Hay una historia que refleja muy bien esta idea: Había una vez un discípulo de un monasterio que estaba presto a desafiar a su maestro, con lo cual se le acercó uno de los días y, ocultando a sus espaldas un pájaro que sostenía en las manos, desafiante le preguntó: “Maestro, aquí, detrás de mí, tengo un pájaro entre las manos. Dígame usted, que lo sabe todo ¿está vivo o muerto?”. (Si decía que el pájaro estaba vivo, lo ahogaría, y si decía que estaba muerto, abriría sus manos y lo dejaría volar). El maestro, tranquilo, con serenidad y mirándole a los ojos, respiró profundamente y con mucho amor le respondió: “Todo depende de ti. La solución está en tus manos”.
Un abrazo.
Juan Fernández Quesada
Impresionante
ResponderEliminarMuy buena enseñanza. Gracias por compartirla
ResponderEliminarMe alegro de que os guste. Un besín Isa, Laura.
ResponderEliminarGracias Juan , sencillo y muy profundo. Un abrazo y gracias.
EliminarGracias, Mercedes. Nuestra sabiduría está en elegir adecuadamente en cada momento. Un buen consejo que nos da Un Curso de Milagros es que lo que verdaderamente tiene valor es lo perenne, no lo efímero. Esto nos hará tomar decisiones adecuadas teniendo esto presente. Un besín.
ResponderEliminarEs buena respuesta; también me ha recordado el ejemplo de la física cuántica de " el gato de Schrödinger, con la diferencia de que el del pájaro depende del que lo tiene en la mano y el de Schrödinger depende del azar cuántico, una realidad no bien conocida pero cierta, abrazo.
Eliminar¡Hola Tito! Exactamente, el principio de superposición funciona en el mundo energético, en el mundo perceptivo, nada puede estar superpuesto. En lo planteado de forma sabia, también hay superposición. Un besote.
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