“¿Qué clase de
personas viven en este lugar?”
“¿Qué clase de
personas viven en el lugar de donde tú vienes?”, preguntó a su vez el anciano.
“Bueno, un grupo de
egoístas y malvados – replicó el joven -. Estoy feliz de haberme ido de allí.”
El anciano contestó:
“Pues lo mismo vas a encontrar aquí”.
Ese mismo día, otro
joven se acercó al anciano y preguntó:
“¿Qué clase de
personas viven en este lugar?”
El viejo respondió
con la misma pregunta:
“¿Qué clase de
personas viven en el lugar de donde tú vienes?”
“Gente magnífica,
honesta, amigable, hospitalaria y que me duele mucho haberlos dejado”.
“Pues lo mismo
encontrarás aquí”, respondió el anciano.
Un hombre que había
oído ambas conversaciones preguntó al viejo:
“¿Cómo es posible dar
dos respuestas diferentes a la misma pregunta?”.
A lo que el viejo
respondió:
“Cada cual lleva en
su corazón el medio ambiente donde vive. Aquel que no encontró nada nuevo en
los lugares donde estuvo, no podrá encontrar otra cosa aquí. Aquel que encontró
amigos allá, podrá encontrar también amigos aquí, porque la actitud mental es
lo único en tu vida sobre lo cual puedes mantener control absoluto.”
Recuerda, verás en la vida aquello en lo que creas.
Un abrazo.
Juan Fernández Quesada.
Que sabias palabras
ResponderEliminarGran verdad...
ResponderEliminarPrecioso cuento, que sencillo y que profundo, gracias por esparcir este bello perfume.
EliminarGracias a vosotras, Isabel, Mery, Mercedes, por vuestra sensibilidad y por seguir confiando en la vida. Un besín.
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