Siempre pensé que la sociedad se equivoca al dar solo unos ejemplos de lo que es ser mujer exitosa. Si nos fijamos, siempre se pone como ejemplo el logro hacia fuera, no el logro hacia dentro. Hemos cogido el concepto de éxito masculino y se lo hemos etiquetado a las mujeres. Nadie habla de las amas de casa, las mujeres rurales o las que friegan el suelo. Algunas de esas mujeres con las manos llenas de callos para expresar cuanto aman y sin duda grandes ejemplos de vida sabia y amorosa ¿Qué es el éxito?
Ya nadie quiere ser Cenicienta, ni la princesa del castillo
del dragón. Verdad que son cuentos con roles machistas, pero tienen escondidos
otros dones.
La pureza y la inocencia del alma produce los
milagros. Todo le cae a la Cenicienta a la mano, porque la fuerza
de sus ancestros, hada madrina, le concede lo imposible.
La verdad y la pureza pueden brillar en un
mundo egoísta, a condición de ser verdaderas. No es el vestido lo
que hace a Cenicienta, es la sencillez y la fuerza de su carácter, que resiste
a pesar de los daños que quieren hacerla.
Es el valor de irradiar algo de corazón y que la vida te lo
dé.
Es verdad que ese sacrificio de Cenicienta recuerda a la
resignación frente a los malos tratos, pero es también la resistencia del
corazón que sabe cuál es su lugar, más allá de los harapos.
Siempre creí, que a los niños/as hay que contarles todo
tipo de cuentos. Porque no somos quien para decirles cómo deben ser o vivir.
Los finales evocativos, en vez de direccionadores, permiten que cada cual los
complete.
Cenicienta es el alma pisoteada por la vida que
resiste y ama con pureza y eso, produce milagros. Esto
es algo que yo he visto. Hay fuerzas positivas y negativas del destino, muy por
encima de nuestro control. Solo la entrega a la vida como es, aunque duela,
produce el milagro.
Tal vez tras leer esto, pienses que no es tan estúpido
contar el cuento de Cenicienta.
Pocos quieren ya contar este cuento, pero el ¡oh! rotundo
que sale del corazón de quién lo escucha por primera vez, al imaginar al gato
cochero y el carruaje, da que pensar. Tal vez en lo profundo del corazón
sabemos que existen los milagros y que las grandezas de la vida y del destino,
no las controla nadie. Cuando menos, es la pureza y nobleza interior la que
las favorece ¿Y si el éxito es una gracia más allá de los esfuerzos
necesarios de la vida?
Con cariño.
Manuel Ferrero López.
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