La tenencia de animales, es una práctica utilizada a lo
largo de la historia del ser humano, y factor importante en su naturaleza y
proceso evolutivo. El uso instrumental de los animales continúa, utilizándose
como explotación de los recursos económicos y servicios prácticos, pero a
diferencia del pasado, se ha producido un cambio sin precedente en la cultura
occidental, existiendo una mayor tenencia de animales en el hogar (Serpell
& Paul, 2011). Algunos de los motivos que han favorecido esta práctica son probablemente
las condiciones de vida actual, necesidad de apoyo emocional, disponibilidad de
recursos, dispersión familiar, etc.
Estos
animales de compañía reciben un tratamiento afectivo y cuidados, integrándose
en la dinámica familiar, siendo incluso considerados como otro miembro
familiar, sin realizar ningún tipo de trabajo. Una interacción humano-animal
que parece proporcionar beneficios físicos, psicológicos y sociales que pueden
condicionar la salud y bienestar humano (Herzorg, 2010).
Algunos de los beneficios de los animales de compañía,
son la mejora de la salud cardiovascular, niveles más bajos de colesterol y
triglicéridos al favorecer la actividad física, mayor sensación de bienestar,
menores niveles de estrés, ansiedad, depresión y sentimientos de soledad,
siendo una fuente de respaldo social y emocional, al promover la relación y
socialización entre las personas. Sin embargo, la ausencia de empatía afectiva
y cognitiva, están relacionados con personas carentes de comprensión y mayor
dificultad en la integración y desarrollo social. También se asocian a diversos
trastornos psicológico y rasgos psicopáticos, debido a su incapacidad de
comprender las emociones o pensamientos de los otros.
Los niños y adultos que conviven con animales de compañía
son más responsables, presentan mayores conductas prosociales, autoconfianza y
muestran mayores niveles de empatía. En este sentido, la empatía es definida
como una capacidad de identificar lo que otra persona piensa o siente, y
responder ante sus pensamientos y sentimientos con una emoción o conducta
adecuada (Baron-Cohen, 2012).
La empatía está compuesta por elementos cognitivos y afectivos
que interactúan generando respuestas emocionales, fisiológicas y
comportamentales que influyen en las relaciones humanas. Hay consenso
científico de su importancia en las relaciones interpersonales, porque se
relaciona con conductas prosociales, convivencia positiva, altruismo,
motivación, e incluso su función inhibidora en conductas agresivas
disfuncionales.
Es importante conocer la relación de empatía y
convivencia con animales de compañía, para analizar el comportamiento y
promover el bienestar humano. Y aunque hay numerosos estudios con diferentes
resultados, es muy probable que exista relación entre la convivencia con
animales de compañía y mayores niveles de empatía. Estudios experimentales
realizados con muestras amplias de participantes con y sin animales de
compañía, y con instrumentos de gran validez y fiabilidad para analizar las
empatía cognitiva y afectiva. Han mostrado diferencias significativas en la
capacidad de compartir emociones negativas y sintonizar emocionalmente con la
otra persona. Estos resultados sugieren que las personas que conviven con
animales de compañía tienen la tendencia de ser más emotivas y emocionalmente
más próximas, con redes sociales de mayor calidad, y relaciones interpersonales
con mejores vínculos afectivos.
Hay diversas investigaciones que indican la existencia de
diferencias de género en empatía afectiva y cognitiva, relacionada con la mayor
capacidad de compartir emociones de las mujeres con los animales de compañía
que los hombres. La edad, su influencia y variación en la empatía a lo largo de
la vida humana, es actualmente cuestionada, pero son numerosos los estudios que
indican un incremento de la empatía a medida que aumenta la edad de las
personas.
Tener un animal de compañía, parece estar relacionado con
varios beneficios en las personas, como la empatía, factor importante en el
éxito de las relaciones interpersonales. Y desde la consideración, de que la
empatía puede ser adquirida y aprendida, disponer de un mayor conocimiento de
la relación empatía y tenencia de animales de compañía, podría promover la
implementación de programas y actividades educativas proanimales orientadas al
desarrollo de la inteligencia emocional de la que forma parte la empatía.
Santana, J.M., y Amado, A. (2017). Relación de niveles
de empatía y la convivencia con animales de compañía. Apuntes de Psicología, 35, 3, 195-201.
INFORMACIÓN SELECCIONADA POR ANA ROSA GUTIÉRREZ ÁLVAREZ
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