martes, 1 de noviembre de 2016

EL DUELO Y SUS FASES




Estamos en el día de los Santos y mañana el de los Difuntos. En estas fechas se recuerda a los seres queridos. El duelo no hay que enfrentarlo, hay que vivenciarlo. Hay muchas personas que están de cuidadoras de familiares y seres que están en sus épocas frágiles, delicadas, y, la tarea que realizan es importante para la salud mental y física de la persona a la que cuidan y también muy importante para el propio cuidador, el grupo familiar y el entorno donde se desenvuelven los cuidados.

Cuando llega el momento de la muerte, ésta no hay que esconderla, porque es parte de la vida y no contraposición a ella. Todo duelo es una forma de prepararnos para vivir. Duelo es la pérdida de un ser querido, pero si miramos en el diccionario, la palabra "duelo" también está asociada a un combate ante un desafío. También la palabra "duelo" está asociada a dolor, a pena, a luto. Es decir, que por un lado nos habla de dolor y por otro de una lucha. Es decir, un combate interno por una pérdida que no se acepta. 

No solo hay duelos cuando perdemos a un ser querido, también los hay en la pérdida de un trabajo, de una relación, de un deseo intenso, etc., y es que, parece, no estamos dispuestos a perder. Pero es que no hemos entendido que, las cosas, las personas y los deseos, son todo aquello que en algún momento vamos a tener que DEJAR DE TENER, porque todo lo que nos acompaña en la vida, no es para tenerlo, sino para disfrutarlo el tiempo que esté con nosotros. Por lo tanto, es saludable aprender que si hice mío, en sentido posesivo, aquello que perdí, es bueno que lo deje marchar y agradecer el tiempo en que nos prestó atención.

Entonces, el duelo se transforma en ese proceso en el que reelaboramos desde el sentido de la posesión, al sentido del agradecimiento por la vivenciación y el compartir que nos dio, por el tiempo que duró. Desde esta otra perspectiva, el duelo se transforma en el proceso de pasar de perder lo que teníamos, a tener en nosotros a ese otro ser, cosa o deseo, desde el sentimiento y agradecimiento de que estuviese con nosotros. No es que sea un fácil proceso, pero no es imposible y, además, esa transformación nos hace más fuertes.

En esta cultura que vivimos no nos enseñan a perder, ni a vivir sin posesión, sin apegos. El duelo no es una lucha, es una elaboración a integrar en el proceso de la vida. Por poner un simil, en todos los otoños hay frutos, hojas, etc. que caen, para seguir alimentando la vida, pero son parte de ella, no son muerte. La vida es un proceso energético en el que todo se transforma, pero nunca desaparece.

La manera en que cada uno elabora esta etapa, es muy personal, pero vivir un duelo tiene mucho que ver con prepararnos y transformarnos en y para la vida.

En líneas generales, todo duelo suele tener 5 fases: 
1) Negación: incapacidad de asimilar lo sucedido. Estado de shock, bloqueo. 
2) Rabia: darte cuenta de que no puedes negar la realidad acontecida, pero muestras agresiones que dirigirías a la vida. Como no puedes pegar o castigar a la vida, las agresiones las materializas en otros (extrapunición) o en ti mismo (intrapunición). 
3) Depresión: fase de llanto, apatía, desesperanza, cansancio, etc. Tendencia al aislamiento, rehúyes de los encuentros. También pueden aparecer sentimientos de culpa. 
4) Ansiedad: surgimiento de miedos e inseguridades, porque quizás el ser perdido cubría necesidades afectivas y aspectos prácticos de tu vida que ahora tienes que afrontar solo. 
5)   Aceptación: comienzo de ser consciente que las cosas no serán de nuevo como antes, pero que quieres reacomodarte al momento presente. La aceptación conlleva cicatrizar heridas, hacer aflorar esos sentimientos de tristeza y dolor, y darnos cuenta de que, aunque la vida no vaya a ser como antes, aún puede ser grata en otros sentidos y aspectos.

Recuerda: todo duelo nos pone en contacto con la esperanza de una vida que transciende.

Espero te haya gustado y sido de utilidad.

Un abrazo.

Juan Fernández Quesada

4 comentarios:

  1. Es muy importante cambiar el sentido d posesión por el d agradecímiento, cosa q nuestra cultura y nuestra sociedad no nos enseña. Un abrazo

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  2. La vida en este mundo es un camino, y ella misma es la que nos ofrece los seres con los que vamos a compartirlo. Será bueno agradecerle lo que nos dió en el viaje. Gracias vida.

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  3. Me ha gustado mucho y se que me servira de mucha ayuda.Ya no soporto que me diga gente resignacion aunque no sabia bien lo que era .Yo doy gracias muchas veces por el regalo que Dios me dio de esa maravilla de hija y disfrutamos muchas cosas juntas.Aunque a veces la extraño tanto igual soy egoista por mi parte.Pero es muy dificil vivir sin ella.Yo sigo amandola y quiero ser fuerte y seguir adelante .aunque no sea igual mi vida y tengo un gran dolor y mi fe sigue viva.Cinfio en Dios.un abrazo Juan muchas gracias

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    1. ¡Hola, Poyel! No sé si nos conocemos, pero me gustaría conocerte. Es muy importante que des gratitud a la vida por esa maravillosa criatura que eligió venir a este mundo a compartir su tránsito con vosotros. No sé si has leído Conversaciones con Dios. Son 4 libros, pero el que te interesaría leer es el primero. En Él Dios dice que el alma elige venir a experimentarse, pero también marcharse, y ella no vino a cualquier sitio a experimentarse, vino y eligió vuestro hogar para cumplir su misión. Por lo tanto, su misión parece ser que ha sido el enviaros algún mensaje que vosotros debéis devolver a la vida. Busca en tu interior y hallarás las respuestas, y entonces bríndale tu respuesta todos los días. Un beso grande.

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