esta palabra y su efecto disuasorio del sufrimiento. Desde la aceptación, cuál palabra mágica, benefactora y protectora, favorecemos la estabilidad emocional del ser humano; evitaremos tanto sufrimiento improductivo, inútil cómo innecesario, ante las distintas situaciones adversas que nos presenta la vida como un hecho natural.   

 

Cuando no obtengamos respuestas que nos alejen del sufrimiento, mediante la capacidad intelectual o elaborada, simplemente, la aceptación "sin más" será esa acción o actitud mágica reparadora de tanto padecimiento: ¡nos liberará de tanta angustia baldía e innecesaria! Posteriormente, con las emociones en reposo o no tan alteradas, estaremos más capacitados para ejercer el arte de la aceptación, tanto la elaborada como la "sin más", en la que encontremos la paz interior o una salida al sufrimiento.  

Recordemos que el sufrimiento viene dado no tanto por el motivo o circunstancia causante ─a pesar de su gravedad e intensidad─, sino, principalmente, por nuestra incapacidad de comprender y de tolerar para aceptar. Así de sencillo, así de trágico, así de demoledor, cómo cuando por ignorancia o involución, desconocemos el bien que supone para la humanidad la práctica de la aceptación.  

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EVITAR EL SUFRIMIENTO INNECESARIO  

  

ÍNDICE  

  

Raíces del sufrimiento improductivo   

Temas desarrollados:  

  

1-En un lugar muy destacado, un alto grado de inmadurez.  

2-Vivir básicamente encerrados en nuestro precario mundo interior.  

3-No escuchar los razonamientos lógicos:  

4-No afrontar y vivir alejados de la realidad. Principio de realidad.  

5-Culpar al prójimo de nuestros problemas:  

6-Vivir atrapados a las dependencias afectivas o de cualquier índole.  

7-No superar el sentimiento de culpabilidad.  

8-La no aceptación.     

  

Sufrimiento productivo  

  

Temas desarrollados:  

  

 9-La evolución.  

10-La aceptación.  

 

Besines y abracines.

Joan. 

sábado, 29 de mayo de 2021

EL RINCÓN DE INMA – EL ARTE DE MIRAR

 



Esta semana os hablo de la creatividad. El primer paso para atraerla es aparcar la idea de "yo no soy creativ@". Crecimos con ese pensamiento y nos lo repetimos para que no se nos olvide. Por supuesto hay personas que tienen un talento innato, pero como en todas las áreas de la vida la clave está en la actitud y el hábito.

 

Si seguimos por ese camino al fondo a la derecha encontraremos la meta "lo ha conseguido, ha pasado por la vida sin ser una persona creativa". Otra vez la autoprofecía cumplida. Si empleáramos tanta energía en practicar lo que nos gusta como en auto sabotearnos los resultados serían bastante diferentes.

 

Todo esto os lo estoy contando yo que mi primer apellido era "y si" y el segundo " no puedo". Hace unas semanas rechacé escribir sobre la mujer basándome en que no sabía del tema, aquí lo dejo, se comenta solo. Al final salió una poesía, por supuesto.

 

Otro regalo de la creatividad es que te permite conocer a personas afines a tus gustos con las que compartir puntos de vista; ayer tomé café con una asturiana, una leonesa, un argentino, una madrileña y una portuguesa. Esto cuando mi vida se reducía a ir a Mercadona no me pasaba, os lo aseguro. Por eso es muy importante permitirse salir de la zona de confort.

 

Sentirse creativo te abre la mente, creas un marco incomparable para darte cuenta de lo interesante que es ser diferente. Esto te lleva a potenciar tu originalidad, esa que llevas toda la vida escondiendo y te ha llevado a ser quién no eres. Y claro, ser otra persona es difícil, pero si sólo tienes que ser tú mismo todo se simplifica. Si no nos aceptamos no podemos pretender que los demás lo hagan.

 

La creatividad te aporta algo aún más valioso, te va a dar una facilidad asombrosa para resolver los retos que te plantea la vida y no vas a poder eludir quedándote en el sofá. Porque, te guste más o menos las cartas no las repartimos nosotros, pero sí las jugamos, y esto va a ser determinante para nuestra acción y para como nos sintamos.

 

Me apetecía añadir este pensamiento en voz alta para que os animéis a explorar, sobre gustos no hay nada escrito.

 

INMA REYERO DE BENITO

viernes, 28 de mayo de 2021

SENSACIÓN DE SERENIDAD

 


Quien se mira en aguas turbias y en movimiento, no se puede ver. Para poder vernos debemos estar serenos, en paz, y limpios.

