ANNA FERRER: EL SENTIDO DE LO POSITIVO (Parte 2)
¿La experiencia
te ha servido para ayudar o enseñar a otras personas a superar dificultades?
Nosotros no les enseñamos, pero la
gente aprende al estar contigo. Aprenden a creer y a luchar por aquello en lo
que creen y ven los resultados de hacerlo. Lo aprenden al estar contigo, al
verlo; no es algo que les enseñas a través de un libro o en una clase. Estando
todos juntos, como un gran equipo, y siendo parte de esa lucha para superar los
problemas, ellos mismos ponen ese positivismo, esa fuerza. Espíritu positivo
por encima de todo.
Vicente Ferrer llegó a Mumbai en 1952
como misionero jesuita para completar su formación espiritual. Su vocación fue
trabajar para erradicar el sufrimiento de las personas más pobres de ese país.
Quería ayudar a los más pobres de entre los pobres.
¿Ha cambiado tu
actitud y tu manera de juzgar a otras personas?
No. En mi trabajo el objetivo ha sido
siempre el mismo: ayudar al mayor número de personas a salir de la pobreza. Con
problemas o sin ellos. Era una marcada característica de Vicente Ferrer: él era
siempre positivo. Y yo veía, de primera mano, las consecuencias de esta
actitud, la gran motivación que transmitía a todo aquel que estaba a su
alrededor.
Las mujeres de la India son la
prioridad de Anna Ferrer. Su último proyecto, “De mujer a mujer”, va dirigido a
ellas. El objetivo es conseguir la independencia económica de las mujeres
indias. Que ellas se transformen en el motor del cambio de una nueva India, más
justa, más equitativa y solidaria, valores que son el eje del legado de Vicente
Ferrer.
¿Qué objetivos os
planteáis para el futuro?
A pesar de las actuales dificultades
de la situación económica en España y en el mundo, tenemos muchos objetivos
para el futuro y estamos implementando estos objetivos para llegar a más gente
que todavía vive en condiciones de extrema pobreza.
Uno de los proyectos más importantes
para mí se centra en el tema de la violencia contra la mujer: reducir la
discriminación y violencia contra las mujeres y ofrecer más igualdad y dignidad
en sus vidas.
Has hablado en la
entrevista de tu capacidad para adaptarte a los cambios, a las nuevas
situaciones, incluso a un país diferente. ¿Te parece esta una cualidad
fundamental en las personas y en las organizaciones resilientes?
El desarrollo de las personas en sus
vidas es un proceso, y como organización tenemos que ser flexibles, siempre
adaptándonos al cambio de las necesidades de la gente. No somos una
organización política, pero trabajamos en un ambiente político y tenemos que
adaptarnos también a las políticas de los distintos gobiernos en el poder, así
como tener una buena relación con ellos, una buena colaboración con los
gobiernos y con las ONGs que trabajan en nuestro mismo terreno.
Como organización de desarrollo,
debemos ser flexibles para adptarnos a las necesidades de la gente.
La flexibilidad y la adaptación al
cambio son fundamentales en las personas, pero también en las organizaciones.
Anna Ferrer defiende que todo es
posible si crees en lo que haces:
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