viernes, 15 de enero de 2021

JOAN SÁNCHEZ-FORTÚN - VENCER EL SUFRIMIENTO

 



Los placeres como el sufrimiento son unos sentimientos inherentes al ser humano: nuestro deber; evitar el sufrimiento que tanto dolor produce en nuestra existencia.

 

Diversas pueden ser las causas de dicho sufrimiento, entre ellas:  situaciones que se escapan a nuestro control; cuando  la ignorancia nos impide hallar la respuesta reparadora; el miedo, el que condiciona la libertad de acción en sus diversos aspectos; cuando la pérdida de un ser querido resulta inasumible; sentirnos rechazados afectiva o físicamente por las personas cuando necesitamos ser aceptados; el ego, ese gran enemigo en nuestro proceso evolutivo, el que rechaza las críticas razonadas cuando no son favorables; no aceptar las dificultades y contratiempos de la vida, cómo aquellas otras situaciones que, por sus características, nos producen malestar  y sufrimiento…   De nuestra actitud, dependerá continuar con  tanto sufrimiento o, por el contrario, su resolución.

 

Postergar la resolución: No afrontar los problemas en su origen, supondrá  multiplicarlos en el tiempo. Debemos evitar su enquistamiento, de lo contrario, su resolución será más dolorosa y duradera: llenaremos la mochila de despropósitos existenciales sin resolver, de basura emocional, la que tanto dificulta vivir en plenitud.

 

Ignorar las causas: La herida física podrá ser curada cobrando conciencia de su existencia. Ignorarla, supondrá prolongar el dolor: Las heridas emocionales  producidas por conflictos con nuestros semejantes o por situaciones no aceptadas, se perpetuarán en el tiempo hasta que decidamos responsablemente enfrentarnos a ellas desde la madurez-como punto de partida-, al tomar conciencia de sus causas para su posterior resolución. 

 

Reprimir: Otra de las actitudes más nefasta y negativa es la de reprimir la existencia de un conflicto. Dificultará cobrar conciencia de su existencia cuya consecuencia será la de eternizarse sin solución. Reprimir la realidad,  negarnos a cobrar conciencia de su existencia  justificando nuestra irresponsabilidad  culpando al otro, estaremos ante una de las peores situaciones como es la cronificación de un conflicto.

 

No expulsar un alimento ingerido en malas condiciones nos producirá molestias hasta su "expulsión". Reprimir  la realidad   de un problema o conflicto sin resolver, se asemejará   a ese alimento ingerido inadecuadamente: nos producirán malestar hasta su aceptación y resolución.

 

Aceptar. Esta es la palabra mágica por excelencia en la supervivencia emocional y existencial del ser humano: La que le proporciona esa paz interior tan necesaria en su  proceso terrenal y evolutivo, sin la cual, está condenado y encadenado al sufrimiento. "NO EXISTE OTRA POSIBILIDAD".

 

Evidentemente, ante las pérdidas más dolorosas, cómo es la de un ser querido, la aceptación nos ayudará enormemente a acortar  el tiempo de duelo. Querer a las personas en vida; demostrarles afecto y cercanía, ayudará a acortar dicho tiempo. Nada tendremos que reprocharnos en el futuro: SUPIMOS QUERER EN VIDA.  Recordar el afecto y el tiempo compartido con agradecimiento a la vida por darnos esa oportunidad, debe ser el punto de partida para recordar a nuestros seres queridos con cariño antes que con tanto dolor. Éllos, allá adónde estén, así lo desean.

 

Ante una desgracia personal o familiar, en lo posible, evitemos pensar: ¡porqué me ha tocado a mí y no a otro! ¿Cómo viviríamos de ser habitantes de esos continentes tan abandonados sin expectativas de una vida mejor? Miremos con humildad la hambruna de los países del tercer mundo; las guerras fratricidas,  dónde la vida de un ser humano vale menos que un animal de compañía en los países desarrollados; dónde los muertos ni tienen la mínima consideración…  

 

Aceptemos lo que el destino nos -da o nos quita- depara a pesar de los contratiempos y pérdidas sufridas en nuestro caminar.

 

Desde la evolución y el crecimiento personal estaremos más capacitados en la aceptación de las  desventuras que la vida nos depara.

 

LA ACEPTACIÓN ES EL DIOS INFALIBLE QUE NOS EVITARÁ TANTO SUFRIMIENTO INNECESARIO.

 

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