No es en vano el que los ansiolíticos sean los medicamentos que más se venden, vamos a todos los sitios corriendo, apresurados, con una programación exhaustiva. Cuenta Rafael Santandreu, en uno de sus libros que, el problema de las personas que llegan tarde a las citas, es un problema de ansiedad. Dice que la persona con ansiedad, si tiene una cita, y llega con algo de antelación, no soporta tener que esperar, aunque sean 5 minutos, y algo de verdad hay en ello. Mis clientes que tengo y he tenido tratan de llenar sus agendas todo lo que pueden sin dejar ni un minuto desocupado. Eso es ansiedad generalizada.

Somos capaces de sentir envidia de una persona que se relaja y disfruta tranquilamente sin hacer nada (aunque “nada” es imposible hacer), pero estando relajados, escuchando una melodía, sintiendo el sol en nuestro rostro, notando la brisa que nos acaricia, escuchando el murmullo del viento, o el sonido de un pajarillo; pero no nos damos ese tiempo, ese espacio.

Nos alarmamos pensando “lo que nos ha impuesto la sociedad”, sin ser conscientes que nosotros somos partícipes de esa sociedad y de esa imposición.

Habréis oído que en los países de centro Europa, como Austria y en los países nórdicos se está imponiendo la Cultura Slow Down, una cultura contraria a las prisas, los atascos, el ruido, el estrés, las inmensas horas laborales o escolares, el consumismo, las urgencias, las impaciencias, las agendas repletas. Tan sólo se trabaja para vivir, y no “vivir para trabajar”. Una atención precisa al medioambiente, con energías renovables, aislamientos precisos de las casas para evitar los grandes consumos, ruidos, y el uso de las tecnologías para trabajar desde el hogar, y todo de forma moderada.

Esta situación que estamos viviendo por el Covid-19 nos está llamando a cambiar. Nos llama a abandonar las masificaciones, las carreras. Nos invita a la reflexión, a detener el reloj, a ser más conscientes de lo que tenemos y somos. A hacer más ejercicio de gratitud. Todas las personas a las que trato psicológicamente están pendientes de lo que no tienen, y no se enteran de que lo tienen todo, sobre todo lo más importante. Tienen que perderlo para valorarlo. ¿No es estúpido?

Estos días, que he tenido que revisar el Curso de Desarrollo Personal, Módulo 1 del Teléfono de la Esperanza, estaba repasando la parte de las emociones, y hacíamos mención a la película “Del Revés” (Inside Out), que cuenta la historia de una niña, Riley. Va haciendo un repaso de sus recuerdos y cómo van conformando su personalidad, acompañada de sus emociones, sus amigos, Tristeza, Miedo, Ira, Alegría y Asco. Normalmente, Alegría y Tristeza son las que llevan el Control, pero a veces las restantes emociones se hacen cargo de la situación. La película explica muy bien el carácter adaptativo de todas las emociones. Hemos construido un mundo en el que huimos de las emociones desagradables, sin darnos cuenta de que son siempre nuestras aliadas. Son las que nos ayudan a crecer, a cambiar. Si fuésemos una tabla rasa emocional, no cambiaríamos, no mejoraríamos. Dice mi amigo Joan Sánchez-Fortún en su libro Conocerme para evitar el Sufrimiento que “el sentimiento no debería estar secuestrado por el pensamiento”. Huimos del sentimiento y dejamos de ser humanos.

Por cierto, os aconsejo compréis este libro de Joan Sánchez-Fortún. Si os es difícil encontrarlo, preguntadme, que lo encontraremos a través del propio Joan. Es de esos libros que uno debe tener en su biblioteca personal, y cerca de la mesita de noche para echarle una ojeada cuando uno quiere templar el espíritu.

Llevo casi 50 años en el mundo de la psicología y cada día estoy más convencido de que, prácticamente, el 100% de nuestros problemas de salud guardan relación con el estrés.

Hoy se está poniendo de moda meditar, pero lo hacemos como la mayoría de las cosas, “porque lo hacen todos”, y no tanto como una forma de vida, de llegar a nuestro interior y desconectar del ruido intenso que tenemos. Mis horas más productivas son las de la noche, cuando todo está en silencio; por eso no me suelo acostar antes de las 2 de la mañana. Ya sé que esto nos lo podemos permitir los jubilados, pero haz en tu agenda diaria “tus momentos de encuentro contigo mismo”. Quien no tiene paz de espíritu está secuestrado en este mundo.

Recuerda los mensajes de sabiduría vistos hasta ahora:

1)   Despertar a la necesidad de cambio.

2)   Cuestionar el presente.

