miércoles, 16 de noviembre de 2016

MEDITACIÓN, EL ARTE DE LA PAZ QUE NOS ENSEÑARON LOS MAESTROS ORIENTALES

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La felicidad no es placer, es un estado sin contrario, es mirar con flexibilidad y amplitud, es conocer sin interpretar, es ausencia de expectativas exigentes, es caminar disfrutando del camino.

Llevan los orientales años experimentando cómo reducir el sufrimiento humano y, digo reduciendo, no eliminando, porque también el sufrir es crecer aprendiendo de él. Los budistas, por ejemplo, utilizan la Meditación Vispassana que promueve indagar en, de forma dinámica, la realidad, observando el proceso perceptivo. El sujeto se convierte en un observador. Observa, no cuestiona. El significado de Vispassana es “ver de forma especial”, observar las cosas tal y como son, no como parecen ser (meditación introspectiva). Aprendemos mediante esta meditación a dejar de vivir en la fantasía, en el autoengaño. La respiración es el principal elemento guía, mientras que el sujeto observa todos los cambios externos e internos que acontecen, su estado físico, sus emociones, lo que siente, lo que percibe. Observa también sus pensamientos y los cambios emocionales que producen. Hay una comprensión integral de lo que acontece en el momento.

Otro tipo de meditación es el Samatha que es, principalmente, concentración y calma o tranquilidad. La mente descansa, enfocándose en un objeto, lo que permite manejar la atención intencional. De este modo no hay distracciones. Cuando la mente está atenta a un objeto no entran pensamientos que distraen o perturban la paz. Esta orientación Samatha, es la que más ha influido en la mayoría de las técnicas meditativas

Cuanto más se trabaja la atención consciente, se adquiere gran concentración. El meditador adquiere una intensa agudeza perceptiva y una transformación permanente del ser.

En Occidente esta parte de meditación atenta se fue incorporando en el trabajo para manejar el estrés y el dolor crónico, denominándolo Mindfulness (Atención Plena), cuyo objetivo es:
a)   Entrenar a la mente en la atención consciente y
b) Reducir los procesos mentales que perturban o producen malestar emocional, así como las conductas que causan desorganización.


Terapias, como la Atención Plena de Jon Kabat-Zinn; la Terapia Dialéctico-Conductual de Marsha M. Linehan; La Terapia de Aceptación y Compromiso de Hayes, Strosahl y Wilson, y, anteriormente Wilson y Luciano; La Terapia Racional Emotivo-Conductual de Albert Ellis; la Terapia Cognitiva de Atención Plena de Zinder V. Segal; y otros autores; son casos de terapias que trabajan con el Mindfulness.

La práctica meditativa se ha demostrado eficaz en múltiples problemáticas: estrés, hipertensión, ansiedad, depresión, dolor crónico, cansancio, alta sintomatología fisiológica: temblores, taquicardias, sudoraciones, palpitaciones, contracturas, etc. Sus resultados son:
1)   Vivir con mayor intensidad el momento presente.
2)   Congruencia y ajuste en los sentidos.
3)   Quietud mental.
4)   Sensación de Plenitud, Abundancia.
5)   Serenidad, Calma.

Ha sido un placer compartir contigo esta lectura que deseo te sea provechosa para iniciarte en el mundo meditativo.

Un abrazo sentido.

Juan Fernández Quesada.

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