IRENE VILLA
Periodista y psicóloga
“Es
importante abrazar el dolor y entender qué lección nos aporta”.
La historia de Irene Villa está llena
de adversidades. Con 12 años perdió las dos piernas en un atentado terrorista.
Hoy es psicóloga y periodista, escritora y en sus conferencias asegura que le
apasiona el ser humano y su capacidad de resiliencia y generosidad. Su
maternidad le ha dado fuerza y es el motor que mueve su actitud positiva.
Aventurera,
independiente, autónoma… ¿Cómo es Irene Villa?
Creo que los adjetivos que más me
definen son espontánea, divertida, concienzuda, conciliadora, disfrutona… De
hecho, amo tanto mi libertad e independencia que siempre me enorgullece que me
digan: ¡qué autónomos son tus 3 hijos! (desde que eran bien pequeños) y me
encanta porque todo depende de uno mismo, aunque habrá momentos en que pidamos
ayuda.
Aseguras que la
vida no se debe maquillar. ¿Cómo nos podemos enfrentar entonces a los momentos
más duros?
Mirando de frente al dolor. Aceptarlo
para poder abrazarlo y entender qué lección nos trae para crecer. Dejar de
poner paños calientes, mirar a los ojos hasta a la muerte, sin miedo, sin
juicios morales, sin negar la realidad, sin ego, creo que es un paso
fundamental.
Abrir la mente conlleva algo que quizá
no convenga: te sientes agradecida, invencible y, lo mejor, ya no hay vuelta
atrás.
En tu primer
libro, ya explicabas cómo era Irene Villa antes del atentado, durante y
después, y como una experiencia terrible puede llegar a empoderarte. ¿Crees que
serías la misma sin haber sufrido ese ataque en 1991?
Estoy segura de que las cualidades
mencionadas seguirían muy presentes, esa esencia es imborrable, pero seguro que
no habría tenido las experiencias que he podido vivir ni conocería tanta gente
como la que conocí.
¿Cómo consigues
no sentirte una víctima?
Sabiendo que en nuestra mano está
nuestro destino. Pase lo que pase. La clave es salir de ese infructífero rol de
víctima. No somos víctimas ni culpables, sino responsables. Y como personas
corresponsables de nuestra vida, tenemos el compromiso de elevar nuestra
energía para empezar a recuperarnos y a atraer lo que deseamos ardientemente y
emprendemos con entusiasmo para que, inevitablemente, suceda. Creo firmemente,
y lo he comprobado, que lo que crees lo creas.
En tus
conferencias aseguras que no hay que mirar al pasado, pero que si se hace debe
ser perdonando y agradeciendo. ¿Qué has tenido que perdonar tú?
Como todos, muchas cosas, empezando
por mí misma y esos momentos en los que no exprimí la vida, o dejé de tomar
partido por algo o dejé de escuchar a mi niña interior, hasta a los terroristas
que casi me dejan sin madre.
¿Y de qué estás
más agradecida en esta vida?
De la filosofía
de vida que mi madre nos inculcó y que espero que mis hijos interioricen: el
perdón es lo más sano y liberador.
Es absurdo quedarte con el dolor de quienes hacen daño.
El deporte
formaba parte de tu vida de niña y lo sigue siendo ahora. ¿Qué te aporta?
Siempre me encantó el deporte, sacar
lo mejor de cada uno, potenciar las emociones positivas (agradables), ayudar a
la gente a controlar los pensamientos negativos y a alimentar la autoestima. Allí
donde el cuerpo no llega es la mente la que tiene esa capacidad. Me encanta
explorar la potencialidad del ser humano.
Has practicado
buceo, esquí, esgrima… ¿con qué disciplina disfrutas más?
Sin duda ¡esquiando! Es una auténtica
pasión y, casualidad o causalidad, lo que me hacía temblar de miedo como las
fuertes pendientes, ahora se han convertido en mi máxima felicidad y fuente de
adrenalina y libertad.
En esquí alpino adaptado no existía
categoría femenina, así que ¡allá que fuimos 8 intrépidas a poner remedio!
Integrar el primer equipo del mundo de competición de esquí alpino adaptado ha
sido un gran reto convertido en pasión. Entrar en el mundo de la competición
fue una experiencia dura, llena de dificultades, incluso sinsabores, pero que
me ha enseñado que la disciplina, el compañerismo y el no dejarse abatir,
son elementos clave en el deporte y en la vida.
Es admirable esta señora Irene.Quiero aprender a ser como ella valiente y responsable .Es tan bonito lo que escribe gracias por compartir un abrazo
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