3)   Alimentar nuestras creencias potenciadoras.

4)   Confiar en ti mismo y en tu espíritu.

5)   Ser una vasija, vaciarte para llenarte.

6)   Observa sin distraerte de lo importante.

7)   Compromiso con lo sencillo.

8)   Equilibrio cuerpo-mente.

9)   Ganar en sensación de serenidad.

Hasta mi próximo mensaje de sabiduría.

Un abrazo, aunque sea virtual, pero sí sentido.

Juan Fernández Quesada.

domingo, 23 de mayo de 2021

JOAN SÁNCHEZ FORTÚN - FRASES PARA REFLEXIONAR

 


-No magnifiques tanto la ofensa recibida: relativízala a la baja. Conseguirás la paz en dos corazones, el tuyo y el de tu prójimo, y un punto de encuentro. 

- ¿Por qué olvidamos e ignoramos en vida a nuestro semejante, y lo ensalzamos después de su muerte? Tenemos dos opciones; una, pasar página; dos, intentar hallar el porqué de esa actitud.  

-Conseguir cierto equilibrio emocional es el punto donde el individuo percibe su existencia en otra dimensión superior. 

-La palabra, nada más que es un sonido. Necesitamos llenarla de mensaje para que no se convierta en palabra "vacía de contenido y de sentimiento humano". 

-Si la máxima expresión de la palabra puede llegar a ser el silencio, ¿qué nos impide este silencio responsable? 

-Nadie mejor que tú para demostrar con tu actitud quién eres.  

-El sentimiento puede inducirnos a aproximarnos a otro ser humano; el raciocinio, por el contrario, puede llegar a coartar nuestra libertad de actuar, pensar o de sentir cuando está presidido por la inseguridad. 

-Al tiempo de plantearnos para qué, pensemos en el por qué. 

-En los momentos de desánimo, pensemos que sólo podemos perder tres cosas: la salud, el amor y la fortuna. 

-Demos lo mejor de nosotros mismos, para no sentir el sentimiento de frustración y de soledad por no ser los primeros. 

-Cuando el dinero te dé la felicidad, cuestiónate cuan vacío puedes llegar a estar de sentimientos y de amor. 

-La parte más instintiva, "oscura" y prepotente del hombre emerge cuando éste alcanza el poder. 

-Podrán quitarnos la vida, pero jamás la muerte.  

-Deberíamos recordarnos que sólo somos humanos. Nuestra tarea en el presente: convertirnos en persona. 

-Cuando tengamos la suficiente humildad de escuchar sin sentirnos agredidos, observaremos la proyección, en uno mismo, de los conflictos que subyacen en el prójimo.  

 

Un saludín.

Joan.

 

sábado, 22 de mayo de 2021

EL RINCÓN DE INMA – PUNTO DE PARTIDA

 


El reloj marca la hora en punto,

en una macabra danza de agujas,

mi mente está a punto de renunciar,

agotada de apuntar bajo y que salga bien,

retraso ser tu contrapunto.

Somos la representación exacta

de dos puntos equidistantes,

a la distancia perfecta de la curva del olvido.

Juegos de espejos reflejan silencio,

punto y aparte.

Deshago los pasos,

me desoriento en tu mapa,

guiada por dos puntos,

pausas enfáticas que no descifro.

Se tensa la cuerda,

una flecha apunta a mi punto débil,

la cordura,

que se caigan los puntos de las íes,

que te lea entre líneas,

que pase la página y estés.

Punto y seguido.

Desanudémonos uno a uno

cada punto…

                       (suspensivo)

 

INMA REYERO DE BENITO

 

 

domingo, 16 de mayo de 2021

JOAN SÁNCHEZ FORTÚN-EVITAR EL SUFRIMIENTO INNECESARIO 2ª PARTE.

 


Raíces del sufrimiento improductivo 

 

-Vivir atrapados a las dependencias afectivas o de cualquier índole: 

Este es uno de los grandes problemas que tenemos los humanos. No tan solo por este hecho en sí, a pesar de su gravedad, es por no saber romper con las ataduras que nos llevan a esta situación. Las dependencias, cuál círculo cerrado doloroso y vicioso, se asemejan a esa pesada losa que soportamos sin posibilidad de desprendernos de ella. Continuaremos dependiendo de los demás para cubrir nuestras necesidades, como pueden ser: las afectivas, el sentimiento de soledad o de todos aquellos vacíos que viven en nosotros. Es decir; necesitamos la presencia de la otra persona para que complemente, llene y le dé un sentido a nuestra vida. En este momento y situación, esta es nuestra necesidad vital de la cual, aún, no hemos cobrado conciencia. 

 

Lo peor está por llegar cuando -por un tiempo- desde nuestra "oscuridad interior" nos consideramos agraciados y afortunados de tener próxima a una persona en la que volcar nuestro afecto y atenciones. Pero, este darnos, ¿es cómo un hecho natural o es una necesidad que debemos cubrir? Posteriormente, puede haber una dura realidad y un trágico despertar.  

 

No podemos ni debemos construir una vida, nuestra vida, en función de los favores, de los afectos o de la compañía que los demás tengan a bien prodigarnos para cubrir nuestras necesidades existenciales. Ante esta situación, somos tremendamente vulnerables: nos asemejamos a esa hoja que vuela o mal vuela a merced del viento; vamos adónde nos llevan, ¡son ellos quienes llenan nuestros vacíos vitales, como son los personales, afectivos y existenciales!  Podemos llegar a la pérdida de nuestra personalidad e identidad. Una vez que carecemos de esa compañía, ¿qué es de nuestra vida? ¿Adónde nos dirigimos? ¿Cómo llenamos nuestros vacíos, entre ellos, los espacios de silencio y de soledad? ¡Nos enfrentamos a otro duro despertar y realidad! 

 

Para desterrar el sentimiento de la dependencia, no nos queda otra solución que cobrar conciencia de nuestra situación, realidad y evolucionar para crecer como seres humanos si deseamos superar dichas dependencias, a pesar de su dureza. En estos valores, en esta evolución, encontraremos la suficiente fuerza y madurez para ser, ahora sí, el capitán de nuestra nave afectiva y personal. Aceptaremos la compañía, el afecto y las demás prebendas que tengan a bien ofrecernos como un acto normal de vida: no por necesidad. Entonces, esa vida plena de vida, ya vive en ti, en cada uno de nosotros. Para conseguirlo -volvemos a repetir-, sólo necesitamos crecer y evolucionar como seres humanos para superar, no ya esta dependencia, sino las demás situaciones comprometidas que pueden aparecer en nuestro camino. Lo demás, vendrá por añadidura.  

 

-No superar el sentimiento de culpabilidad: 

Como el anterior apartado, esta es una de las situaciones más dolorosas que podemos llegar a vivir al asumir plenamente la responsabilidad de una situación conflictiva, sintiéndonos culpables, olvidándonos de un concepto tan válido como es el de la corresponsabilidad y de otros factores externos a uno mismo.  

 

Todos, absolutamente todos, hemos cometido errores, intencionados o no. De los intencionados, sólo nos cabe cobrar conciencia de su realidad para no volver a repetirlos. Actuando de tal manera y reparando lo necesario, deberá ser suficiente para superar el sentimiento de culpabilidad. Ahora bien, no deberíamos tener este sentimiento, cuando no ha habido malos deseos o intenciones. En esta situación, deberíamos revisar en profundidad qué motivos subyacen en nuestra persona que nos hace sentir o necesitemos sentirnos culpables. Ante nosotros tenemos una tarea pendiente en cómo elaboramos y superamos esta situación.  

 

También, en la convivencia o en la relación humana surgen situaciones complejas o complicadas. Desavenencias, pérdidas en un amplio sentido, rupturas de amistad o de pareja, etcétera. En esta última situación, con mayor frecuencia, la mujer tiende a vivir con más intensidad el sentimiento de culpabilidad. Se plantea en qué ha podido fallar; si hubiese actuado de tal o cual manera, antes que plantearse que, en las rupturas, existen otras causas, de las que no necesariamente ella es la responsable. Pueden existir diversos factores externos en la rotura. Son los que determinan esta situación, ¡dónde el sentimiento de culpabilidad no debería tener cabida alguna! 

 

De todas maneras, la ruptura de la pareja se habría producido en el tiempo: no existen "culpables"; sino factores externos, ante los cuales, probablemente, no habría posibilidad de cambiar el sentido de la vida.  

 

Desde la serenidad que comporta la evolución - crecer como seres humanos- observaremos que, ante una situación conflictiva o dolorosa, normalmente, puede haber una corresponsabilidad -no culpabilidad- compartida. Ignorar este razonamiento hará que continuemos sintiéndonos culpables, actitud que provocará más sufrimiento sin posibilidad de erradicarlo. La evolución, tantas veces mencionada, posibilitará tener una visión más real ante cualquier acto o circunstancia negativa en nuestra existencia, sin la cual, más que probable, continuaremos apegados al sentimiento de culpabilidad con pocas posibilidades de erradicarlo.   

 

Continuará. 

 

Un saludín.

 

Joan.